Musharraf ordena firmeza para restaurar el orden en Pakistán

El presidente de Pakistán, Pervez Musharraf, ordenó este sábado una acción firme de las fuerzas de seguridad para restablecer el orden en el país, donde al menos 38 personas han muerto en la ola de violencia política y pillaje desatada tras el asesinato de la opositora Benazir Bhutto. Mientras las protestas y los actos de vandalismo se reproducían en varios puntos del país, la Comisión Electoral dio señales de estar preparada para anunciar una cancelación de los comicios tan pronto acabe el luto oficial declarado por Bhutto, el próximo lunes.

En una reunión con altos cargos del Gobierno, responsables de los cuerpos de seguridad y con el jefe del Ejército, Asfaq Pervez Kiyani, Musharraf repasó la situación de seguridad y dio órdenes de actuar “con firmeza” contra “aquellos elementos que quieren aprovecharse de la situación lanzándose al pillaje y el saqueo”. El presidente dijo que los disturbios son actos de “malhechores y elementos antisociales” que se ocultan bajo la apariencia de manifestantes políticos y que no se debe permitir que alteren el proceso electoral en marcha, según la agencia estatal APP.

El portavoz de Interior, Javed Iqbal Cheema, aseguró en rueda de prensa que 38 personas han muerto y 53 han resultado heridas en los disturbios registrados por todo el país desde la muerte de Bhutto, particularmente graves en la provincia de Sindh. Pese a la destrucción de propiedades por valor de “decenas de millones de rupias” y los brotes violentos registrados aún este sábado en varias partes del país, Cheema calificó de “satisfactoria” la situación global de seguridad.

Aislamiento en el sudoeste del país

Sindh, en el sudoeste de Pakistán y banco de votos del Partido Popular (PPP) de Bhutto, está aislada del resto del país, con todas las líneas de ferrocarriles cortadas, las tiendas y gasolineras cerradas y constantes brotes de violencia en sus calles, según los canales privados de televisión paquistaníes.

Se calcula que en un par de días la población sufrirá problemas de abastecimiento de alimentos en Karachi, puerto principal y capital financiera de Pakistán, donde se teme un colapso de la bolsa cuando reabra el lunes. El Ministerio de Interior de Sindh elevó considerablemente la cifra de víctimas ofrecida por Cheema, al asegurar que sólo en esa provincia han muerto 44 personas en los últimos tres días.

La empresa nacional de ferrocarriles reclamó el despliegue del Ejército y los rangers o paramilitares para proteger las vías férreas, que tienen tramos cortados por todo el país. Aunque el Ejército ha sido desplegado en todo Sindh y los rangers en las principales ciudades de la provincia nororiental del Punjab, Cheema dijo que la intervención de las tropas será “el último recurso” para mantener el orden.

La violencia que sufre Pakistán parece, efectivamente, una combinación de la rabia de seguidores del PPP -que este sábado se enfrentaron por miles a la Policía en Rawalpindi, la ciudad donde murió su líder- y la acción de delincuentes que se aprovechan del caos generado, según algunos observadores.

La huelga se suma al luto

Al luto oficial declarado por Musharraf se suma el llamamiento a la huelga de la opositora Liga Musulmana de Pakistán-N del ex primer ministro Nawaz Sharif, quien ha decidido boicotear los comicios del 8 de enero y este sábado acudió a Naudero, en Sindh, a dar el pésame a la familia de Bhutto y visitar su tumba.

La celebración de las elecciones parece cada vez menos probable, pese a la apariencia de normalidad relativa que pretende dar el Gobierno, después de que la Comisión Electoral advirtiera este sábado de que la situación de seguridad no es la “propicia”. La Comisión anunció una reunión el lunes 31 para decidir sobre los comicios, pero constató que los disturbios han supuesto un “serio revés” para los preparativos electorales.

En un comunicado, la Comisión aludió a la quema de oficinas y material electoral en distintas localidades de Sindh, y a las peticiones de posponer las elecciones, efectuadas por dos colegios de la zona tribal de Kurram, en la frontera con Afganistán. También recordó el asesinato de otro candidato, el viernes, en un atentado con bomba en la conflictiva región de Swat (norte), donde murieron otras ocho personas.

Oferta para exhumar el cadáver

Posteriormente, el Gobierno paquistaní ofreció al Partido Popular (PPP) de la asesinada Benazir Bhutto una exhumación del cadáver para hacerle la autopsia, tras las dudas expresadas por esta formación sobre la versión oficial de la causa de su muerte.

El portavoz de Interior, Javed Iqbal Cheema, defendió en rueda de prensa las conclusiones del análisis médico que determinó que la causa de su muerte fue una fractura craneal producida por un fuerte golpe con la palanca del techo solar del vehículo desde el que saludaba a sus seguidores en el momento del atentado. Según esa versión, Bhutto se golpeó con la palanca tras caer empujada por la onda expansiva de la explosión de un terrorista suicida al lado del vehículo, posterior al disparo de tres balas que no llegaron a alcanzar a la opositora.

Tras calificar una fuente del PPP esta versión de “sarta de mentiras”, e insistir otras en que Bhutto presentaba heridas de bala, Cheema dijo que el PPP es “bienvenido” a realizarle una autopsia, que según afirmó ayer el portavoz no se efectuó por expreso deseo de la familia. Al mismo tiempo, destacó que al Gobierno “no le conviene” una versión más que la otra, pues lo verdaderamente importante es “descubrir quién la mató”.

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