España estrena su condición de favorita

El Mundial de Sudáfrica 2010, el primero de la historia que se celebrará en el continente negro, arranca este viernes con la selección española en el cartel de grandes favoritos a su conquista, un papel novedoso para el combinado nacional en el que deberá ratificar el rol de gran atracción del fútbol internacional que se ha granjeado durante los últimos años.

Acostumbrada a viajar a estas grandes citas en el segundo vagón, la Roja deberá afrontar la Copa del Mundo como integrante del grupo de principales aspirantes. Mientras que en anteriores ediciones las últimas rondas eran motivo de éxito, ahora asoman al horizonte de la selección española casi como una obligación, euforia que el propio Vicente Del Bosque ha tratado de frenar.

Sin embargo, la vigente campeona de Europa llega a Sudáfrica tras haber firmado una fase de clasificación inmejorable y libre de contratiempos, una vez recuperado Fernando Torres y con la única duda de Andrés Iniesta, cuya lesión parece que no le impedirá disputar el Mundial. Chile, Suiza y Honduras serán sus rivales en la fase de grupos, aunque los mayores reparos llegan en el cruce de octavos.

Y es que de superar esa fase inicial, España encontrará su rival en el llamado grupo de la muerte, donde Brasil, Portugal y Costa de Marfil se perfilan como amenazas. De todas ellas quien más atención reclama es la pentacampeona, que con una cara muy diferente a la habitual conserva el privilegio de saberse seria aspirante al triunfo final.

Desde la llegada de Carlos Dunga al banquillo, la verdeamarelha presume de una solidez que no sólo le ha permitido recuperar su dominio en la zona sudamericana, sino que ya tuvo sus réditos el verano pasado con la conquista de la Copa Confederaciones. En su regreso a Sudáfrica, Brasil tratará de conquistar su sexto título mundial con un estilo que define a su selecionador.

Sin la colección de estrellas de la que otros años ha presumido, pero con la seriedad y la fortaleza que proporciona el colectivo, la canarinha vuelve a aspirar a grandes cotas en el Mundial. Hombres como Kakà o Robinho querrán resarcirse de sus grises campañas, mientras que Luis Fabiano se enfrentará al gran reto de ejercer como 9 de Brasil.

Messi busca su consagración y Capello la redención de Inglaterra

Con muchas más dudas en su camino pero con el caché intacto se presenta Argentina. La albiceleste tuvo que recurrir a la repesca para ganarse su billete a Sudáfrica, pero la tradición competitiva y la presencia en sus filas de uno de los ataques más temidos del escenario internacional obliga a tenerla en consideración a la hora de hablar de favoritos.

En esta cuestión resalta el nombre de Leo Messi, extraterrestre con su club y discreto con la zamarra nacional. Si Argentina quiere conquistar el Mundial, el papel de la Pulga se antoja clave. La albiceleste necesitará al 10 más inhumano, presión añadida sabiendo que tendrá a su espejo en el banquillo. Maradona ha recibido multitud de críticas, pero un ataque al que se suman nombres como los de Higuaín, Milito, Tévez o Agüero genera respeto.

Respeto será lo que intente recuperar Fabio Capello para su selección inglesa, campeona ya en el lejano 1966. Ausentes en la última Eurocopa, los pross deben recuperar en el Mundial el prestigio perdido en los últimos tiempos, y para ello contarán con un ganador implacable como el entrenador transalpino y con Wayne Rooney, uno de los goleadores más en forma del planeta.

Más recelos despierta Italia, una vigente campeona que sólo tiene la historia como argumento para sostenerse. Sin renovar un plantel que acusa el paso de los años y con Pirlo casi seguro ausente en toda la primera fase, los de Marcelo Lippi aparecen en un inevitable segundo plano al que también se ha abonado Francia. En su caso, la sentencia de Raymond Domenech ya está dictada, y la pobre fase de preparatoria y los últimos amistosos no han ayudado a alimentar las escasas esperanzas, aunque algo parecido les sucedía hace cuatro años y luego fueron finalistas.

Ilusiones que sí guarda Alemania, con la incorporación de jóvenes promesas como Thomas Müller y Mesuz Özil a la dinámica de la Mannschaft, aunque las dudas en la posición de nueve y la plaga de lesiones que, entre otros, dejó fuera a Michael Ballack contienen el optimismo de la actual subcampeona continental.

Y es que los problemas físicos se han erigido en protagonistas de las últimas fechas, y han golpeado a selecciones como Costa de Marfil, Holanda o Portugal, situadas en el vagón de aspirantes. Los Elefantes, gran esperanza africana, tendrán a Didier Drogba mermado por una fractura de cúbito, Robben ha encendido las alarmas en Holanda con problemas musculares y Portugal, donde se espera la mejor versión de Cristiano Ronaldo, no podrá contar con la frescura de Nani.

Así pues, España afrontará el Mundial con un papel de favorita es que hasta el momento no se le había otorgado. Esta vez, la ilusión que envuelve a la Roja tiene fundamentos para hacer soñar, pero selecciones como Brasil, Inglaterra o Argentina se configuran como grandes obstáculos en el camino de un torneo, donde África quiere ser también protagonista deportiva, donde ningún rival da facilidades y donde los fallos se pagan caros.

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