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La fábrica que provocó el vertido volverá a operar el viernes

VESZPREM (HUNGRIA), 13 (Reuters/EP)

La fábrica de aluminio que provocó un vertido tóxico la semana pasada en el oeste de Hungría retomará la producción este viernes y permanecerá bajo control estatal durante al menos dos años, según ha anunciado este miércoles el comisario de Desastres, Gyorgy Bakondi.

Por otra parte, según informa la agencia MTI, un tribunal húngaro ha dictaminado que la Policía debe poner en libertad al director de la compañía propietaria de la fábrica, MAL, Zoltan Bakonyi, quien había sido arrestado el lunes en relación con el vertido, que ya ha dejado nueve muertos.

Bakondi indicó en rueda de prensa que la fábrica, cuyos propietarios aseguran que el vertido se produjo por causas naturales, retomará la producción mañana o el viernes. “Hemos dado un permiso preliminar de volver a recalentar la central eléctrica” que suministra a la fábrica, explicó. “Dejarla fría demasiado tiempo habría provocado daños valorados en miles de millones de forint”, aclaró.

La empresa --la que más empleos ofrece en la zona con 1.100 trabajadores-- seguirá bajo control del estado hasta dos años durante los esfuerzos de emergencia, que podrían costar decenas de millones de dólares, añadió el responsable gubernamental.

Por otra parte, la Academia Húngara de Ciencia (HAS), una institución estatal, ha indicado que un examen de las muestras de suelo tomadas en Kolontar --la localidad más afectada-- y la localidad próxima de Devecser el 8 de octubre mostró que los metales pesados presentes en el lodo rojo suponían sólo una capa delgada y no planteaban ninguna amenaza para las reservas de agua.

Sin embargo, el organismo precisó que las 1.000 hectáreas afectadas podrían no poder volver a ser cultivadas, ya que las muestras de tierra tomada en las proximidades de la balsa que provocó el vertido indican altos niveles de arsénico.

Por su parte, Greenpeace afirma que se han encontrado altos niveles de níquel y cadmio en muestras de tierra tomadas cerca de la fábrica, sin que las autoridades hayan hecho ningún comentario al respecto. Asimismo, la organización ecologista midió el martes los contaminantes del aire e informó de que la concentración de partículas de polvo finas era seis veces mayor de los niveles seguros.

“Las personas en la zona están en peligro de padecer consecuencias sanitarias graves si no cuentan con material de protección”, ha advertido Greenpeace, añadiendo que prevé tener mañana los resultados más precisos sobre el análisis del polvo. “Inhalar el polvo tóxico puede acabar con el tracto respiratorio superior, provocar varias irritaciones, asma, inflamaciones crónicas y enfermedades cancerígenas”, precisó la ONG.

El Gobierno húngaro indicó en un comunicado que sus propias mediciones prueban que el polvo no es dañino. “La concentración de polvo en el aire no excede el nivel máximo de seguridad”, afirmó el Ejecutivo en su web dedicada al vertido. “Las autoridades no consideran válidas las mediciones realizadas por varias organizaciones civiles con métodos no estandarizados”, precisó.

En otro orden de cosas, Bakondi ha subrayado que la ley exige que los responsables del desastre paguen por la limpieza. En este sentido, el presidente de MAL, Lajos Tolnay, dijo que la compañía cooperará con la investigación sobre qué provocó el vertido, que atribuyó a causas naturales, de acuerdo a una entrevista que publicará mañana el semanario 'Figyelo'.

“La compañía debe pagar si provocó los daños ella misma”, afirmó Tolnay en la entrevista, de la que se han dado a conocer algunos extractos. “Nosotros sentimos que no somos responsables porque nuestra opinión es que fundamentalmente se trató de una fuerza externa inevitable, es decir, el desarrollo de condiciones naturales, lo que provocó la catástrofe”, añadió.

“Mis colegas hicieron todo de acuerdo con las normas”, agregó, precisando que el seguro a terceros de MAL está valorado en 102.200 dólares, una fracción de lo que podría costar el total del desastre.

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