Manolo Tena, un ser “de luz” que ofreció sus dos últimos conciertos en Canarias

Concierto de Manolo Tena en Las Palmas de Gran Canaria el 19 de marzo de 2016

Concha Barrigós

Madrid —

Manolo Tena, el “Joe Cocker español”, creía que también superaría el cáncer que le ha costado este lunes la vida y que si había “renacido” de sus cenizas tantas veces en sus 64 años también podría ahora: “Fue hasta el final un superviviente, un ser de luz que hizo lo que quiso”, relata a su hermano Rafa.

Tena fue diagnosticado de “hígado graso” y se trataba con remedios naturales porque “no quería ni oír” de hospitales o médicos así que cuando los dolores le obligaron a claudicar “le ingresaron de inmediato porque tenía un cáncer de hígado con metástasis”, explica su hermano.

Esto ocurría hace tres semanas, pero se empeñó en cumplir su compromiso de actuar en el Auditorio Teobaldo Power de La Orotava (Tenerife) y en el Auditorio Alfredo Kraus de Las Palmas de Gran Canaria, los pasados 18 y 19 de marzo, los que ya son sus dos últimos conciertos.

“Tuvo que cantar sentado porque ya le faltaban las fuerzas. Volvió a Madrid y ya casi desde el avión se fue al hospital y le ingresaron. En estos últimos días había perdido muchísimo peso pero él estaba convencido de que lo iba a superar”, relata Rafa Tena.

Su hermano está “muy enfadado” con el que era el productor del artista cuando sacó en 1992 “Sangre española”, un disco del que se vendieron, dice, “cientos de miles de ejemplares” y del que él “jamás vio ni un solo duro”.

“Mi hermano firmó la cesión de sus derechos a ese señor en pleno síndrome de abstinencia de la heroína. Estoy decidido a entablar una batalla legal contra él porque se aprovechó de su debilidad y ha dejado a su niña, de la que soy albacea, en la ruina”, relata.

Además, generó una deuda con la Seguridad Social -de unos 200.000 euros, según fuentes conocedoras del caso- por la que la SGAE le ha estado embargando sus dietas por asistencia a su Junta Directiva, de la que era miembro, afirma.

“Vivía con muy pocos recursos, pero era un superviviente y hubiera querido que lucháramos por lo suyo, por los derechos de su hija, y todo el mundo está volcado con eso. Esto lo vamos a sacar adelante”, advierte su familiar, también productor de su último disco.

El cantautor y poeta Joaquín Lera, amigo desde hace 40 años de Tena, ha explicado que hace un mes estuvo en su estudio con Álvaro Urquijo para interpretar un tema para un disco suyo “y estuvo enorme, cantó como nunca”, recuerda.

“Era uno de los grandes artistas de este país y estaba muy centrado en cuidarse, iba al gimnasio, comía bien, no bebía... Estaba contentísimo con poder llevar a su hija, Manuela, al colegio... Es un palo muy grande”, asegura muy emocionado.

Estuvo con él el pasado viernes en el hospital y el intérprete de “Tocar madera” le decía convencido que “iba a salir de esta”, que estaba en una nueva fase de su vida y que el cáncer no le iba a vencer como no le había vencido “su otra enfermedad”, “mucho peor”, en alusión en su adición a las drogas.

“Se nos ha ido uno de los grandes del pop de este país. Si España fuera Estados Unidos hubiera sido tan grande como Joe Cocker, con esa voz suya tan particular.

El productor, músico y compositor Óscar Claros, otro de sus grandes amigos, explica a Efe que Tena estaba viviendo “un momento muy bonito, muy especial” después de una etapa “terriblemente oscura”.

“Estaba encantado con el resultado del programa de la tele -A mí manera, de La Sexta- empezando a volar otra vez, empeñado en comer y coger fuerzas y con una ilusión increíble, como si tuviera 15 años nuevo, y convencido de que iba a superar la enfermedad. Nunca pensó que se moría”, relata.

En sus últimos días en el hospital, “como no tenía nada que hacer, había empezado -le contaba- a poner en orden sus ideas”.

“Ahora me estoy dando cuenta de lo importante”, le decía, persuadido de que iba a tener tiempo de recuperar el tiempo perdido.

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