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Bienvenido míster 'Independence'

Las Palmas de Gran Canaria recibió la mañana de este domingo con lugareñas ataviadas de típicas y las flores asiáticas esterlicias, asumidas como nuestras, a los pasajeros del Independence of the seas, uno de los buques más grandes del mundo. Había que recibirlos con cariño, porque la ciudad conoce bien que los cruceristas que arriban en el puerto de La Luz y de Las Palmas tienen un gasto medio por persona “considerablemente superior al de los visitantes que se alojan en tierra, casi el doble, 68 euros frente a los 38.40 euros del turista que baja de un avión”, según Roberto Moreno, consejero de Turismo del Cabildo de Gran Canaria, que estuvo presente en el comité oficial de bienvenida, para entregar la metopa de la ciudad.

Los datos económicos ayudan a hacer caja ahora que los políticos hablan de crisis, de planta turística obsoleta e importantes daños por parte de la competencia del norte de África, que ofrece el sol y la playa a precios más bajos. Los cruceristas deben por lo tanto ser mimados para que desembarquen y gasten, porque no estaría bien que pasaran de largo como ocurrió con la esperanza americana en la película Bienvenido, Mister Marshall, dirigida por Luis García Berlanga.

Esperan en el Ayuntamiento capitalino y en el Cabildo, que este sueño amarre cabos en la isla, se mida en eslora, manga, calado y altura y suponga un nuevo motor económico, porque “su rendimiento es tremendamente mayor, aunque todavía suponga una pequeña parte del total de los aproximadamente 3.400.000 turistas que visitan Gran Canaria al año”, como apuntó Moreno.

Retos

El objetivo parece que nunca tendrá un tope. Si al principio la apuesta era conseguir que el puerto de La Luz y de Las Palmas se convirtiera en destino para los cruceros, ahora que ya estamos en los planes de viajes de algunas compañías, como la Pullmantur, el listón se coloca en la consecución de convertir a la ciudad en un Puerto base de salidas y llegadas, para que las embarcaciones pernocten durante más tiempo, además de continuar recibiendo embarcaciones en escala, como confirmó el consejero.

En este sentido, la Autoridad Portuaria anunció ayer la buena nueva: todavía no somos el Puerto base de ningún crucero, pero el número de pasajeros de estas embarcaciones que han recalado en la capital, ha crecido en un 21,65 por ciento en el acumulado anual hasta marzo de 2008. En cualquier caso, mejores noticias son para el Puerto del Rosario, en Fuerteventura, que ha crecido un 70 por ciento en el mismo periodo.

Las cifras también se notan en las costumbres de los palmenses. Las bienvenidas a los cruceros ya no son la fiesta del Queen Mary, donde los turistas lanzaban los palillos de los cocteles a los canarios agolpados en el puerto, que los recogían como recuerdo. La continúa llegadas de cruceros resta espontaneidad a los palmenses, que se contrarresta con las actividades programadas por la administración local e insular: actuaciones folclóricas y pasacalles de despedida para animarles a recalar en otra visita.

Con los datos en el bolsillo para no perderlos de vista, el objetivo del Ayuntamiento más próximo en el tiempo, es crear un 'pasillo comercial', para que determinados comerciantes puedan abrir los días festivos que coinciden con la llegada de los cruceros. Precisamente hoy es uno de esos días, el Independece of the seas aloja a 3.634 pasajeros y 1.400 tripulantes, y aunque no todos han bajado a dar un paseo, el puerto de La Luz estaba esta mañana a rebosar, mientras las tiendas cercanas de el centro comercial El Muelle o del parque Santa Catalina tenían cerradas sus puertas.

Teresa Morales, primera teniente alcalde de la ciudad, puntualizó en este punto, que pese a que el Gobierno de Canarias aceptó en noviembre de 2007, la excepcionalidad de la capital para ser considerada municipio turístico, todavía no se ha aprobado en el Parlamento, por lo que los comercios continúan cerrados los domingos de crucero. Para solucionar esta “situación temporal”, han propuesto al Gobierno canario la opción de crear ese 'pasillo comercial' con ciertos privilegios de apertura, una especie de moratoria, hasta el visto bueno de la excepcionalidad turística palmense.

Hotel flotante

El ritmo del timple que animaba a bajar a los turistas del Independece of the seas no se oía en la zona más alta, a 72.3 metros de altura, tampoco se oía en los extremos del barco, ya que tiene una eslora de 339 metros. Sólo al bajar sonaba el grupo musical de bienvenida.

Moreno advirtió que normalmente de los cruceros desembarcan a conocer la ciudad dos tercios de los pasajeros, quizás más en esta ocasión, tras echar una mirada rápida al paseo del Puerto, a la cola para montar en la Guagua turística y a los pasillos casi vacíos del barco. En concreto, sobre todo la calle comercial: Royal Promenade que es la más larga en un buque y contiene una pequeña galería artística con obras pictóricas valoradas en 7.7 millones de dólares.

Con barcos como este parece difícil conseguir que bajen a visitar y comprar en la ciudad, el Independece tiene una pista de patinaje sobre hielo, un ring de boxeo, el rocódromo de escalada más grande que hay a flote y varias piscinas, incluso una que tiene un simulador de olas de surf. Aunque lo que más llama la atención es la sala de mandos, con “una tecnología que está diez años por delante”, según el capitán Teo Strazicic, que reconoció que no es la primera vez que visita las Islas Canarias al mando de un buque. Será verdad que no ocurrirá lo mismo que con Mister Marshall.

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