Eduardo Serradilla, el 'niño' grande de los cómics

Navegando en la hemeroteca de CANARIAS AHORA podemos encontrar cientos de sus artículos. Su último monográfico salió a la luz el pasado mes de noviembre y actualmente termina su noveno libro. Hablamos de Eduardo Serradilla, el niño canario de los cómics afincado en Helsinki que disfruta con el cine de género fantástico y siente debilidad por personajes como Daredevil, Capitán América o Superman.

Cuando hablamos de Eduardo Serradilla lo asociamos directamente con el cine y el mundo fantástico?

Para ser más exactos, sería que, normalmente, se me asocia con el cine fantástico, dado que el resto de los géneros cinematográficos parece estar reservado a otras personas. Todavía recuerdo cuando una persona me increpó al haber encontrado mi nombre en una exposición dedicada a Luchino Visconti. Sus palabras exactas fueron “¿Qué haces tú en una exposición de Visconti, cuando lo tuyo son las películas de naves espaciales y esas chorradas?” . Yo muy amablemente le remití a la persona que me había llamado para organizar dicha exposición, aunque me callé el preguntarle si él se había visto todas las películas del director italiano, algo que yo sí había hecho. De todas maneras, me siento más a gusto en un festival de cine de género fantástico, tal y como es el Festival de Cine de Sitges, antes que en otro festival de cine. Eso no impide, sin embargo, que lleve cubriendo desde hace cuatro años el Festival de Cine de Helsinki, certamen que se aleja de las temáticas habituales del festival catalán.

Los últimos seis años te los has pasado escribiendo libros teóricos sobre personajes gráficos, dibujantes, escritores y sobre la propia historia del cómic. Háblanos de tu último libro.

Mi último libro, un monográfico dedicado a la figura y al trabajo del dibujante Tim Sale, salió a la venta a finales de noviembre de 2010. Tim Sale pasó de ser un desconocido para el gran público a ser el responsable de los dibujos premonitorios de Isaac Mendez, uno de los personajes de la serie televisiva Héroes. Lo cierto es que, antes de que eso ocurriera, Sale ya era muy conocido dentro del mundo gráfico por sus trabajos con el cruzado de Gotham City ?Batman- en las maxi series The Long Halloween y Dark Victory, o por Las Cuatro Estaciones de Superman, una de las más bellas narraciones dedicadas al último hijo de Kripton. El dibujante también es muy conocido por los aficionados de la editorial Marvel, gracias a la llamada Trilogía de los colores ?Daredevil:Yellow, Spiderman:Blue, y Hulk:Grey- las cuales recogen un señalado momento dentro de la historia de esos tres personajes contado a modo de homenaje por Sale y el guionista con quien mejor se entiende éste; es decir, Jeph Loeb. Al final han sido seis meses de trabajo, más dos de documentación, pero creo que el resultado ha merecido la pena.

Tu público es selecto pero fiel, ¿no?

Yo diría que el público es fiel a la línea editorial que trata de mantener Dolmen Editorial en lo relativo a la publicación de libros teóricos y monográficos. Dicho esto, tengo que admitir que he conocido bastantes personas, no solo mis amigos, que me han dicho que tienen todos mis monográficos y libros, algo que como autor les agradezco, sobre todo porque la situación del mercado no es buena ahora, y tampoco lo era antes.

Son muchos los tópicos que rodean la labor de aquellas personas que se dedican a comentar y estudiar el noveno arte desde una perspectiva profesional. ¿Qué opinas como experto en la materia?

Tienes toda la razón. Visto desde fuera mi labor se limita a leerme un millón de cómics y contar lo que pasa en ellos, pero esto no es verdad. Escribir un libro teórico y /o de consulta supone un trabajo de investigación, más o menos extenso. Hay temas que son muchísimo más complicado de tratar que otros, pero ello no quiere decir que porque se escriba un libro sobre el noveno arte se tenga uno que olvidar de detalles como la situación que se vivía en la época en la que se publicó tal o cual colección; las influencias que el dibujante o el guionista tiene; y la propia repercusión que ese personaje o colección ha tenido posteriormente en la sociedad. A modo de ejemplo puedo decir que en el monográfico de Tim Sale hay un apartado específico acerca de los pintores Prerrafaelistas, otro sobre el pintor e ilustrador Norman Rockwell, otro acerca del diseñador gráfico René Gruau y otro más sobre el dibujante e ilustrador Roy Lichtenstein, además de definiciones científicas de determinados personajes gráficos. Y no me he limitado a copiar lo que salía en una enciclopedia.

Has llegado a decir que te encantan los cómics y que tu labor profesional gira, en gran parte, sobre ellos, pero reducir todas tus capacidades al noveno arte ¿es algo que realmente te termina de convencer?

No, porque no reduzco mis “capacidades” al noveno arte. La realidad es que en todos los libros sobre cómic que he escrito no solo trato de ampliar mis conocimientos en cuanto a arte y arquitectura clásica y contemporánea, sino que, a poco que puedo, vuelco todo lo que he aprendido en estos veinticinco años de carrera profesional dedicada a cubrir festivales de cine y escribir sobre películas. En el caso del monográfico de Tim Sale esto fue especialmente fácil, porque Jeph Loeb es, además, guionista de cine y en sus guiones para cómic no dejan de aparecer referencias cinematográficas. Al final para este último libro me vi unas veinte películas, parte porque Loeb no disimula su querencia hacia ellas, parte porque a Tim Sale también le gusta el cine, y parte porque a mí me sonaba que algunas de las cosas que aparecían firmadas por ambos autores tenía que ver con alguna película. Esto me sucedió cuando al ver la película Death Wish, protagonizada por Charles Bronson, descubrí que varias páginas de la colección Challengers of the Unknown estaban basadas en una de las secuencias más famosas de dicha película, título que ni Sale ni Loeb nombraron en ningún sitio.

¿De dónde sacas tiempo para escribir tus libros, leer cómic, ver cine y cuidar tu blog?blog

A base de dormir poco, comer rápido y trabajar casi todos los días. (Risas) No se trata de eso, aunque es cierto que duermo poco. Lo que ocurre es que yo siempre he oído en mi casa que si uno se sabe organizar hay tiempo para todo. Otra cosa es que llevar a la práctica esta teoría no es nada fácil, pero, siempre y cuando se tenga claro qué es lo que se quiere hacer y todas las herramientas a mano, el resto es mera planificación.

¿Te molesta que te etiqueten como 'El niño de los cómic'?

No, qué va. Además me gusta que me etiqueten de “niño” (risas). A estas alturas ya tengo asumido que hay personas que se pasan el tiempo tratando de etiquetarte y, si ellos son felices así, pues vale. De todas formas, que sigan etiquetándome y mientras lo hacen yo seguiré escribiendo libros. Me parece que es más productivo.

¿Hoy en día los cómics ya no son un producto pensado exclusivamente para niños y adolescentes?

En realidad nunca lo fueron. Desde el principio hubo historias pensadas para niños e historias pensadas para un público adulto. Lo que ocurre es que, al ser un medio gráfico, siempre se le ha asociado con un público infantil, pero las historias publicadas por la EC Comic en los años 50 son muy, pero que muy adultas, al igual que gran parte de la producción gráfica francófona. El problema es que, en nuestro país, nos cuesta mucho desprendernos de los tópicos, de ahí que se siga ignorando la valía de muchísimos autores gráficos, tratándolos de dibujantes de segunda en vez de dibujar “cosas serias”.

¿Los nuevos héroes difieren mucho de los de antaño?

Lo que difiere realmente es el momento histórico en el que estamos viviendo, pues Superman, Batman o Wonderwoman llevan más de siete décadas en el mercado. Lo que sí ha cambiado es el hecho de poder mostrar determinadas cosas que, antes, era absolutamente imposible de plasmar en una hoja. Uno de los casos más señalados es aquel en el que Diana de Temiscira (Wonderwoman) le rompe el cuello a Maxwell Lord, un bastardo con mayúsculas.

¿Tienes algún personaje por el que sientas especial predilección?

Te digo cinco: Daredevil, Capitán América, Shang-Chi, Spawn y Superman.

Si aparcamos por un momento el mundo fantástico y nos trasladamos al mundo real, ¿podemos encontrar algún héroe en él?

Sí, aunque más que héroes yo diría que lo que podemos encontrar son personas cuya coherencia vital merece la pena ser tomada en consideración. Ejemplos de esto para mí son Franklin Delano Roosevelt, Edward R. Murrow, Carl Bernstein, Bob Woodward, el doctor Martin Luther King, los hermanos John y Robert Kennedy, Nelson Mandela, Aung San Suu Kyi, Groucho Marx, José Saramago, Antonio Machado, Miguel de Unamuno y Don Enrique Tierno Galván. Y, aunque no se le puede considerar un héroe, no tengo problema en admitir que siento una profunda admiración por el actual presidente de los Estados Unidos de América, Barack Hussein Obama. Dicho esto, si me preguntaran quién me gustaría ser de mayor, respondería que me gustaría parecerme a Stan Lee.

Con la desaparición del Salón Internacional del Cómic de Tenerife y de las Jornadas de Cómics de Las Palmas da la sensación de que los cómic han ido perdiendo protagonismo en las Islas?

¿Protagonismo, qué protagonismo? Nunca lo tuvieron, aunque sí es cierto que durante unos años los responsables del área cultural del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife sí mostraron un verdadero interés por tratar de consolidar un evento que a punto estuvo de cumplir quince ediciones. El problema siempre es el mismo; es decir, los organismos que patrocinan este tipo de eventos no suelen entender ni la complejidad que supone organizarlos, ni la necesidad de continuarlos anualmente. Por ello, y tal y como yo he podido comprobar profesionalmente hablando, este tipo de iniciativas suelen ser puntuales.

En el caso de las Jornadas de Cómics de Las Palmas de Gran Canaria su desaparición ha tenido que ver, y mucho, con los problemas económicos que atraviesa el Ayuntamiento de la capital, al igual que le ocurre a muchos otros en la geografía española.

No obstante, tampoco me quiero olvidar de la falta de apoyo por parte de las empresas hacia este tipo de actos. Creo que todos nos hemos acostumbrado a que sea el dinero público el que financie éste y cualquier otro tipo de eventos, cuando, en realidad, hay muchas empresas que tienen relación directa o indirecta con el mundo del cómic. Puede que alguna vez todos nos demos cuenta de que la unión hace la fuerza.

¿Qué nuevos proyectos tienes en mente?

Ahora mismo estoy terminando mi noveno libro, dedicado, por primera vez, a un guionista de cómics que, últimamente, está en boca de todos y no a causa de su trabajo en el noveno arte. Una vez que termine me esperan dos monográficos más y después otro libro, el cual, en el mejor de los casos, me tendrá ocupado unos dos años. Si logro terminarlo ?y sobrevivir- sólo me quedará decir, tal y como exclama Buzz Lightyear, “¡Hasta el infinito y más allá!”.

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