El corto, ¡qué metraje!

Rodaje de 'Eclipse', de María Sosa.

Jessica González

Las Palmas de Gran Canaria —

Hay historias largas a las que les sobra tiempo, pequeñas historias que necesitan de él y hay historias que cuentan con los minutos exactos para enriquecer las pupilas de los espectadores más expectantes. Son relatos de corto metraje donde cada minuto vale lo que dura. Un tipo de cine que, a pesar de la dificultad de su incursión en las salas comerciales, goza de buena salud con el apoyo progresivo de aficionados y el encuentro de su espacio propio en prestigiosos festivales cinematográficos nacionales e internacionales.

Cada minuto de sus obras les ha valido a cortometrajistas canarios como David Pantaleón, María Sosa, Rafael Navarro, Cris Noda y Cayetana H. Cuyás para participar en distintos certámenes, como la pasada decimoctava edición del Festival de Cine de Málaga en la que acudieron alrededor de 122.000 espectadores. Lugar donde se alzó con la Biznaga de Plata Premio Especial del Jurado en la sección Animazine, el corto canario La trompeta del colectivo BlaBlu y dirigido por Andrés Nieves.

Asimismo, Tres corderos, Eclipse, La vie en rose, Silver Sands Motel son los títulos recientes, más destacados del género, que pudieron disfrutar los asistentes a la sala Albéniz en la gran semana del cine celebrada en la ciudad de las biznagas.

Calidad marca de la casa

David Pantaleón es un asiduo director en distintos festivales de España y el exterior. Cuenta en su haber con más de treinta premios otorgados en ciudades como Portugal, donde recibió el galardón al mejor cortometraje documental en el 7th Faial Filmes por Hibernando, trabajo que también fue premiado en el Festival Flamenco de Cortometrajes 2011 en Madrid. En su amplia andadura, el realizador grancanario ha enfocado su objetivo estos últimos años en los vecinos de Valleseco, especialmente en las personas discapacitadas que integran el Centro Ocupacional del pueblo. Ellos han sido los protagonistas de una trilogía que cierra con el título La pasión de Judas. Presente en varios festivales mundiales, este corto refleja, como en cada una de las piezas predecesoras, la particular perspectiva de la realidad sacada de una mente con capacidad especial. En esta línea de trabajo Pantaleón ha desarrollado Tres corderos, un tríptico surrealista conformado por tres actos que escenifican el miedo a lo desconocido, a lo colectivo y a uno mismo. Temores que muestran circunstancias actuales como los estragos de las farmacéuticas, que se materializan durante el corto en metáforas visuales representadas por un monstruo hecho de cajas de medicamentos. Todo esto basado en los textos escritos por hombres y mujeres con discapacidad que aportaron sus ideas en una mesa de trabajo conjunta y que logra plasmar de manera creativa Pantaleón, quien no asegura que el término director de lo social lo podría definir. “Si hay algo social es intrínseco al momento en el que vivimos. La idea es integrar a los grupos de riesgo en un trabajo que, más allá de lo pedagógico, lo trato como un proyecto más”, comenta al otro lado del teléfono.

En cuanto a su manera de hacer cine nos cuenta que defiende “un cine que hace preguntas y no el que da respuestas, pienso que las películas se terminan en la cabeza del espectador más que en la mesa de edición”.

María Sosa, realizadora originaria de Las Palmas, ha plasmado su carrera profesional en Barcelona. La Ciudad Condal ha sido testigo de sus extensas capacidades detrás de las cámaras codirigiendo cortometrajes como REM (2011) que estuvo presente en más de una decena de festivales de categoría internacional como el de Sitges y Cannes. Su incesante crecimiento en el arte audiovisual ha estado acompañado de obras como Sonata No.16 y la seleccionada en el Festival de Málaga, Eclipse. “Es el primer festival para el corto y mi primera participación en Málaga. Me llevo muy buenas impresiones respecto a la receptividad del público, que llenó la sala de proyección, y del trato dado hacia los cortometrajes, que, en esta oportunidad, tuvieron doble exposición al organizar pases en días distintos” afirma la directora quien concluye la entrevista compartiendo una mirada íntima de su última historia con aires autobiográficos. “Es una historia real. De pequeña me encontraba en un campamento, ese día se esperaba un eclipse, por momentos percibí señales que para mí eran el fin del mundo, entonces surgió el miedo a lo desconocido. En mi infancia todo lo que estaba fuera de mí entender me generaba inquietud”. Ese es el punto de partida de Eclipse, protagonizado por Pol Y Lua, los niños que llevan a la pantalla un fragmento de la vida de su autora que nos plantea “cómo funciona la imaginación con los miedos. Engrandeciendo cosas simples, marcando una fina línea entre invención o realidad”.

Rafael Navarro, el arte personificado en hombre. Arquitecto, fotógrafo, novelista, pintor, escultor, guionista y director de cine, con varios premios en su historial, brilló en el Festival de Las Palmas con su largometraje Moscú y en Corea del Sur y Lisboa con el cortometraje La cantante, ganando en esta última ciudad el premio al mejor corto de ficción en la sección internacional. Recientemente nos muestra La vie en rose, estrenado el pasado año en el Festival de Cine de Las Palmas y en la última edición del Festival de Cine de Málaga. Es un relato breve, secuela de su anterior corto, que narra un día cualquiera, pero determinado, de la vida del mismo Navarro y su esposa. “La historia documenta de cierta manera un momento de nuestras vidas, que es mucho más compleja de lo que se puede contar en 24 horas”, comenta el director.

Cris Noda y Cayetana H. Cuyás. Son muchos los trabajos realizados por estas creadoras audiovisuales. Desde hace unos años juntaron sus nombres para llevar a cabo la codirección de piezas dignas de reconocimiento. Dos aspectos que resaltan de su filmografía, además de la historia, son el arte y la fotografía que firman cada fotograma como una obra en sí misma. No en vano, las realizadoras trabajan profesionalmente como Directora de Fotografía y Directora de Arte, respectivamente. Entre sus últimos cortometrajes se encuentra Silver Sands Motel, presente en LPA Film Festival donde obtuvo el premio de distribución otorgado por Digital 104 Film Distribution y partir de allí ha sido seleccionado en festivales mundiales como el de Italia, Alemania, Colombia y Uruguay, compitiendo también, por primera vez, en Málaga. Cinco minutos son suficientes para hacer de Silver Sands Motel un lugar diferente. “Fue entrar en el hotel y sentir la necesidad de contar algo. Rodamos el corto en dos noches, fuimos creadoras, directoras, guionistas e intérpretes”. Comentan las directoras de esta obra de suspense con toques de cine negro y cine indie.

El corto que me traje

Canarias Cultura en Red o empresas como Digital 104 Film Distribution son algunos de los entes encargados de llevar el talento canario más allá del archipiélago. Aunque, ante la presencia de tan buenas ideas, profesionalidad y factura técnica emergentes, los directores se hacen eco del imperioso aumento de visibilidad al cine local. Echan en falta acciones que den cabida a los cortos en las parrillas de las televisiones y salas comerciales, más ayudas al sector y, cómo no, más escuelas donde se enseñe a hacer buen cine. “Existe mucho talento y la necesidad constante de contar historias.” comenta Cayetana Cuyás que ha trabajado junto a Cris Noda, David Pantaleón y Rafael Navarro en más de una ocasión compartiendo sus habilidades para sacar adelante proyectos de calidad. “En este mundo tan egocéntrico e individualista, que un grupo de personas se ayude para llevar a cabo una tarea en común, con la misma pasión, es de destacar” concluye David Pantaleón.

Sólo falta que ese espíritu de colaboración trascienda hacia los que tienen el poder para hacer de estos nombres y apellidos canarios, cineastas que sigan respirando y puedan vivir por y para el cine, reconociendo sus esfuerzos y el trabajo de talla que ofrecen.

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