Zelaya se niega a morir arrodillado ante una dictadura

El depuesto presidente constitucional de Honduras, Manuel Zelaya, está dispuesto a “luchar de pie antes que vivir de rodillas ante una dictadura militar”. Asimismo, denunció que en los enfrentamientos de ayer entre las fuerzas de seguridad y sus partidarios murieron al menos diez personas, calificó de “falsedad” que hubiera planteado alguna vez su reelección y advirtió de que no dialogará con “terroristas” porque “no puede haber paz” mientras el país esté en poder de “un régimen usurpador”.

“No pienso moverme de aquí y pienso luchar infatigablemente hasta resolver este problema que está afectando a mi país”, manifestó Zelaya desde la Embajada de Brasil en Tegucigalpa, donde se refugia desde el pasado lunes.

El mandatario constitucional aseguró que no tiene un plazo para abandonar la Embajada y que sólo mantiene la “decisión de luchar de pie antes que vivir de rodillas ante una dictadura militar”. “Yo soy el presidente que eligió el pueblo y en un país no puede haber dos presidentes, sólo uno, y yo tengo el respaldo del pueblo y de la comunidad internacional, así que estoy en el ejercicio de mis funciones, encarcelado por una dictadura militar que me impide ejercer el mandato que el pueblo me dio”, aseveró.

Según Zelaya, las autoridades del gobierno de facto están sometiendo a los refugiados en la Embajada a “tortura física, por medio de unas radiaciones de alta frecuencia” emitidas por equipos electrónicos. “Nos cortan las llamadas, nos impiden la comunicación, nos han cortado por momentos los alimentos y los servicios públicos, igual que al pueblo hondureño, que lo han reprimido fuertemente el día de hoy en todas las manifestaciones pacíficas”, afirmó.

“Hemos logrado a través de Naciones Unidas que nos pasen víveres, pero tenemos un cerco militar y policiaco exagerado alrededor de la Embajada que nos impide que las personas puedan circular o que puedan venir a hacer las visitas para el diálogo que yo he convocado”, agregó.

Diez muertos

Zelaya expresó su temor de que las fuerzas de seguridad asalten el edificio y advirtió del “peligro de que grupos mercenarios puedan introducirse aquí para hacer un asesinato”. Asimismo, aseguró que, pese a la cifra oficial de dos muertos anunciada por las autoridades 'de facto' en los enfrentamientos de estos tres días, “diez manifestantes murieron el día de ayer, lo que pasa es que ellos lo ocultan de una forma malintencionada, al igual que lo han ocultado el día del golpe de Estado, que ha habido más de cien personas asesinadas y desaparecidas”.

“Yo no tengo ni un solo seguidor aquí, las personas que están aquí están por la democracia, por la paz, por el diálogo, yo simplemente soy un servidor del país y más bien ellos son los que me excitan a mí a buscar respuesta y respaldo para estos principios de la democracia hondureña”, manifestó.

Respecto a la solución dialogada, Zelaya declaró, de forma contundente, que no es posible el diálogo con “terroristas” que “están pidiendo una recompensa por tener el país secuestrado”. “Nosotros hemos hecho un llamado a la paz, que es lo que se necesita para poder crear las condiciones de convivencia humana, y el respeto al derecho ajeno es la paz, pero no puede haber paz mientras un régimen usurpador, violento, como las grandes dictaduras que hubo en Europa en aquellos tiempos, ustedes también las vivieron, gobierne en nuestra nación, nunca va a haber paz en ese sentido”, aseveró.

Manuel Zelaya aseguró que él “nunca” se ha opuesto a la celebración de elecciones. “Yo soy el que más apoya el proceso electoral, nunca he planteado mi reelección, ésa es una falsedad de ellos, y ellos no están dispuestos a dialogar”. En este sentido, advirtió, para que haya diálogo no debe establecerse “ninguna condición, simplemente sentarse a aprender a practicar la democracia, que es lo que nosotros pedimos”.

El presidente constitucional indicó también que, pese a los problemas de comunicación --“sólo cuando ellos permiten que se empiecen a hacer llamadas nosotros podemos operar”, explicó--, se ha comunicado en varias ocasiones con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, así como con representantes de Estados Unidos y con otros presidentes de Centroamérica y de América del Sur.

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