Una mano de Henry lleva a Francia al Mundial

La selección de Francia consiguió su pase para el Mundial de Sudáfrica 2010 al empatar con la República de Irlanda (1-1) en el partido de vuelta de la repesca de la zona UEFA y hacer buena la victoria en Dublín (0-1) para convertirse así en el equipo número 31 en conseguir su billete para el máximo torneo futbolístico.

El gol de Francia vino precedido de una clara mano de Thierry Henry, para controlar un pase en el saque de falta de Evra, para que el barcelonista se la cediera a Gallas que sólo tuvo que poner el pie para que el balón entrase en la portería irlandesa.

Los irlandeses, con su seleccionador, el italiano Giovanni Trapattoni, a la cabeza protestaron con intensidad la validez del tanto galo, pero el árbitro sueco Martin Hansson no les hizo caso y finalmente el gol subió al marcador.

Los noventa minutos reglamentarios comenzaron con un susto ya que el sevillista Julien Escudé tenía que retirarse del campo con un pómulo ensangrentado después de un golpe en un remate de cabeza. A Escudé le sustituyó su compañero en el Sevilla Sebastien Squillaci.

A la media hora de juego, Damien Duff se abrió camino por la banda izquierda para meter un centro que el incombustible capitán irlandés Robbie Keane lo empujase hacia la portería con un tiro inalcanzable para Lloris. La República de Irlanda instauraba el miedo en las gradas francesas.

Francia estuvo muy apática

Hasta el descanso, el juego siguió el mismo rumbo que llevaba antes del gol de Keane, con un intercambio de ocasiones para las dos selecciones, sin que diese la sensación de que el gol le hacía mucho daño a los franceses.

En la reanudación, los hombres de Raymond Domenech salieron con más ganas, seguro que animados por su seleccionador y por unas gradas del Stade de France absolutamente llenas de aficionados que empujaban a su selección hacia otra fase final de un Mundial.

Por su parte, los jugadores de Giovanni Trapattoni se encerraron en su área concediendo a Francia todo el control del partido aunque recurriendo a la velocidad de sus delanteros para poner en apuros a Lloris en los contragolpes.

Ambas selecciones tuvieron ocasiones de evitar la prórroga en las botas de sus capitanes, Henry y Keane, pero los porteros tuvieron más acierto y obligaron a jugar otros treinta minutos para decidir el equipo que obtendría su billete para Sudáfrica.

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