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Opinión - Vivir sobre un polvorín. Por Rosa María Artal

Once muertos en Pakistán

Al menos once personas han fallecido este jueves en una nueva jornada de enfrentamientos violentos en Karachi, la capital comercial de Pakistán, alentados por unas polémicas declaraciones de un ministro de la provincia de Sindh, Zulfiqar Mirza. En ellas, instó a “levantarse y librarse” del popular Movimiento Muttahima Qaumi (MQM), a cuyos seguidores calificó de “malditos”.

Una turba alborotada ha causado disturbios y ha prendido fuego a varios neumáticos y vehículos durante la mañana de este jueves, cortando numerosas carreteras, después de mantener fuertes intercambios de disparos durante la noche en diversas áreas de la ciudad.

“Insto, especialmente, al pueblo de Karachi y al de Hyderabad (la segunda localidad más grande la provincia de Sindh) a defenderse a sí mismos, a Pakistán, a Karachi y a sus inocentes niños, y a librarse de esos malditos”, declaró Mirza, miembro también del Partido Popular de Pakistán (PPP), liderado por el presidente paquistaní, Asif Alí Zardari.

El jefe de la Policía de Karachi, Saud Mirza, ha confirmado a Reuters que, “desde la pasada noche, once personas han muerto y trece vehículos han sido calcinados”. Fuentes policiales han añadido que al menos una persona ha fallecido en la ciudad de Hyderabad.

Asimismo, varios vuelos con destino Karachi han tenido que ser retrasados debido a que varios grupos de individuos han tratado de acceder violentamente al aeropuerto.

Reacciones políticas

El ministro Mirza también criticó en sus declaraciones a los mohajirs, los descendientes de los nativos de habla urdu que emigraron desde India, por la ingratitud que han mostrado hacia quienes les han dado cobijo a raíz de la creación del Estado de Pakistán en 1947.

A colación de estas afirmaciones, el ministro del Interior paquistaní, Rehman Malik, ha condenado la violencia y ha mostrado sus disculpas ante todos aquellos “ciudadanos urduparlantes que se hayan sentido heridos por estas declaraciones”.

Además, Malik ha insistido en que estos reproches no representan la visión política del PPP, subrayando que “la entera dirección (del partido) repudia” dichas afirmaciones.

Un representante del MQM, Wasay Jalil, por su parte, también ha condenado los disturbios. “Nosotros siempre estamos a favor de protestas pacíficas y condenamos todo tipo de violencia”, ha dicho, “siempre hay sectores que intentan aprovecharse de la situación y perturban la paz de Karachi”.

El resurgimiento de la violencia étnica, religiosa y política que se registró la semana pasada ya ha acabado con la vida de más de un centenar de personas.

Esta ola de violencia en Karachi, donde viven más de 18 millones de personas, amenaza con detener la actividad industrial de la ciudad y, por ende, acarrear graves consecuencias en la economía nacional.

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