El Parque quiere ayudar a consolidar la Isla como destino de buceo

El buceo dentro de la reserva marina Punta de La Restinga-Mar de las Calmas está restringido a 10 puntos especialmente habilitados y señalizados para ello.

Juan Ignacio Viciana

Valverde —

El Ministerio de Medio Ambiente tiene claro que la declaración del Parque Nacional Marino Mar de las Calmas podría contribuir a visibilizar el conjunto de El Hierro como un área ideal para el buceo, e incidir en las oportunidades que se están abriendo en ciertos enclaves donde tratan de consolidarse como microdestinos para turistas buceadores.

Desde la Punta de La Restinga se organiza prácticamente toda la actividad, realizando casi tantas inmersiones en su vertiente oriental hasta la Punta de Miguel (a unos 8 kilómetros de distancia en dirección hacia Las Playas), como en su vertiente occidental hasta el Desierto (a unos 7,5 kilómetros de distancia, en pleno Mar de las Calmas).

Casi el 100% de las inmersiones se llevan a cabo desde embarcación, partiendo del Puerto de La Restinga, en sentido a Las Playas, ya que resulta prácticamente imposible acceder por tierra. Del mismo modo, el desplazamiento también se realiza desde embarcación en dirección al llamado Desierto, dada la normativa impuesta por la reserva marina que prohíbe el buceo autónomo desde tierra.

El buceo dentro de la reserva marina Punta de La Restinga-Mar de las Calmas está restringido a 10 puntos especialmente habilitados y señalizados para ello.

Allí está prohibido fondear, salvo caso de emergencia; amarrar más de dos embarcaciones a una boya, no debiendo encontrarse en ningún caso más de 10 buceadores simultáneamente en el agua en cada punto de inmersión; interferir la práctica de la pesca marítima profesional; las inmersiones nocturnas, salvo en el punto denominado Bocana del Puerto; las inmersiones desde tierra; la utilización de elementos de propulsión mecánica submarina; la tenencia de cualquier instrumento que pueda utilizarse para la pesca o extracción de especies marinas, con excepción de un cuchillo, por razones de seguridad; la recolección o extracción de organismos o partes de organismos, vivos o muertos, animales o vegetales; la extracción de minerales o restos arqueológicos; alimentar a los animales antes, durante o después de las inmersiones; efectuar pruebas de mar o prácticas de escuelas de buceo, salvo en el punto denominado la Bocana del Puerto; y que los buceadores que hagan la inmersión de La Herradura se aproximen a menos de 300 metros del límite de la reserva integral.

Además de las limitaciones señaladas, existe un cupo anual de 2.300 inmersiones máximas en cada uno de los puntos de buceo, si bien en ocasiones se han transferido cupos de unos puntos a otros en función de su interés y demanda. Es necesario aclarar que no existe ningún sistema de concesiones, por lo que el cupo de inmersiones es consumido por los centros y agentes autorizados indiscriminadamente a lo largo del año.

La estructura empresarial que explota las actividades turísticas y recreativas en el ámbito marítimo-costero de la isla de El Hierro en general se caracteriza por sus reducidas dimensiones.

Tienen tradicionalmente un marcado carácter familiar y cuentan entre uno y tres empleados. La mayoría vende el producto buceo más o menos “paquetizado”, considerando un número concreto de inmersiones, alquiler de material y servicios de alojamiento generalmente. Además realizan cursos de formación en buceo y en menor medida, bautizos de mar. Las empresas asimismo pueden mediar en la contratación de otros servicios, tales como el transporte interno.

En este sentido, es muy posible que la declaración del Parque Nacional ayude a impulsar estas actividades, tratando de promover o alentar nuevos emprendedores y otro tipo de mercados, y no únicamente en el campo del buceo.

El snorkeling, el whale-watching, el kayak, así como otras actividades de turismo marino, podrían promoverse en el ámbito del futuro Parque como escenario inmejorable, con los consiguientes esfuerzos conjuntos para poder constituir éstos en productos per se y no supeditados a la actividad de buceo.

No obstante,  la mayoría de los buceadores saben de la existencia de la reserva marina y podría afirmarse que muchos se desplazan al Hierro expresamente para bucear en ella. Entre los buceadores existe un alto grado de satisfacción respecto al producto inmersión y según se desprende de entrevistas y cuestionarios realizados en diferentes años, éstos consideran que la reserva marina ayuda a mejorar la calidad tanto del medio ambiente marino como de las actividades turísticas en general en La Restinga.

Por todo lo señalado, ante la propuesta de creación del Parque Nacional marino Mar de las Calmas, “será necesario trabajar de manera colectiva y participativa, con el fin de que las experiencias mejorables del pasado no obstaculicen el buen funcionamiento del Parque y su interrelación con el sector en el entorno de la reserva marina”, señala el documento.

Del mismo modo, será muy oportuno atender a la oportunidad que ofrece a la imagen y marca de Isla como destino de buceo y que así se proyecta en la propuesta, con el fin de generar consenso en cuanto al uso y los fines del futuro Parque.

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