Noda ordena proteger a los japoneses que viven en China

TOKIO, 17 (EUROPA PRESS)

El primer ministro de Japón, Yoshihiko Noda, ha ordenado a su Gabinete que haga “todo lo posible” para proteger a los ciudadanos japoneses que viven en China, en el marco de la escalada de tensión provocada por la disputa por la soberanía de las islas Senkaku/Diaoyu.

En una entrevista concedida este domingo a la televisión pública NHK, Noda ha revelado que se ha reunido con el alto funcionario Toshiroh Yonemura y con el viceministro de Exteriores, Chikao Kawai, dos de los miembros del equipo gubernamental que se está encargando de gestionar la crisis con China, y les ha ordenado hacer “todo lo posible” para proteger a la comunidad nipona.

Además, el mandatario ha adelantado que presentará una queja formal al Gobierno chino y le urgirá a cumplir su obligación internacional de garantizar la seguridad de los ciudadanos extranjeros que se encuentran en su territorio, en este caso de los de nacionalidad japonesa.

El 'premier' ha explicado que ello es necesario debido a las numerosas protestas antijaponesas que se han celebrado en los últimos días, después de que el Gobierno anunciara la compra de tres de las cinco islas que forman el archipiélago Senkaku, por su nombre en japonés, o Diaoyu, como se le conoce en China.

Este domingo se han celebrado manifestaciones antijaponesas en al menos 85 ciudades chinas. La más numerosa y violenta ha tenido lugar en Pekín, donde cientos de personas se han concentrado frente a la Embajada japonesa y han tirado huevos y botellas de plástico a la fachada, obligando a desplegar a un millar de uniformados para proteger la sede diplomática.

Mientras, en la ciudad de Guangzhou, ubicada en la provincia de Guangdong, decenas de personas se han concentrado frente al consulado japonés y han protagonizado una sentada de protesta que ha durado más de nueve horas.

Además, los funcionarios japoneses han denunciado muestras de hostilidad contra la comunidad nipona en China. Así, aseguran que los taxis y restaurantes se niegan a atender a ciudadanos japoneses y que muchas empresas chinas están pensando en despedir a sus empleados japoneses.

Las autoridades japonesas temen que las protestas se multipliquen el próximo 18 de septiembre, cuando se cumple el 81º aniversario del llamado incidente de Manchuria, que llevó a la invasión japonesa del territorio chino. De forma preventiva, las escuelas niponas de Pekín y Guangzhou permanecerán cerradas lunes y martes.

Así las cosas, la Embajada y los consulados de Japón han enviado correos electrónicos a los nacionales que residen en China para pedirles que ejerzan “la máxima precaución” mientras dure la oleada de manifestaciones antiniponas.

PATRULLERAS CHINAS

El primer ministro también ha revelado que ha ordenado a su Gabinete que lleve a cabo las “acciones apropiadas”, de acuerdo con la legislación nipona, en relación a la entrada de patrulleras chinas en aguas de las Senkaku, consideradas por Japón aguas territoriales.

El pasado viernes, las autoridades chinas enviaron hasta ocho patrulleras a las aguas que rodean el archipiélago, de las cuales seis se adentraron en aguas territoriales japonesas, según informó la Guardia Costera nipona.

Si bien, las autoridades chinas dicen que solamente han enviado dos patrulleras para reafirmar su soberanía sobre las islas y garantizar los intereses marítimos del país. La agencia de noticias Xinhua ha informado este domingo de que las dos embarcaciones ya han concluido con éxito su misión.

El Gobierno chino ha adelantado que el Cuerpo de Vigilancia Marina continuará su trabajo en torno al archipiélago. Así, se espera que nuevas embarcaciones chinas lleguen a las Senkaku a partir de hoy, cuando expira la prohibición estacional de pesca en estas aguas.

EL CONFLICTO

La tensión bilateral se disparó la semana pasada, cuando el Gobierno de Japón anunció la compra de tres de las cinco islas a su propietario privado por 2.000 millones de yenes (20 millones de euros), que saldrán de los fondos reservados.

El plan de compra se puso sobre la mesa el pasado mes de junio, cuando el jefe de Gabinete, Osamu, Fujimura anunció la intención del Gobierno de sustituir el actual contrato de arrendamiento por uno que garantizara el control de las autoridades niponas sobre el archipiélago.

Sin embargo, la disputa territorial se remonta a 1895, cuando Japón se anexionó formalmente las islas para construir una planta procesadora de atún que dio empleo a 200 personas, aunque en 1940 el negocio se desplomó y las islas quedaron desiertas.

Entre 1945 y 1972, el archipiélago permaneció bajo dominación estadounidense, como parte de los acuerdos alcanzados entre Washington y Tokio tras la Segunda Guerra Mundial. Desde la salida estadounidense de las islas, China y Taiwán reclaman su soberanía.

China alega que descubrió el archipiélago en el siglo XIV y, a pesar de las tensas relaciones que mantiene con Taiwán, reconoce que algunas islas pertenecen al territorio como parte de la ciudad de Toucheng, ubicada en el condado de Yilan.

En cambio, Japón asegura que el archipiélago pertenece al completo a la ciudad de Ishigaki, ubicada en la prefectura de Okinawa, y, por tanto, rechaza las reivindicaciones chinas y cualquier acuerdo alcanzado entre Pekín y Taipei.

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