Soria ejecuta el plan energético de la FAES

La política energética que ejecuta desde el Ministerio de Industria, Energía y Turismo el presidente del PP canario, José Manuel Soria, lleva el sello del think tank que lidera José María Aznar. Se denomina Estrategia Energética Nacional y presentada en marzo de 2011 por la FAES como Propuestas, ha empezado a ser aplicada en el último Consejo de Ministros de enero, con la supresión de las primas a la producción mediante renovables.

El plan energético de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES) que inspira las políticas del PP no solo contemplaba ya la eliminación de estos incentivos a las renovables, como una medida para atajar el déficit eléctrico en favor de la demanda de las multinacionales, sino también la reactivación de la política nuclear y la búsqueda de nuevos yacimientos petrolíferos, con especial y directa mención a las aguas de Canarias.

Los expertos que elaboraron el documento energético de la FAES señalaron directamente a las fuentes renovables -“en especial, la eólica”- como principal causante de lo que se ha venido en denominar déficit de tarifa, que no es otra cosa que el sobrecoste al que apela el mercado en la producción de electricidad y que no ha sido asumido ni por los consumidores -en el recibo de la luz- ni por los contribuyentes -mediante impuestos-.

El pensamiento estratégico del PP señala en su análisis al “crecimiento descontrolado del volumen de primas a las energías renovables” como motivo del encarecimiento no asumido en la factura doméstica de la producción energética. Además, data en 1996 el momento en que se produjo un fuerte incremento de la demanda de electricidad en España “y un importante cambio en la composición del mix de potencia como consecuencia de dos ciclos inversores: uno en ciclos combinados de gas, y otro, en renovables, sobre todo eólica”.

El análisis energético realizado desde la óptica aznarista de FAES considera fundamental resolver “el problema de mercados intervenidos y precios distorsionados”, debido a que la normativa española desarrollada para favorecer las energías limpias durante los gobiernos de José Luis Rodríguez Zapatero da preferencia a la compra de energía producida mediante ese tipo de fuentes, la denominada preferencia de despacho, aparte de que el bono social implantado por el PSOE en la factura de la luz también “distorsiona los costes de acceso”.

Considerando toda la política socialista de incentivar la producción de energías alternativas para rebajar la dependencia del petróleo como “un desorden en el proceso de apoyo a las energías renovables”, debido a su “implantación descontrolada” y que habría provocado, a su juicio, un exceso de potencia instalada con el consiguiente sobrecoste, FAES ya indicaba el camino a seguir en sus propuestas, entre ellas, “mientras persista la acumulación del déficit de tarifa, introducir una suspensión temporal en la instalación de nuevas plantas de producción eléctrica que requieran apoyos fuera de mercado”. Y el PP eliminó las primas.

Sin embargo, las propuestas de FAES van más allá de congelar ayudas a crear energía mediante sol o viento, lo que viene a indicar los pasos a seguir por el ministro de Industria como ejecutor de este pensamiento estratégico privado ligado a las compañías eléctricas, de la que José María Aznar es consejero de la presidencia, en el caso de Endesa, como ha puesto de manifiesto la Plataforma Legal Fotovoltaica a la Comisión Nacional de la Competencia, según informa el portal Suelo Solar.

Siempre con la premisa del mercado por delante, propone FAES en su Estrategia Nacional -y denuncian por ello empresarios del sector alternativos a las grandes eléctricas- una reformulación completa del fomento de las energías renovables, estableciendo la desaparición paulatina de todos los apoyos fuera de mercado, eufemismo bajo el que se engloba la incentivación estatal mediante primas, y no solo a la producción de nuevas plantas, sino a las ya existentes.

Dice FAES: “Para aquellas tecnologías del Régimen Especial más maduras se deberá establecer una fecha próxima en la que las nuevas instalaciones serán retribuidas exclusivamente en condiciones de mercado no discriminatorias”, es decir, sin ayuda alguna por parte del Estado como alternativa energética.

Pero el laboratorio de ideas aznarista no solo preveía ya el freno a la generación de energía mediante fuentes renovables, sino también su alternativa directa: la potenciación de la política nuclear del Gobierno de España, iniciada con una premisa establecida en las Propuestas de la FAES: revocar el cierre de la central de Garoña.

En ese marco de actuaciones ya prediseñadas desde el pensamiento estratégico del PP se incluye “proporcionar un marco administrativo ágil y transparante que permita la exploración de los recursos petrolíferos y gasísticos potencialmente disponibles en territorio y aguas españolas como las situadas cerca de las islas Canarias”. Cuestión hecha pública por Soria esta misma semana en lo que a la estrategia canaria se refiere.

Además, desde Suelo Solar, parte del sector fotovoltaico destaca que de las Propuestas aznaristas quedarían por cumplirse todo lo concerniente a la implementación de una política nuclear, como asegurar el alargamiento de la vida de las centrales más allá de los sesenta años, seleccionar emplazamientos para nuevas centrales o asegurar un marco jurídico para garantizar el funcionamiento de estas centrales por encima de cualquier vaivén político.

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