Rafael Nadal brega contra Albert Montañés y se prepara contra Hewitt

Albert Montañés entró en la pista Philippe Chatrier entregado de antemano contra Rafael Nadal, pero se creció, se dio cuenta que podía hacer mas y bregó sin descanso hasta que los músculos del doble campeón de Roland Garros se calentaron lo suficiente para encontrar la victoria en dos horas y 21 minutos.

Nadal cumplirá este domingo 21 años y podrá descansar tranquilo tras imponerse por 6-1, 6-3 y 6-2, en un partido más complicado de lo que ambos esperaban. Está ya en la segunda semana sin ceder un set, aunque el barcelonés desplegó todo su arsenal para fajarse al máximo contra él.

Rafa tiene ahora un día de descanso para celebrar su cumpleaños, entrenarse aún mas y pensar en el australiano Lleyton Hewitt, su próximo rival, recordando su titánico duelo contra el de Adelaida en las recientes semifinales de Hamburgo (2-6, 6-3 y 7-5), una victoria antesala de la derrota contra el suizo Roger Federer.

Al final, el tirano de la tierra, como le bautizó Carlos Moyá, o el niño perfecto como le denominó el propio Montañés, avanzó a los octavos, y con él, dos jugadores españoles más, porque Moyá derrotó al argentino Juan Pablo Brzezicki, por 6-1, 6-3 y 7-5, y Fernando Verdasco a David Ferrer, cuarto finalista en 2005, por 4-6, 7-6 (2), 6-3 y 6-3.

Así, con Tommy Robredo clasificado ya desde el viernes, España tendrá a cuatro representantes en esa ronda, manteniéndose como el país que domina el cuadro masculino.

A la jornada hay que añadir la gran victoria de Anabel Medina sobre la eslovaca Daniela Hantuchova, duodécima favorita, por 4-6, 7-6 (2) y 7-5 en tres horas y cuatro minutos, el partido más largo del cuadro femenino hasta el momento, y su primera aparición en los octavos aquí, igualando su actuación en el Abierto de Australia del 2002.

Con su tenis reavivado y en gran forma tras ganar el torneo de Estrasburgo por segunda vez, Medina buscará mañana domingo los cuartos de final frente a la serbia Ana Ivanovic, vencedora en Berlín, y séptima favorita, y para ello lo que más desea es descansar lo suficiente.

Óscar Hernández, que tan buen torneo ha realizado hasta el momento, no pudo con la veteranía del sueco Jonas Bjorkman, de 35 años, que le derrotó por 6-7 (3), 6-3 y 6-0, y será el nórdico el próximo rival de Moyá, en el regreso del campeón de 1998 a los octavos de final.

Prueba de esos interminables intercambios que ofrecieron Nadal y Montañés fueron los 21 minutos que duró el sexto juego del primer set, en los que los dos jugadores se enfrascaron en una guerra desde el fondo, interminable.

Montañés, que repetía ronda en París, mostró al resto de los jugadores como se puede intentar ganar a Nadal, con dejadas, abriéndole ángulos, sorprendiéndole con subidas. Lo hizo casi todo bien, pero el físico del de Manacor aguanta todo lo que le echen, y este domingo fue una buena prueba de ello.

El barcelonés se acomodó a la pista central como si hubiera jugado en ella toda la vida, a pesar de que era la primera vez que lo hacía. Pocos rivales que no fuesen Nadal hubieran aguantado la potencia de su derecha, que le ha llevado este año a la final de Casablanca, las semifinales de Houston y Viña del Mar, en lo que él mismo ha calificado como la mejor temporada de su carrera.

Montañés quería arañar algún juego más que en el último partido contra “Rafa” en la final de Acapulco 2005 (6-1 y 6-0) y lo consiguió, aunque de forma exigua. Al final pagó tanto riesgo con 60 errores no forzados que le hundieron.

Ya con 17 victorias seguidas en París, Nadal tendrá ahora su primera prueba de fuego. Le sale al paso ahora uno de los rivales que más problemas le han dado en la temporada de tierra batida, el australiano Lleyton Hewitt, a quien derrotó en un partido titánico en las semifinales de Hamburgo, y que hoy se impuso al finlandés Jarkko Nieminen por 1-6, 6-3, 7-5 y 6-2 en dos horas y 58 minutos.

Pero si alguien luchó hasta casi la extenuación fue el serbio Novak Djokovic que ante el último francés que quedaba, Olivier Patience, aguantó cuatro horas y cuatro minutos, escapando de la derrota para vencer por 7-6 (2), 2-6, 3-6, 7-6 (4) y 6-3.

El serbio será el rival de Verdasco, que con su victoria ante Ferrer mejoró su rendimiento de siempre en Roland Garros para igualar los octavos del Abierto de Estados Unidos en 2005 y los de Wimbledon al siguiente.

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