Luis W. Cortés llega a La Palma cargado de luz y color

Esther R. Medina / Esther R. Medina

La luz y el color están presentes en la obra y en la vida de Luis W. Cortés. A sus 87 años, este artista catalán, que pinta desde que era “un monigote” y que desborda vitalidad, acaba de aterrizar en La Palma, procedente de Mallorca, cargado con dos maletas repletas de cuadros que exhibe hasta final de mes en la sala de arte 'Hay un mundo por conocer? La Palma' de La Molina Artesanía de Santa Cruz de La Palma. “Ha sido un lío, pero las traigo con gusto y sé como transportarlas para que no les pase nada”, ha manifestado a LA PALMA AHORA.

Luis W. Cortés nació en Barcelona, pero dejó la Ciudad Condal a los 14 años para trasladarse a Francia. Posteriormente vivió en Argel, y durante más de cuatro décadas residió en Santa Cruz de Tenerife, donde trabajó como representante de la casa Mercedes Benz. En estos momentos, circunstancialmente, pasa una temporada en Palma de Mallorca aunque confiesa que “mi corazón está en Canarias”.

Se inició en la pintura a los cuatro años y su formación artística es “completamente autodidacta”. “Siempre he pintado lo que se me ha pasado por mi cabeza, lo que me ha gustado”, dice. Recuerda que unos de sus primeros cuadros fue “una puesta de sol sobre el río Besós un día que iba con mis padres, que en paz descansen, a hacer una paella”. Entre sus referentes en la pintura está el catalán Coll Bardolet, de estilo impresionista, que instaló su residencia definitiva en Mallorca y que recogió en sus cuadros el paisaje, las labores agrícolas o las danzas mallorquinas. “Me gusta mucho su obra”, reconoce Luis W. Cortés, un hombre elegante y afable que asegura no aparentar 87 años porque “he sido muy feliz en esta vida”. Cuando coge el pincel logra “la tranquilidad absoluta, una relajación total, porque yo pinto sintiendo lo que pinto”, resalta.

Es un enamorado “de la luz y el color”, como Bardolet. “Mallorca y Menorca tienen mucha luz, pero la de La Palma es tremenda, muy buena”, afirma. Se siente atraído por los paisajes, los bodegones y las marinas, y domina todas las técnicas. “Pinto con acuarela, óleo, acrílico, técnica mixta?”, indica.

Luis W. Cortés ha venido expresamente de Mallorca a La Palma para exponer su obra gracias a la amistad que mantiene con un palmero. Curiosamente, los 26 cuadros que exhibe, óleos y acrílicos de estilo impresionista, recogen estampas de La Palma pero han sido pintados en Mallorca. “Me han enviado imágenes, muchas antiguas, del siglo pasado, y yo las he pintado en blanco y negro o en color”, señala.

A lo largo de su dilatada trayectoria artística ha realizado multitud de exposiciones, y muchas de sus obras se encuentran en Frankfurt y Hamburgo, en domicilios de directivos de la casa Mercedes Benz. “En Tacoronte hay un señor que elabora vino, Estanislao, que tiene 54 cuadros míos”, cuenta. “Yo me siento más canario que catalán, me hierve la sangre por Canarias”, insiste.

Luis W. Cortés, a sus 87 años, es puro optimismo. El hábito de nadar a diario y la práctica de la pintura le han ayudado a mantenerse en plena forma física y mental, pero considera que la actitud ante la vida es lo más importante. “Siempre he pensado una cosa: uno será viejo cuando quiera ser viejo”. Luis W. Cortés no quiere ser viejo. Y no lo es. Irradia luz y color.

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