'Kosovo: el odio como frontera', la realidad en primera persona

Los periodistas canarios Félix Díaz y Enrique de Guillermo reivindican los valores del reportaje tradicional en el documental Kosovo: el odio como frontera, en el que dan voz a las etnias de una región en la que “paisajes de tarjeta postal están salpicados de lápidas y muertos”.

El documental, de 31 minutos de duración, fue realizado por el periodista Félix Díaz y el cámara Enrique de Guillermo a lo largo de diez días de mayo de 2006, y ha sido patrocinado por el Cabildo de Tenerife con el apoyo de Televisión Canaria, que tiene previsto emitirlo próximamente.

Félix Díaz, autor de la dirección y del guión, explicó este lunes en la rueda de prensa de presentación del documental, que será proyectado al público este martes y el fin de semana en el Cine Víctor de la capital tinerfeña, que se trata de una realización “dinámica, rápida y plural como es la realidad de Kosovo”.

Los realizadores reivindican además los valores de los reporteros tradicionales “que a veces se pierden” y explicaron que con “un equipo mínimo y una producción modesta” filmaron el documental como una apuesta por retratar la realidad cotidiana de esta región, en la que conviven albaneses, bosnios, gitanos y serbios.

El título del documental proviene de la impresión de que, después del conflicto bélico que asoló la región en 1999, las fronteras de Kosovo las marcan “el odio, la venganza, los resentimientos y las deudas pendientes”, explicó Díaz, quien relató cómo el paisaje está lleno de tumbas de personas asesinadas, y detrás de cada muerto “hay una bandera”.

El conflicto sigue “latente” y el periodista no se muestra optimista respecto a su solución, ya que “el potaje cultural, político, religioso y social” no es fácil de resolver y auguró que “si se sigue replicando el modelo de odio esta historia va a tener la misma partitura”.

Historias entrelazadas contadas por sus protagonistas

El realizador Enrique de Guillermo señaló que el documental presenta varias historias entrelazadas en ciertos momentos “pero no se trata de una novela” ya que sus directores “no cuentan nada”, sino sus protagonistas.

Entre ellos figuran una pedagoga de un colegio serbio cuyos autobuses son apedreados continuamente desde que se retiró la escolta de los militares españoles, la abadesa de un monasterio ortodoxo y un locutor de radio albanokosovar que perdió dos hermanas asesinadas por los serbios, y que en vez de mostrar odio, expresa su voluntad de que todas las etnias puedan convivir en paz.

Félix Díaz subrayó lo complicado de filmar en Kosovo, para lo que tuvieron que contar con el respaldo del Ministerio de Defensa español, que les facilitó escolta e intérpretes.

Enrique de Guillermo destacó que la experiencia de Kosovo equivale “a hacer ocho viajes al mismo tiempo” mientras que el director del documental consideró que se ven las cosas “desde otra perspectiva y si esto no te cambia como persona, es que no tienes corazón”.

También se refirió Félix Díaz al hecho de que el documental puede ayudar a demostrar que los reporteros canarios pueden abordar asuntos complicados, y que requieren una labor previa de investigación muy importante, pero para lo que no hay que tener “ningún complejo”.

“En Canarias se hacen muy buenos documentales pero casi siempre tratan sobre cuestiones de tipo histórico y cultural, y nosotros tenemos el empeño de seguir haciendo cosas del estilo de este trabajo sobre Kosovo”, argumentó.

Cristóbal de la Rosa, director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, elogió “la ambición” demostrada por los realizadores del documental y su actitud “valiente” de buscar financiación para sacar adelante el proyecto antes de contar con ayudas públicas.

Los realizadores de Kosovo: el odio como frontera presentarán el trabajo en el circuito de documentales, al tiempo que negocian la posibilidad de su distribución en la Península.

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