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El Palacio de los Deportes bendice a Maldita Nerea

MADRID, 22 (EUROPA PRESS - Carlos Hergueta)

Desde hacia semanas, cuando parecía seguro que lo lograrían, el titular de la crónica del concierto que acogió anoche el Palacio de los Deportes estaba clara: Maldita Nerea logra su objetivo.

Sin embargo, decir únicamente que la formación vendió unas 15.000 entradas y colgó el cartel de 'Entradas agotadas' en el popular estadio madrileño sería hacerles un flaco favor. No solo el numero, también el fervor de los fans se ha multiplicado y los coros sonaban con tal fuerza que casi sepultaban la voz del cantante.

Ya desde las horas previas al concierto se atisbaba ese abrazo del publico, con larguísimas colas en torno al Palacio y explosiones de histeria y júbilo espontáneo cuando las fans (porque la mayoría de los asistentes eran unas muy jovenes seguidoras) creían ver entrar al grupo.

Asi, resultó digna de ver la evolución de la cantidad de asistentes y la respuesta del público desde dos años hasta ahora. Desde los cientos de personas que no conocían todos los temas de La Riviera, por ejemplo, a la tropa de miles de fans que se sabían las letras con puntos y comas en el Palacio. “No lo olvidaremos”, dijo el líder del grupo: Jorge Ruiz.

El resultado fue un espectáculo con una acogida total, a la altura de otras bandas de pop mucho más consagradas como El Canto del Loco. Premio al trabajo de la formación pero también a los accesibles 15 euros de la entrada y al enorme apoyo de la productora y los medios, que llevan meses haciendo sonar sus canciones y anunciando este concierto.

La actuación estuvo dentro de lo que cabía esperar de Maldita Nerea, con una selección de sus temas más populares como 'Después de todos estos años', 'Su película', 'Piedra papel o tijera' y, por supuesto, 'El secreto de las tortugas' que tocaron en dos ocasiones. La distribución de los temas fue algo desigual, con una primera mitad mucho más animada y una segunda en la que las piezas más románticas y pausadas de Maldita Nerea tomaron el escenario.

También resultó algo corta, una hora y media, sin duda consecuencia de su escaso repertorio (dos discos más un recopilatorio con un par de temas nuevos) y a que no debían querer dejar sin cantar a ni un solo asistente. Además, Maldita Nerea se enfrentó en un par de ocasiones a problemas técnicos con un parón de varios minutos digno de mención.

En cualquier caso, no consiguió deslucir el resultado final: el público se marchó de allí contento cuando sonó la banda sonora de Fraggle Rock y el grupo se dio su baño de masas. Todos contentos.

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