Jardines tasmanos

El estilo de vida tasmano, en casas con terreno y a las afueras de la ciudad, promueve que exista una gran tradición de jardines en esta isla. La mayor parte de las viviendas tienen un jardín frontal y otro trasero, con una gran variedad de plantas cultivadas dependiendo del gusto de los dueños de la casa.

A lo largo de un paseo por la mayoría de los barrios se puede observar diferentes tipos de jardines, unos con estanques y fuentes, otros formados de arbustos de poco porte, setos con formas caprichosas e incluso árboles centenarios que dan sombra y cobijo a muchos pájaros que aprovechan estas islas verdes para alimentarse.

El césped tapiza muchos jardines y es cortado con frecuencia solo en primavera porque se mantiene en invierno debido a las bajas temperaturas nocturnas. Además, también es frecuente encontrarse enredaderas que se extienden por el suelo de los jardines, pero éstas son más comunes tapizando las vallas y las paredes de las casas, formando un tapiz multicolor.

Las plantas de temporada son muy apreciadas durante los períodos estivales y de primavera, entre las que destacan las margaritas, algunos tulipanes, y sobre todo las orquídeas. Los setos cumplen la función de adornar los jardines y solo de forma secundaria presentan una función de barrera y sorprende encontrarse algunos árboles casi centenarios en algunas casas como eucaliptos o sauces, incluso algunos frutales como limoneros o naranjos, pero uno de los más espectaculares es una variedad de cerezo; se llena de flores incluso en invierno y la gente lo denomina “Cherry Blossom”.

Como ocurre en otros países, la mayor parte de las plantas ornamentales de los jardines no se corresponden con la flora típica del país. Existe una gran cantidad de plantas procedentes de países asiáticos, sobre todo de China y Japón e incluso es común encontrar de origen europeo que son comunes en todos los rincones del planeta. Sin embargo, en algunos barrios tiene normativas que obligan a sus vecinos a tener jardines conformados por especies nativas, entre las que destacan algunas orquídeas por el contraste de sus colores e incluso algunos arbustos o árboles como el pino de Huon o el eucalipto de Swamp que sólo se encuentran en Tasmania. Esta isla cuenta con más de 200 endemismos de plantas, e incluso algunas de ellas se han redescubierto recientemente después de haberse considerado extinguidas durante varias décadas.

Muchos tasmanos aprovechan sus jardines para cultivar frutas y verduras, como zanahorias, apio, alcachofas, lechugas, etc. que utilizan para su propio consumo y son abonados con el compost que generan a partir de la basura doméstica. Los productos obtenidos de estas huertas tienen una gran aceptación entre los tasmanos y se pueden encontrar varios puestos en el mercado en los que las familias venden los excedentes. Al igual que ocurre en otros países europeos, se pueden comprar o arrendar pequeños terrenos que son utilizados para el cultivo de estos productos.

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