Música y cocina se funden en el Womad tras un apertura multitudinaria

Artistas de cuatro continentes propugnaron este sábado el uso de música y cocina como vías para desarrollar y proteger la libertad personal frente a imposiciones al presentar la segunda noche de conciertos del XII Womad Canarias, con el español Antonio Carmona como máxima atracción. Más de 40.000 personas, según fuentes de la organización del festival, se congregaron el pasado viernes en el parque Santa Catalina de la capital grancanaria bajo los ritmos de

La cocina fue, de hecho, “una vía de escape hacia la libertad” para muchos ciudadanos de China durante la revolución de Mao, en la que se prohibían incluso las canciones consideradas no afines al régimen. Sin embargo, muchos chinos cantaban mientras preparaban su comida, usando cuchillos y perolas o sartenes como instrumento rítmico, según el flautista Guo Yue.

Sentado a una mesa junto a músicos de Sudáfrica, Reino Unido, Japón, Cuba y Malí que respaldaron calurosamente sus palabras, Guo Yue defendió la fórmula hacia la felicidad que difunde a través de un libro-disco que ha editado con un explícito título: Música, comida y amor. Tres elementos que, subrayó, son las claves del desarrollo personal y, por tanto, de la libertad y la felicidad.

Para dar la posibilidad de comprobar la veracidad de sus afirmaciones, Guo Yue ofrece al público de este festival una oportunidad empírica de evaluar los resultados de su fórmula: un taller que, con el mismo título que su libro, permitirá aprender algunos de los secretos que hacen de su forma de cocinar y hacer música vías de expresión y realización desconocidas.

Una cita multicultural “única” en el mundo

Esa inusual oportunidad es algo, según recalcó el cantante sudafricano Sam Tshabalala, que “sólo puede ocurrir en el Festival Womad”, una cita multicultural que calificó como “única para compartir música y conocimientos con gente de todo el mundo”.

Gente que, de no existir el Womad, no habría tenido seguramente la ocasión de escuchar en directo la música que interpreta Tshabalala, que combina en su repertorio las canciones de creación propia con temas tradicionales de su país. La producción sonora tradicional de Sudáfrica “es tan bonita y tan rica que, a veces, me pregunto por qué hago canciones nuevas, cuando bastaría con recopilar y cantar las que ya existen”, según aseguró.

En el extremo opuesto se situaron los componentes de la banda Ska Cubano, una ecléctica formación cuyos integrantes, originarios de Cuba, Jamaica, Japón, Montserrat y Reino Unido, hacen un sonido que ellos mismos catalogaron de único en el mundo, al fusionar los ritmos clásicos de la isla caribeña o de otros países latinos, como Colombia, con variantes del “reggae” o de música electrónica. Todos subrayaron, en cualquier caso, que la grandeza del Womad, un modelo de festival multicultural que puso en marcha el legendario músico británico Peter Gabriel con el objetivo de acercar los ritmos y las tradiciones propias de unos continentes a otros y promover, así, el entendimiento a través del conocimiento de lo distinto, es reunir sin distorsiones estilos y artes variopintos.

Quienes deseen comprobarlo aún están a tiempo de hacerlo en el XII Festival Womad Canarias, que no sólo oferta todavía dos largas noches de conciertos en su habitual escenario del Parque Santa Catalina, transformado por unos días en un colorido territorio multirracial, sino también dos jornadas de actividades y talleres donde aprender danzas, juegos o artes de lugares remotos.

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