Dos bombas dejan al menos 67 muertos en un tren que une India y Pakistán

Al menos 67 personas han muerto en un atentado con explosivos contra el llamado Expreso de la concordia, una de las pocas líneas de tren que unen la India y Pakistán, cuyos Gobiernos renovaron este lunes su voluntad de diálogo al mantener la agenda de la nueva ronda de conversaciones, que comienza este martes.

Dos bombas explotaron en torno a la medianoche, hora local, del lunes (18.30 GMT del domingo), en sendos vagones del Samjhauta Express, que une Nueva Delhi con la ciudad paquistaní de Lahore, y acabaron con la vida de 67 personas -según la última cifra oficial-, la mayoría a causa del fuego avivado por el queroseno empleado por los terroristas y la propia velocidad del tren.

Las explosiones ocurrieron a unos 90 kilómetros de la capital india, cuando el tren estaba aproximándose a la pequeña localidad de Panipat, en el estado indio de Haryana, y la mayoría de los pasajeros estaban durmiendo.

De los 757 pasajeros que viajaban en el expreso, 553 eran paquistaníes, según datos del ministro paquistaní de Ferrocarriles, Sheikh Rashid Ahmad.

Se sospecha, por tanto, que la mayoría de las víctimas son paquistaníes, si bien sólo nueve -seis paquistaníes y tres indios- han sido identificadas hasta el momento pues los cadáveres están carbonizados, dijo una fuente policial india citada por la agencia local PTI.

Los investigadores han rastreado los vagones incendiados en busca de restos de pasaportes, joyas o enseres que puedan ayudar a los familiares a identificar a sus seres queridos, añadió.

Un detenido

El ministro indio de Ferrocarriles, Lalu Prasad, informó de que un joven que viajaba en el tren sin reserva ha sido detenido y está siendo interrogado, tras ser identificado por testigos que mencionaron sospechas sobre dos hombres que se cubrían la cara con bufandas en uno de los dos vagones destrozados por la explosión.

Según Prasad, se desconoce el paradero del segundo sospechoso.

Las investigaciones preliminares sobre el material encontrado en los dos vagones destrozados revelan que el explosivo usado era de baja potencia, una mezcla de sulfuro y nitrato de potasio con queroseno como combustible propagador.

Los artefactos estaban ocultos entre la ropa en dos maletas y disponían de un dispositivo detonador, según una fuente oficial citada por la PTI. En el convoy, la Policía halló otras tres maletas con explosivos sin detonar.

El ministro indio del Interior, Shivraj Patil, afirmó disponer de “información suficiente” sobre lo ocurrido, si bien rehusó revelarla, pues, dijo, “puede ser mal empleada para obstaculizar la investigación”.

Tras las explosiones, los equipos de rescate trasladaron a los heridos al hospital de Panipat y a 12 en estado muy grave a Nueva Delhi, y unas horas después el tren continuó su marcha una vez desenganchados los vagones atacados.

Un total de 527 supervivientes cruzaron este lunes la frontera camino de Lahore, donde la India ha dispuesto una oficina de emergencia para dar visados especiales a los familiares de las víctimas.

“Lapsus” en una línea de máxima seguridad

La línea de tren atacada fue inaugurada en 1976, cuando cubría una distancia de 42 kilómetros entre Amristar y Lahore, y quedó suspendida en enero de 2002 tras un atentado contra el Parlamento indio, para ser reanudada dos años después y ampliada hasta Nueva Delhi.

Con dos viajes a la semana, está concebida como un servicio de máxima seguridad pues lleva personal especial de vigilancia y no hace ninguna parada hasta la frontera con Pakistán, por lo que los investigadores deducen que las bombas fueron colocadas en Nueva Delhi.

Prasad admitió que existe un “lapsus de seguridad” en la habitualmente abarrotada estación del Viejo Delhi desde la que parte el expreso, donde se han instalado detectores de metales pero que carece de equipos para chequear el interior de las maletas.

El ministro, tras anunciar un cambio de la estación de partida en el futuro, se enzarzó en un cruce de acusaciones con las autoridades de las regiones por las que transita el tren y con los servicios secretos por dar sólo “información vaga” que resulta de “poca ayuda” para prevenir atentados.

Tanto Prasad como otras autoridades indias que acudieron rápidamente al lugar de los hechos y visitaron a los heridos en Panipat y Delhi percibieron tras el atentado un intento de hacer “descarrilar” el proceso de diálogo con Pakistán.

El primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz, llamó hoy por teléfono a su colega indio, Manmohan Singh, quien le prometió castigar a los culpables de este “atroz” atentado.

El titular de Exteriores de Pakistán, Khurshid Kasuri, destacó la coincidencia del ataque con la nueva ronda de diálogo y consideró que “debería servir de ímpetu para que la India y Pakistán avancen en el proceso de paz con sinceridad aún mayor y un sentido de propósito”.

Kasuri llega este martes a Nueva Delhi al frente de una delegación para la nueva ronda de negociaciones con la India.

Etiquetas
stats