Crónica no autorizada de un viaje a Islandia (I)

“Hay que ajustar el gasto” fue el consejo que José Manuel Soria dio a don Pepito, el editor de El Día, cuando realizó una visita de pleitesía al despacho desde donde José Rodríguez escribe que Gran Canaria no se merece el “Gran” porque “es unas isla fea, seca y desangelada, y sus playas son peligrosas”. Rodríguez le dijo al consejero de lo que nos queda de Hacienda que estaba usando las reservas que tenía de los años de ganancias, y Soria le advirtió que las reservas se acaban, que las guardara, que ajustara el gasto, que es lo mismo que decir “eche usted a periodistas, hombre, no gaste lo ganado hasta ahora”.

Critiqué al consejero de Hacienda por esos consejos, porque al fin y al cabo, de un político grancanario lo que se espera es que de consejos a Don Pepito para que gaste sus reservas, se arruine y termine cerrando ese periódico que un día sí y otro también guarda un hueco en la portada para insultar a Gran Canaria, “un islote con una isla acogotada que llaman la capitá ”. Pero no, nuestro lujo de consejero de Economía es al revés del pepino, aconseja a don Pepito que ajuste sus gastos, le desea mucha suerte al editor de El Día y le pide hacerse una foto con él. Pero no le da el mismo consejo de ajuste del gasto a Rita Martín, consejera de Turismo, que no hace nada sin consultar con su señorito. Por eso Rita hizo el concurso urgente para regalar 7 millones a DDB y Ketchun, que no es una empresa de tomate frito, aunque trata el prepuesto de los canarios como si fuera una salsa que nunca se acaba. Según la diputada del PSOE, Olivia Estévez, esta campaña que comenzó con la excursión lúdico-festiva a Islandia se concedió en un concurso urgente convocado en el mes de agosto, fue, según Olivia Estévez, una “adjudicación a la carta”. A la carta más cara, añado yo.

Contemos lo que los enviados especiales no han podido contar. Mis queridos colegas de los periódicos canarios hicieron unas crónicas bastante decentes, sin adular a la consejería patrocinadora. Pero claro, si paga el gobierno tampoco pudieron destacar el derroche del ejecutivo porque sus propios directores les hubieran llamado la atención. Por eso le toca a un servidor hacer esta crónica prohibida de un viaje a Islandia que nos ha costado, como mínimo, 300.000 euros a los que pagamos impuestos, nos pagamos nuestras vacaciones y pagamos nuestros alquileres por transferencia bancaria. Tres cosas de las que, fíjese usted, no pueden presumir todos los miembros de nuestro gobierno.

Sectarismo con los medios

Para empezar resulta curioso que un gobierno presidido por un señor que se pasó la campaña electoral prometiendo que daría prioridad a empresas y trabajadores canarios recurra a compañías peninsulares para organizar este viaje. Cuando no te fías de la gente de aquí puede ocurrirte, por ejemplo, que invites a todos los periódicos de papel menos al diario decano, el Diario de Avisos, el único que tiene más de un siglo. Pongamos que es un despiste. Pero pongamos otro ejemplo: de los seis periódicos más leídos en Internet (según la OJD) no se invita ni al Diario de Avisos ni a Canarias Ahora. Sin embargo se invita a un diario digital, Canarias Al día, que ni siquiera sale en los contabilizados por la OJD. Se invita a la cadena de televisión generalista Veo, propiedad del periódico El Mundo, que no aparece en Sofres, pero no se invita a la Sexta, que es la quinta cadena generalista más vista de todo el Estado, y entre los canales de la TDT es seguida por un 8,5% de su audiencia, mientras que Veo TV no está entre los 15 primeros canales de TDT analizados por Sofres.

Esta selección de medios echa por tierra el argumento usado por la consejera Rita Martín para justificar los más de 300.000 euros gastados en el viaje a Islandia: “lo importante es el impacto mediático, más que la repercusión en el número de turistas que vendrán de aquel país”. Pues si no se sigue el criterio de la audiencia, ¿cuál se sigue para tener más impacto mediático? El otro criterio debe ser el origen de los medios. Si convocas una rueda de prensa en Reykjavik y sólo van dos periodistas de Islandia, si alquilas dos plantas del Museo de la capital para hacer una fiesta, y sólo se acercan dos periodistas islandeses y una blogera que te has traído de Gran Bretaña, y el resto de medios son una veintena de periodistas españoles que desde el minuto uno en el que se montan en el avión fletado desde Gran Canaria tienen champán, vino, comida y copas gratis, pues no creo que eso sea muy rentable.

Los periodistas llegaron el lunes por la noche. Sólo tenían tres actos en el programa: Martes por la mañana libre. Rueda de prensa almuerzo el martes almediodía. Pasacalles a las cuatro de la tarde. Resto de la jornada libre. Miércoles excursión por las cataratas de Gullfoss y Geiser. Las televisiones aprovecharon para grabar las bellezas de Islandia y contarlas a sus espectadores. En toda la excursión no hubo presencia canaria, los embajadores estaban currando en las calles mientras los periodistas, el personal de la consejería y los directivos de las empresas paseaban felices a costa del erario público. Cuatro todo terrenos de 11 plazas llenos de gente salieron del hotel a las 8 de la mañana del miércoles y regresaron a las 5 de la tarde. El equipo de España Directo de TVE regresaba el miércoles a Madrid, así que pidió una excursión exclusiva para ellos por Islandia el martes. Y la organización hizo el gasto extra. Paga Rita, osea usted y yo. Les confieso que esta crónica me sabe poco, como a los mandamases de Turismo y las empresas organizadoras les supo a poco el champán en el avión, por eso mañana habrá otra crónica no autorizada.

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