España acaba con la resistencia griega y luchará por el oro en el Eurobasket

España ya ha ganado una medalla, la de plata, y va a jugar por el oro del Europeo 2007 porque aguantó y superó a la Grecia más tosca que se ha visto bajo la dirección de Panagiotis Giannakis, transformada en un equipo peleón que buscó la ruina psicológica de la selección de Pepu Hernández y acabó sometida a la superioridad de un equipo espectacular.

Panagiotis Giannakis planteó la semifinal con el objetivo prioritario de rebajar la anotación del combinado español, de asfixiarle en cada ataque y obligarle a moverse en ataques largos. Semejante propósito requiere un buen sistema de protección, que los griegos tienen, pero para que sea efectivo contra los campeones del mundo, también necesitaba forzar contactos continuos para desgastarles psicológicamente.

Nikos Chatzivretas recurrió a esa estrategia en el primer balón que recibió Rudy Fernández, su par en el arranque. La falta fue señalada y Chatzivretas siguió buscándole las cosquillas al alero del Joventut en el saque de fondo. Le agarró de la camiseta, le puso la nariz a un milímetro de la cara y le dijo cuatro cosas. Rudy lo ignoró.

España sabía que los griegos iban a recurrir a todo su bagaje como equipo, incluida esa veteranía para librar el duelo mental. Los primeros ataques españoles apenas encontraron huecos. Y, cuando las cosas se ponen así, el abrelatas mide 2,15 y se llama Pau Gasol. El alero de los Memphis Grizzlies y un impresionante José Manuel Calderón airearon las cargas sobre el aro heleno y España mandó un mensaje de superioridad a los campeones continentales.

El ala-pívot con la autoridad que impone dentro de la pintura (ocho puntos en nueve minutos). El base, desde el perímetro en el triple y la enorme jerarquía como director de juego que le distingue.

Calderón surgió cuatro veces en el arco y metió tres triples en el primer cuarto. Grecia asimiló que el juego subterráneo tampoco valía para erosionar la convicción de los hombres de José Vicente Hernández. Ni en el juego ni en la mente. Pero reaccionó con inteligencia. Sin renunciar a la intensidad delante de su aro, dejó aparte el embrollo para centrarse en hilar buenas ayudas, cerrar espacios y hacerse valer con rectitud.

España también imprimía mucha fuerza frente a las cargas griegas. Con todo, muchas acciones griegas merecedoras de la falta pasaron al limbo sin señalarse, acciones, en numerosas ocasiones, nítidas y sin discusión. La selección lo acusó en los prolegómenos del descanso. Vassilis Spanulis acertó mucho en ese tramo (nueve puntos) y la bocina paró el juego con 41-39.

Lo visto hasta entonces guardaba un claro paralelismo con la semifinal del Mundial 2006 ante Argentina, que también apostó por la mano dura para resquebrajar el baloncesto y la fe del equipo nacional. Los albicelestes fracasaron. El bloque heleno, pasado el primer tiempo, también, aunque no por completo. El marcador les daba aliento aunque España no hubiese mordido el anzuelo.

El objetivo de complicar los ataques españoles sí era un hecho. Pau Gasol mantenía el ritmo anotador, pero por medio de tiros libres porque recibir el balón le costaba un calvario entre empujones, pequeños toques, manotazos. Entre tanto, Spanulis alimentaba los números griegos con seis puntos en otros tantos minutos del tercer cuarto. Tanto, que adelantó a su equipo (47-49).

Juan Carlos Navarro recobró la ventaja inmediatamente desde el triple (50-49), una acción eléctrica dentro de una auténtica pelea de gallos que caminaba hacía un final apretado, tal y como pretendía la pizarra de Giannakis. Los triples empezaron a volar en ambas canastas. Daba Navarro (55-55) y replicaba Panagiotis Vasilopulos (55-58 m.29).

España había dejado claro que la rudeza no le originaba temor alguno. Le faltaba imponerse en la dramática batalla que bullía sobre el parqué. Además, los griegos no renunciaban a meter los dedos en el sistema nervioso español. Dimitris Diamantidis golpeó a Navarro en pleno vuelo hacia el aro. No se oyó ningún silbato. Pero, claro, Diamantidis fue a buscar el enfrentamiento, a ponerle un cebo delante de la cara. Se montó un tumulto, pero España tampoco picó.

Quedaba el último cuarto. La diferencia, un punto (59-60). Había que conservar la cabeza fría. O caliente, según se mire. Navarro, tras un sensacional contragolpe llevado por Calderón, se paró en el arco y la clavó (62-60). Entonces fue el turno para la marrullería de Kostas Tsartsaris, que golpeó furtivamente a Calderón al albur de un bloqueo. Le pitaron antideportiva.

Jorge Garbajosa transformó los dos tiros libres de la alevosa falta del pívot griego (64-60 m.32). La tensión se mascaba en el ambiente. España peleaba frente a la Grecia del palo y tente tieso, la que Giannakis había borrado del mapa y ha vuelto a resucitar como último recurso para tratar de imponerse a un equipo que le ha quitado un oro mundial y le taponaba el acceso a una final europea.

Lo más estremecedor es que había más personas sobre la pista que querían sacar de quicio a los campeones del mundo. Rudy Fernández recibió una técnica que puede hacer historia en el baloncesto. Fue golpeado con claridad, uno de los colegiados marcó una infracción, pero no la falta, sino una técnica al jugador español.

Todo eran zancadillas. De cualquier índole. Calderón sorteó unas cuantas para anotar una bandeja. Navarro también. España seguía en pie le pesara a quien le pesara. Y llena de rabia. Su coraje hizo posible que Pau matará un balón dentro del aro, Carlos Jiménez barriera el suelo para rozar un balón y sacar un contragolpe de manos de Calderón y que el equipo de Pepu Hernández, rodeado de trampas, sacará la cabeza a flote (74-68 m.39).

España aún debía remachar el enorme derroche de corazón y talento efectuado a lo largo de un partido infernal. Los lanzamientos y los tiros libres perforaban el aro griego, pero los de Giannakis no cejaban en su empeño (78-76 a diecisiete segundos del final).

Lo completaron en dos tiros libres de Jorge Garbajosa y una perdida de balón de Theo Papalukas diez segundos por delante del final (82-76). Enorme España. Enorme. Fair play y victoria de campeona.

Ficha técnica:

España (82)

Grecia (77)

España (24+17+18+23): Calderón (18), Fernández (2), Jiménez (5), Reyes (2), Pau Gasol (23) -cinco inicial-, Garbajosa (6), Navarro (23), Marc Gasol (-), Mumbrú (-) y Cabezas (3).

Grecia (18+21+21+17): Diamantidis (6), Chatzivretas (3), Kakiuzis (8), Dikudis (8), Papadopulos (2) -cinco inicial-, Tsartsaris (7), Spanulis (24), Vasilopulos (10), Zisis (6) y Papalukas (3).

Árbitros: Drabkovsky (UKR), Belosevic (SRB) y Ziemblicki (POL). Excluyeron por personales a Tsartsaris (m.40). Señalaron técnica a Fernández (m.35) por hacer un comentario.

Incidencias: encuentro correspondiente a las semifinales del Europeo 2007 disputado en el Palacio de los Deportes de Madrid ante unos 15.500 espectadores. Los Duques de Lugo, Elena de Borbón y Jaime de Marichalar, presidieron el encuentro desde el palco de honor junto a Mercedes Cabrera, ministra de Educación y Ciencia; el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky; el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y el presidente de la Federación Española de Baloncesto, José Luis Saez. ión.

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