Londres sopesa ceder a Bagdad el control del sur iraquí antes de marzo

El Reino Unido podría transferir el control de varias provincias en el sur de Irak al Gobierno de ese país antes de la próxima primavera, anunció este miércoles ante el Parlamento la ministra británica de Asuntos Exteriores, Margaret Beckett.

Beckett afirmó que “los progresos de las operaciones actuales” en la provincia de Basora, donde se concentra el grueso de los soldados británicos desplegados en Irak, dan “confianza” a su Gobierno para pensar en un traspaso de poderes antes de primavera. La titular de Exteriores adelantó que en la también provincia meridional de Maysan, igualmente bajo mando británico, Londres espera poder devolver el control al Ejecutivo iraquí en enero próximo. Beckett dijo que para este mes de diciembre se espera un traspaso de poderes en Nayaf, ciudad santa chiíta al sur de Bagdad controlada por las tropas de Estados Unidos.

La jefa de la diplomacia británica indicó que el proceso de cesión de las competencias de seguridad a las fuerzas iraquíes está “muy avanzado”, si bien subrayó que el Reino Unido “no saldrá corriendo” del país mesopotámico. Según la cadena pública británica BBC, las palabras de Margaret Beckett representan la declaración gubernamental más clara hecha hasta la fecha sobre un posible calendario de retirada de las tropas de Gran Bretaña.

El Reino Unido cuenta en Irak con unos 7.200 soldados. Un total de 125 militares británicos han perdido la vida desde la invasión liderada por Estados Unidos en marzo del 2003.

Reunión entre Bush y Al-Maliki

Por otro lado, el presidente de EEUU, George W. Bush, y el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, se reunirán en Amán con un único punto en su agenda: buscar vías para atajar la violencia en Irak que ha llegado a un nivel récord desde el inicio de la guerra. Será una reunión de dos días -el miércoles y jueves próximos- en la capital jordana, la primera entre los dos mandatarios desde que Bush prometió aceptar ideas y consejos para dar un nuevo enfoque a su estrategia en Irak, tras la derrota sufrida por su partido en las elecciones legislativas del pasado 7 de noviembre.

“Centraremos las conversaciones en los actuales acontecimientos en Irak, los avances logrados hasta ahora en las deliberaciones del comité conjunto de alto nivel sobre la transferencia de seguridad y responsabilidades, y el papel de la región en el apoyo a Irak”, señala la declaración conjunta emitida por los dos dirigentes. Ambos están cada vez más presionados para hacer frente a una ola de violencia que, según un informe de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) difundido este miércoles, ha llegado a cuotas que no se habían visto durante los más de 40 meses que ya dura el conflicto iraquí.

Prueba de ello es que 3.709 civiles iraquíes fueron asesinados en octubre pasado, el mes de mayor número de víctimas mortales desde que comenzó la guerra en marzo de 2003. Este es uno de los datos más destacados del informe de las Naciones Unidas, en el que se alerta además de las continuas violaciones de derechos humanos en territorio iraquí.

“Siguen apareciendo cientos de cadáveres en distintas áreas de Bagdad”, muchos de ellos amputados y con claros signos de tortura, precisa el documento. La ONU subraya que, aunque la violencia sectaria es la principal causa de la muerte de civiles, los iraquíes son víctimas también de actos terroristas, bombas o tiroteos entre bandas rivales.

Desde la invasión cerca dos millones de personas se han visto obligadas a abandonar sus hogares y, de ellos, más de un millón y medio buscaron refugio fuera de Irak, según el informe, en que alerta del deterioro de la situación de las mujeres y el aumento generalizado de la pobreza y la inseguridad. Así, cada mes huyen a Siria o Jordania unas 100.000 personas y sólo desde el atentado contra el santuario chií de Samarra el pasado febrero se produjeron 418.392 desplazamientos debido a la violencia sectaria y 15.240 a raíz de operaciones militares.

El presidente Bush quiere conocer todos los detalles en torno a la situación sobre el terreno y escuchar la versión de Al-Maliki, quien “obviamente tiene sus propias ideas sobre el camino a seguir”, según el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Stephen Hadley. Quiere escuchar, entre otras cuestiones, la opinión del dirigente iraquí en torno a la posibilidad de involucrar a Irán y Siria en la búsqueda de una salida al atolladero actual en territorio iraquí.

Es una propuesta que cobra fuerza a medida que pasan los días y que ha sido defendida por el principal aliado de EEUU en esta guerra, el primer ministro británico, Tony Blair. Hadley aseguró que la Casa Blanca no tiene nada que objetar ante la posibilidad de que Irak mejore sus relaciones con países vecinos como Irán y Siria, pese a tratarse de dos naciones que figuran en más de una “lista negra” de Washington.

“Es importante que Bagdad hable directamente con esos países y que les aclare que deben desempeñar un papel positivo en la búsqueda de la seguridad, estabilidad y democracia en Irak”, aseguró el responsable estadounidense. Bush se desplazará a Jordania nada más concluir la cumbre de la OTAN de Riga, donde tendrá ocasión de conocer las posiciones de sus socios de la Alianza Atlántica en torno al papel de Irán y Siria y, en general, a los cambios de rumbo que se barajan en relación con el conflicto iraquí.

Al-Maliki también acudirá a Amán con nueva información bajo el brazo, concretamente con los resultados de la visita que acaba de hacer a Irak el ministro de Exteriores sirio, Waleed al Mualem, durante la cual los dos países acordaron reanudar las relaciones diplomáticas tras 25 años de ruptura.Al-Maliki llevará también información fresca sobre Irán, la que se desprenda de la visita del presidente iraquí, Yalal Talabani, a Teherán, donde tiene previsto reunirse este fin de semana con su homólogo iraní, Mahmud Ahmadineyad.

Con todos los datos sobre la mesa, Bush y Al-Maliki tratarán de fijar los posibles pasos a dar en Irak, aunque, según Hadley, no se espera que hagan “un gran anuncio”.

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