''El fútbol debería ser algo para unir a la gente''

El marfileño Marc Euler se ha propuesto un reto que es también un sueño: llevar a su equipo de fútbol África Vive a competir en la segunda categoría de la liga regional. El combinado, que lleva el nombre del torneo organizado por la Casa África, está compuesto por una veintena de jugadores de hasta nueve países africanos. El objetivo es dar un paso más hacia la integración y generar una imagen distinta del continente a través del deporte: “El fútbol debería ser algo para unir a la gente”.

“El odio realmente es político”, ha explicado Euler en declaraciones a El Correíllo de CANARIAS AHORA RADIO, “en el fútbol y en la vida normal somos amigos”. El entrenador, que es también vicepresidente de la Federación de Asociaciones Africanas en Canarias, ha vivido en primera persona la guerra civil que durante años a azotado su país, Costa de Marfil, y que culminó con la intervención de las potencias occidentales para poner fin a la disputa entre los dos candidatos presidenciales, Laurent Gbagbo y Alassane Ouattara, tras las elecciones del año pasado. “En el fútbol y en la vida normal somos amigos”, dice, “cuando entramos en política, ahí viene el follón”.

El entrenador sabe de lo que habla. Vivió como futbolista aquella época en la que “en la zona ocupada por los rebeldes (el norte), los equipos de primera división iban al sur” para competir. Solo los últimos enfrentamientos paralizaron el campeonato. “Después de los bombardeos se retomó la liga”, ha explicado. Primero la vida, después la afición.

Problemas para competir

La iniciativa se forjó tras el campeonato África Vive organizado por la Casa África en Canarias. “Fue una idea mía que propuse a la Federación”, ha asegurado Euler. Una veintena de jugadores escogidos entre los mejores de las formaciones nacionales que participaron en el evento. “Seleccionamos a los mejores”, ha dicho, “la mayoría estaban en el equipo de Senegal”. Pero también los hay de Ghana, Cabo Verde, Mauritania. Y así, hasta nueve nacionalidades. El problema ahora es conseguir el permiso de la federación para colocar en el campo a once jugadores extranjeros no comunitarios, algo que prohíbe el reglamento en las categorías superiores.

“Creo que no puede ser”, ha admitido. Pero mantiene el empeño. Lo siguiente es conseguir reunir los “cerca de 5.000 euros” necesarios para hacer frente a los gastos de seguro médico y licencias. “Vamos a prepararnos para poder participar la próxima temporada”, ha asegurado. Así, el marfileño espera desterrar las imágenes que se suceden del continente negro. “¿A quién le viene bien esas imágenes de niños hambrientos?”, dice en referencia a la hambruna declarada por la ONU en Somalia. “Si se hubiesen sentado los que se tenían que sentar, se podría evitar”, reconoce, “como en Costa de Marfil, en Libia, se tomó la decisión de bombardear para salvar vidas civiles”. “En esos países africanos (como Somalia) donde no hay guerra, donde los civiles están en peligro, ahí no se salva”.

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