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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Israel libera a los activistas españoles

Los tres activistas españoles detenidos durante el ataque israelí a la Flotilla de la Libertad serán trasladados este miércoles al aeropuerto internacional de Ben Gurión, en Tel Aviv, donde permanecerán en un centro de detención a la espera de su repatriación, según informaron fuentes diplomáticas.

Todo hace pensar que la decisión de Netanyahu permitirá que los dos varones, Manual Tapial y David Segarra, salgan del país sin necesidad de firmar el acta de deportación, como sí hizo el martes su compañera, Laura Arau. Ambos habían anunciado que se pensarían esta noche si accedían a firmar su acta de deportación.

Después de que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, decidiera el martes por la noche conceder la libertad a los 680 detenidos, esta mañana comenzó el traslado y deportación de los más de 200 activistas turcos desde la prisión de alta seguridad de Beershava, al sur de la capital, al aeropuerto de Ben Gurión, donde están preparados tres aviones fletados por el Gobierno de su país. Aparte, 124 activistas de 12 países musulmanes han sido trasladados a Jordania en cinco autobuses de este país.

Justificación

Por su parte, el embajador de Israel ante Naciones Unidas, Aharon Leshno Yaar, afirmó este martes ante el Consejo de Derechos Humanos de este organismo que los activistas que integraban la flotilla asaltada con provisiones y equipos para Gaza tienen vínculos con grupos terroristas islamistas.

Yaar afirmó que la entidad turca organizadora del envío de ayuda a la Franja de Gaza, Insani Yardim Vakfi (IHH) “manifiesta frecuentemente y forma pública sus conexiones” con los Hermanos Musulmanes egipcios (el partido musulmán más antiguo del mundo al que algunos gobiernos ligan con grupos extremistas) y el Movimiento de Resistencia Islámica Hamás (que controla la Franja y al que Israel considera un grupo terrorista), afirmó el diplomático, que añadió que IHH tiene un papel fundamental en la financiación de Hamás en todo el mundo.

Se trata de unas acusaciones que fueron apoyadas en 2006 en un informe redactado por un experto en terrorismo internacional del Instituto Danés de Estudios Internacionales, que acusó a IHH de financiar y enviar activistas a grupos islamistas radicados en países como Afganistán, Bosnia y Chechenia, algo que fue inmediatamente desmentido por la organización turca.

El diplomático israelí formuló estas acusaciones en una reunión extraordinaria del Consejo de Derechos Humanos de la ONU celebrado en Ginebra convocada a petición de países árabes, que criticaron con dureza la actuación del Ejército hebreo, algo que por otro lado ha realizado la mayor parte de la comunidad internacional, incluido Estados Unidos, la Unión Europea y la ONU.

Yaar, que acusó al convoy humanitario de tratar de llevar entre su carga armas y municiones destinadas a que los grupos islamistas de Gaza continuaran sus ataques contra Israel, sostuvo además que la ley internacional ampara el asalto contra el barco, ya que éste, pese a encontrarse en aguas internacionales, pretendía romper el bloqueo marítimo de Gaza.

“Banda de linchadores”

El embajador israelí ante la ONU, además, calificó a los activistas como “banda de linchadores”, en referencia a los vídeos difundidos por Israel en que se muestra cómo los comandos de élite hebreos que asaltaron el barco turco -en el que murieron este lunes al menos nueve activistas a manos de los militares- fueron agredidos con barras de hierro por parte de los tripulantes.

“El ataque a los soldados israelíes fue premeditado más allá de toda duda. Tenían preparadas las armas que usaron (...) No integraban una misión humanitaria, sino que querían provocar un incidente. Usaron cuchillos y armas contundentes, y dispararon contra dos soldados israelíes. Nuestros soldados se vieron obligados a actuar en defensa propia”, zanjó en declaraciones recogidas por el diario Haaretz.

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