El acuerdo pesquero con Marruecos no entrará en vigor hasta abril
El acuerdo pesquero euromarroquí, ratificado por los parlamentos de Europa y Marruecos, no entrará en vigor hasta el próximo mes de abril, según comunicaron este jueves en Rabat los negociadores magrebíes a sus homólogos comunitarios.
Pese a que el Parlamento marroquí “aceleró” los trámites de ratificación en sus dos cámaras antes de su receso de primavera, falta que el acuerdo sea rubricado por el jefe de Estado, el rey Mohamed VI, quien se encuentra en medio de una gira por varios países africanos sin fecha precisa de regreso.
El rey se está desplazando esta tarde a Gabón, cuarta etapa de su gira africana, y solo después de esta última regresará a Rabat y firmará el acuerdo, tras lo cual deberá ser publicado en el Boletín Oficial del país africano.
Por esa razón, la comisión mixta euromarroquí que este jueves debía reunirse en Rabat se transformó en una “reunión de expertos”, según dijeron a Efe fuentes cercanas a los negociadores, que fijaron como posible nueva fecha para la comisión los días 18 y 19 de marzo.
Las fuentes dejaron claro que no va a haber “renegociación” de ninguno de los términos ya acordados, y solo se discuten actualmente detalles sobre cómo deben interpretarse detalles como las cuotas de desembarco en puertos marroquíes o el número de marinos locales enrolados en cada barco: serán estos puntos los que fijará la próxima comisión mixta.
El acuerdo, firmado el 18 de noviembre de 2013 entre la Comisión y el Gobierno de Marruecos, permitirá faenar en aguas marroquíes a 126 barcos europeos, de los que un centenar son españoles, en su mayoría de carácter artesanal y con más de 700 tripulantes, sobre todo de Andalucía y Canarias.
La contrapartida financiera de este acuerdo pesquero es de unos 40 millones de euros anuales (frente a los 36,1 millones del anterior), a cambio de mayores cuotas de capturas.
Los barcos europeos llevan desde diciembre de 2011 fuera de las aguas marroquíes, después de que el Parlamento Europeo echara atrás el acuerdo firmado entre los gobiernos por sus deficiencias en materia de sostenibilidad y rentabilidad y no garantizar el beneficio de las poblaciones locales.
Como en aquel entonces los barcos se habían puesto a faenar en el entendido de que la ratificación parlamentaria era un mero trámite, lo que demostró ser un error, en esta ocasión se están cumpliendo escrupulosamente todos los pasos en todas las instancias antes de que un solo barco se haga a la mar.
