Taylor apelará la sentencia por crímenes de guerra y contra la Humanidad

MADRID, 20 (EUROPA PRESS)

El expresidente liberiano Charles Taylor apelará contra la sentencia impuesta contra él por el Tribunal Especial para Sierra Leona, quien condenó al exmandatario a 50 años de cárcel por complicidad en crímenes de guerra y contra la Humanidad en Sierra Leona durante la guerra civil en el país (1991-2002).

Taylor se convirtió así en el primer jefe de Estado convicto y condenado por crímenes de guerra por un tribunal internacional desde la celebración de los juicios de Nuremberg contra los dirigentes de la Alemania nazi al término de la Segunda Guerra Mundial.

El pasado 26 de abril, Taylor, de 64 años, fue declarado culpable de complicidad en crímenes de guerra y contra la Humanidad --que incluyen homicidios, mutilaciones y violaciones-- por haber ayudado militar y financieramente a los rebeldes del Frente Revolucionario Unido (RUF) para garantizarse la comercialización de los “diamantes de sangre” extraídos en las zonas controladas este grupo armado sierraleonés.

Los abogados de Taylor ya han presentado los documentos correspondientes ante el Tribunal Especial para Sierra Leona, según ha informado la cadena británica BBC. Durante el proceso de apelaciones, que podría extenderse durante meses, Taylor permanecerá en La Haya.

En caso de que sea rechazada la apelación, el expresidente liberiano cumplirá condena en una cárcel británica. Taylor fue juzgado en la sede del Tribunal Penal Internacional (TPI) de La Haya, en lugar de en Freetown, sede central del Tribunal de Sierra Leona, para evitar conflictos. El Gobierno holandés aceptó el procesamiento a cambio de que la sentencia se ejecutara en otro país.

ONCE CARGOS

Concretamente, Taylor ha sido declarado culpable de once cargos: terrorismo (crimen de guerra), homicidios (dos cargos constitutivos de crímenes de guerra y contra la Humanidad), violaciones (crimen contra la Humanidad), esclavitud sexual (crimen contra la Humanidad), ultrajes a la dignidad humana (crimen de guerra), tratos crueles (crimen de guerra), actos inhumanos, mutilaciones y amputaciones (crímenes contra la Humanidad), reclutamiento y uso de niños soldado, esclavitud (crimen contra la Humanidad) y saqueo (crimen de guerra).

Según el tribunal, los fiscales no han podido demostrar que Taylor fuera uno de los líderes del RUF y tuviera, por tanto, poder de decisión sobre las acciones armadas de sus miembros. No obstante, sí se ha demostrado su complicidad con los rebeldes mediante el suministro de armas, municiones, personal militar, apoyo operativo y apoyo moral, lo que convierte al expresidente en “responsable individual de sus crímenes”, según indicó el tribunal en un comunicado.

Los rebeldes del RUF, liderados por el tristemente célebre Fody Sankoh, cometieron el asesinato de miles de mujeres y hombres, violaron y secuestraron a miles de mujeres y mutilaron a golpe de machete a numerosas personas a lo largo de los once años que duró la guerra civil de Sierra Leona. Durante la lectura de la sentencia, el juez Richard Lussick declaró que los crímenes perpetrados en Sierra Leona figuran entre los más “odiosos” de la historia de la Humanidad.

Taylor había negado todos los cargos, así como cualquier responsabilidad en los hechos juzgados, e incluso llegó a denunciar que los testigos de cargo habían sido “pagados y amenazados” por los fiscales del caso para que declarasen contra él.

Los fiscales habían solicitado una pena de 80 años de cárcel proporcional a la “gravedad” de los crímenes juzgados y habían pedido que la edad del procesado no fuese un atenuante. Por su parte, la defensa había calificado de “desproporcionada” esta pena de 80 años y había denunciado que el Tribunal quería convertir a Taylor en el “chivo expiatorio” del conflicto sierraleonés. Se estima en alrededor de 50.000 el número de personas que perdieron la vida durante la guerra civil de Sierra Leona.

LA GUERRA CIVIL DE LIBERIA

Taylor se alzó en armas en 1989 al frente del Frente Patriótico Nacional para la Liberación de Liberia (NPFL), en el que compartía liderazgo con Prince Johnson, para combatir al presidente Samuel D.Koe, que había alcanzado el poder en 1980 tras un golpe de Estado. Fue el inicio de una guerra civil que causó 200.000 muertos y que forzó al desplazamiento a la mitad de la población, y durante la cual Taylor contó con el apoyo de la actual presidenta, Ellen Johnson-Sirleaf.

Taylor obtuvo el poder en 1997, tras vencer en unas elecciones presidenciales marcadas por el miedo y en las que Ellen Johnson-Sirleaf, que ya había roto con él, quedó en segunda posición. Fue apartado de la Presidencia en 2003 en virtud del acuerdo de paz que puso fin al conflicto de Liberia (que duró 14 años, entre 1989 y 2003), tras lo cual huyó a Nigeria.

Después de tres años de exilio dorado en la localidad costera de Calabar, en el sur de Nigeria, fue detenido en marzo de 2006 por la Policía nigeriana tras un rocambolesco intento de fuga. Ellen Johnson-Sirleaf había solicitado poco antes oficialmente la extradición de Taylor.

La detención fue posible gracias al entonces presidente de Nigeria, Olusegun Obasanjo, el mismo que había contribuido --con el apoyo de Estados Unidos, la Unión Africana y otras instancias internacionales-- a facilitar su exilio en Nigeria como medida cautelar de apoyo al proceso de paz en Liberia.

Una vez detenido y trasladado a Freetown, Taylor fue finalmente trasladado a La Haya para ser juzgado en las instalaciones del TPI, por temor a que la celebración del juicio en Sierra Leona --tal como estaba inicialmente previsto-- desencadenara la violencia en la región.

Etiquetas
stats