Las visitas a la Cueva Pintada son ''rentables culturalmente''

El director de la Cueva Pintada de Gáldar, Iñaki Sáenz, ha pasado este viernes por la mañana por los micrófonos de El Correíllo para repasar los últimos cinco años desde la reinauguración de la cueva. Un lustro en el que han visitado el yacimiento unas 268.000 personas y que como su director afirma, a pesar de no ser visitas rentables en términos económicos, sí son rentables “culturalmente”. Y es que son conscientes de que los yacimientos del noroeste grancanario sobreviven gracias a la ayuda del Cabildo, quien aportó el 60% del presupuesto para su rehabilitación, y que ahora aporta prácticamente el 100% de la gestión, mantenimiento e inversión.

De estos visitantes, los perfiles son variados. Así, un 25-30% son escolares (en periodo escolar prácticamente ellos completan las visitas entre semana), mientras que el resto de personas son turistas generalmente de Canarias, y un 12% extranjeros. Iñaki afirma que el objetivo es que los visitantes extranjeros aumenten, para ello se dan visitas guiadas en alemán, inglés y francés. Es evidente que el hecho de haber reabierto la cueva ha permitido atraer turismo a la comarca del noroestre grancanario, ayudando al desarrollo de la zona.

Como es normal, la crisis económica también ha hecho mella en la Cueva Pintada, y ello se ha notado en estos cinco años desde la reapertura. De este modo, programas que realizaban desde la dirección han tenido que ir moderándolos y dejarlos para otros años. Igualmente las visitas también descendieron durante el periodo 2008-2009, algo de lo que es consciente el director y que comprende como “normal con la situación económica actual”.

Iñaki recuerda que la cueva tiene unas condiciones de conservación muy buenas, pero aún así la cueva es frágil. Así, hay un límite de 450 personas al día para que el deterioro no sea grande. Por ello la reapertura se hizo con una serie de condicionantes como “no mucho público, ni grupos grandes y periodos de descanso de la cueva para que recupere su nivel óptimo”. Un ejemplo del periodo de descanso de la cueva es que los lunes permanece cerrada.

A pesar de que la cueva está abierta al público, los trabajos arqueológicos y de investigación se siguen realizando todos los días y no sólo en la cueva. Así lo reconoce Iñaki: “En estos 5 años han sido más conocidos los programas relacionados con las actividades, la educación y el programa público. Hay un gran trabajo de los técnicos y restauradores y hacemos un trabajo que no se muestra al público ni son en el momento, sino que se ven con el tiempo”.

El canario es consciente de su patrimonio

De origen vasco, Iñaki recuerda cómo fueron sus inicios en Gáldar, cuando empezó a trabajar como dibujante de dibujo técnico-arqueológico, de casualidad y después de muchos años se quedó en Gran Canaria, hasta llegar a ser director de una cueva que reconoce que es “un lugar prioritario de los mejores yacimientos, por las pinturas de la cueva, hoy por hoy únicas, con una serie de motivos complicados”. La conservación de estos motivos es “muy buena”, afirma. Además, recuerda que “las excavaciones que se hicieron en torno a la cueva descubrieron un poblado de unas 60 casas con una conservación muy grande”. En este poblado han encontrado elementos como carbones, semillas, restos de peces o de fauna que servirán para dar datos de la vida cotidiana de los aborígenes.

Quién mejor que Iñaki, de fuera de Canarias, para responder a la pregunta de si los canarios son conscientes del patrimonio que se atesora en nuestas islas. Él opina que sí, que “el hecho de tener una cultura medio perdida hace que la gente valore en parte el patrimonio medio olvidado y que los centros educativos incorporan elementos de la cultura canaria propia”. Habrá que hacerle caso al director y continuar cuidando el patrimonio. Qué mejor que darse un salto hasta el noroeste grancanario, dar una vuelta por las cuevas y disfrutar de los quesos de la vecina Guía.

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