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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Sonido para transmitir energía

Krachtgever

Bosch explicó que la instalación funciona mediante un ordenador que hace moverse a un muro formado por cajas de madera a modo de embalajes vibrantes. “La obra tiene su propia vida, con altos y bajos, y produce un sonido ideal para transmitir energía”, agregó Bosch, uno de lo creadores de Krachtgever junto a su compatriota Simone Simons.

“Aunque la estética es importante sin sonido no tendría sentido la obra”, subrayó.

56 cajas de madera en 14 columnas

Un total de 56 cajas de madera distribuidas en 14 columnas de dos metros y medio de alto por doce de largo, unidas por muelles y controlados por motores oscilantes, constituyen la obra de los artistas holandeses, una obra creada 1994 aunque en una versión más reducida.

Peter Bosch indicó que en 1998 la instalación dinámica cobró su actual tamaño y que los motores están controlados por un ordenador que “aleatoriamente produce unos traqueteos más intensos o más suaves”. El repertorio del Krachtgever se puede describir como montones de sonidos de percusión que varían en fuerza, timbre y ritmo desde lo sutil hasta lo enérgico, desde lo ordenado hasta lo caótico.

“Cada caja contiene diversos materiales y los muelles que unen las cajas está diseñados para producir unos sonidos puros, sin amplificación y de gran riqueza”, explicó el artista holandés. La exposición se prolongará hasta el 27 de octubre y anteriormente se ha podido ver en Madrid y Valencia.

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