Repsol planea dos perforaciones a un máximo de 3.500 metros de profundidad
Repsol planea realizar dos prospecciones exploratorias al este de Fuerteventura, a una profundidad máxima de 3.500 metros, en dos emplazamientos cercanos al que sondeó la compañía Cairn Energy a principios de año bajo autorización marroquí, han indicado fuentes de la compañía.
El Tribunal Supremo ha desestimado este martes los siete recursos interpuestos por el Gobierno canario, los cabildos de Fuerteventura y Lanzarote y varias organizaciones ecologistas contra las autorizaciones concedidas por el Consejo de Ministros a Repsol en 2012 para buscar hidrocarburos en la mediana imaginaria que separa las aguas españolas de las marroquíes, al este de Canarias.
El proyecto ya ha superado el procedimiento de evaluación de impacto ambiental y hoy ha recibido el aval del Tribunal Supremo, en una decisión de la que por el momento solo se conoce el fallo, pero todavía no los argumentos jurídicos y legales que la sustentan.
Un portavoz de Repsol ha explicado que la compañía esperará a leer las sentencias antes de hacer valoración alguna y ha recordado que el proceso de autorización está pendiente aún de un último paso: el permiso que corresponde al Ministerio de Industria.
Cambio de planes
Sin embargo, sí ha adelantado que han cambiado ligeramente sus planes. Si a principios de año Repsol pretendía perforar en primer lugar en el punto denominado “Sandía” y, en función de su resultado, seguir en el emplazamiento “Plátano” o en el “Zanahoria”, ahora tienen decidido que se dirigirán a “Sandía” y a “Chirimoya”.
“Sandía” es el nombre de unas coordenadas en el Atlántico donde el barco perforador que utilizará Repsol deberá atravesar una lámina de agua de 885 metros de profundidad antes de llegar al lecho marino. A partir de ahí, su objetivo principal se encuentra a 1.955 metros de profundidad total y, el secundario, a 3.092 metros.
Las cifras que facilitó la compañía en la rueda de prensa que ofreció en Gran Canaria el pasado 14 de noviembre indican que en “Sandía” existe entre un 12 y un 20% de probabilidades de descubrir hidrocarburos y que, si se encuentra un yacimiento, este podría proporcionar hasta 838 millones de barriles de petróleo.
Su segunda diana, muy cercana a la anterior, es ahora “Chirimoya”, donde las probabilidades de éxito son del 4,7 % y el potencial del hipotético yacimiento alcanzaría los 456 millones de barriles, siempre según la estimaciones de la propia Repsol.
El cambio de planes ha llevado a descartar “Zanahoria”, un emplazamiento en el que la perforadora debería haber atravesado 1.022 metros de agua hasta llegar al lecho marino y seguir descendiendo hasta 5.557 metros (objetivo principal) o 6.870 metros (secundario).
El cambio de planes obedece a razones estratégicas y de costes, han explicado las fuentes, y permite asegurar que en ninguno de los dos emplazamientos se bajará más allá de 3.500 metros (en el argot que manejan las petroleras, ambos sondeos serían “someros”).
Cada una de las perforaciones, siempre que reciban todas las autorizaciones, duraría un máximo de 45 días, de acuerdo con las condiciones establecidas por la declaración de impacto ambiental.
Negativo precedente
Los dos emplazamientos están “muy cercanos”, a “5 o 10 kilómetros”, del último pozo que sondearon a principios de año la empresa británica Cairn Energy y la angloturca Genel Energy, en su caso en el lado de la mediana bajo jurisdicción marroquí, han explicado las fuentes.
El pasado 18 de marzo, Genel y Cairn anunciaron que su perforación había confirmado la existencia de petróleo pesado en una franja de unos 110 metros de espesor correspondiente a depósitos del Jurásico Superior, como ya se observó en 1968 en los sondeos MO-2, realizados a unos dos kilómetros de distancia.
Sin embargo, decidieron taponar ese pozo, denominado Juby Maritime 1 (JM-1), porque las reservas encontradas no se consideran de buena calidad, como luego aclaró su socio local en Marruecos, la Oficina Nacional de Hidrocarburos y Minas (ONHYM).