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Un traslado que se las trae

Una mujer junto a la tumba del general Francisco Franco, en el Valle de los Caídos / EFE

José A. Alemán

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El artículo anterior fue el primero de dos dedicadas a Cataluña, pero decidí posponer el segundo porque me llenaron la buchaca los nietísimos y el prior del Valle de los Caídos, Santiago Cantera, a cuenta del traslado de los restos de Franco. Tiene tela que a más de cuarenta años de su muerte siga el dictador suscitando polémicas. Y más tela aún aportan los añorantes del Régimen franquista que a la tercera copa como que se les bajan las alertas y pegan a regurgitar lo de España Una, España Grande y España Libre. Y los/las hay en esa misma banda patriotera quienes hacen sus pinitos de “memoria histórica”; como Isabel Díaz Ayuso que apuntó ante la Asamblea de Madrid la posibilidad de que las izquierdas estuvieran ya preparando las quemas de iglesias “como en el 36”.

La intervención de Ayuso era su respuesta a una alusión de Vox que no le hizo maldita gracia; copió el estilo que trató de darle Martínez-Almeida, alcalde de Madrid, por los mismos días, a Ortega de los Smith de toda la vida. Como saben, la corporación municipal madrileña acordó guardar un minuto de silencio en memoria de la última mujer asesinada en el municipio, iniciativa que no gustó al dicho Ortega, portavoz de Vox en el ayuntamiento que, hecho todo un “portacoz”, montó manifestación cuasi unipersonal de protesta que obligó al alcalde a bajar a la calle y encararlo (mirando hacia arriba y por encima de la pancarta, se comprenderá) para reprocharle que no le avisara que iba a manifestarse. Dicho lo cual confesó, ante cámaras y micrófonos, que él es también contrario al “feminismo del 8-M” y ambos comparten, además, vuelta a coincidir con Ortega, la negación de la existencia de la violencia de género. Le guardaba el secreto.

Y vuelvo al prior Cantera y a los nietísimos. Dijo el benedictino que no opondría resistencia al traslado de los restos de Franco, a lo que añadiré el propósito de la familia del dictador de llevar a los tribunales europeos lo que consideran “profanación”. Ni uno ni los otros disimularon que querían sorroballar la expresión de la democracia que es el Estado de Derecho. Aunque el prior debió pensarse mejor su advertencia anterior de que solo se llevarían al Caudillo pasando por encima de su cadáver y quiso limar asperezas de semejante desafío al Gobierno y al Tribunal Supremo aclarando que no quiso decir entrarle a cachetones y trompadas a los osados, cosa fea en un hombre de Dios, sino a todo los demás, o sea, a recursos y pleitos al modo y manera de los archimentados nietísimos.

Por más que lo intenté no pude averiguar si le tiraron de las orejas al benedictino. Pero, ya ven, me da que le recordaron lo de “Roma ha hablado” con que se advertía a los fieles urbi et orbe que cuanto diga el Vaticano va a misa que es lo apropiado en estos casos. Y quien dice Roma dice la Iglesia española que se sigue poniendo las botas con los obispos metidos a notarios inmatriculadores por la gracia de Dios y de Aznar, que ahí se andan, es fama. No creo, la verdad, que Sánchez vaya a fastidiarle el asunto, pero por sí o por no igual optó Cantera por la resignación sin dejar de animar a los suyos con que todavía están por ver los recursos judiciales, los escritos digamos apologéticos, las repeticiones ceremoniales que hagan falta de las emparentadas con el mito del “eterno retorno” que Mircea Eliade ejemplifica con la misa católica en la que retorna con cada celebración la vida y muerte de Jesucristo.

En cuanto a los nietísimos siguen adelante con recursos y denuncias sin descartar llegar a los tribunales europeos. De momento tratan de que a su abuelo le digan unas misas y se le rindan honores militares que, imagino, no serán ese mayor gasto, por lo que tratar de que sea el Estado quien pague la pólvora de la fusilería no es empeño derivado de la necesidad de economizar sino prurito familiar. En cualquier caso, la ocurrencia se produce en un contexto teóricamente desfavorable pues la UE, llamada a proteger el derecho del dictador para que no lo molesten en ultratumba, surgió en un contexto histórico contrario a los nacionalismos nazis, fascistas o fascistoides para impedirles asomar la nariz. Olvidan, pues, que la CEE, hoy UE, se fundó para contener los nacionalismos que les dije a los que se responsabiliza de siglos de conflictos armados en Europa donde se iniciaron, además, dos guerras mundiales. No creo, a eso voy, que los nietísimos encuentren calor por esos andurriales foráneos apestados de demócratas y masones; salvo que cuaje la nueva estrategia de la ultraderecha que ha pasado de hostilizar a la UE desde fuera a reforzar sus posiciones dentro, de momento, del Parlamento europeo a la espera de adquirir en los países miembros peso suficiente. En España, tomen nota, han entrado los ultras con el apoyo del PP y Ciudadanos que los introdujo en el circuito.

Puede decirse, por tanto, que el problema está resuelto. Si el prior dice que no se opondrá al traslado y asegura el Gobierno que la delicada operación tendrá lugar antes del próximo día 25, lo que parece ya conformado, solo queda esperar que funcionen las medidas previstas para evitar complicaciones e incidentes.

Como burro viejo no aprende idiomas no insistiré más que para indicar que la situación a la que va a ponerse fin es consecuencia de las circunstancias de la Transición, de la posterior falta de temple político de los años posteriores y si me apuran de la vaga esperanza de una resurrección si no de ese hombre, Franco, sí de la idea de modo que convenía mantenerlo allí, en el Valle, para mejor proveer si llegara el caso.

Es cierto que el tiempo es el olvido y que las generaciones de la guerra y en buena medida las de la posguerra franquista ya no están. Lo que dio la oportunidad a Pablo Casado para ridiculizar, con la falta de tacto habitual en esta gente a quienes siguen con las que llamó “batallitas del abuelo”. Es notable la falta de sensibilidad de alguien que aspira a presidir el Gobierno de todos los españoles, incluidos los hoy ancianos que perdieron a su padre desaparecido una noche, cuando apenas levantaban tres cuartas del suelopor el terrible. Quiere el líder pepero moderarse pero no puede.

Cambiando de tercio aunque siga en lo mismo no vienen mal unas líneas respecto al real o supuesto electoralismo de toda esta movida. Y digo “real o supuesto” porque estando como estamos, a menos de un mes de las elecciones, salta la acusación de “electoralista”, la que más gusta a la derechona cuando no gobierna. Y si me pongo borde diría que en este país en cuanto un Gobierno que no es de su cuerda toma una medida o adopta políticas que favorece a la gente, siempre encuentra oposición de la derecha y a hemerotecas y archivos me remito, que la considere eso, electoralista no vaya a ser que prospere y preparar el terreno para cargársela en cuanto vuelva a subirse al machito. Es imposible no cerrar este capítulo sin mentar a Ciudadanos al que no le ha ido bien quitarse el disfraz de centro para dejar ver el radicalismo que lleva en sus genes. Aunque debo reconocerle a Rivera el mérito de cambiar de dirección ocho, treinta y dos o cualquiera de sus múltiplos para adoptar las contrarias sin acabar de precisar cual le convienen más. La última de la moción de censura en Cataluña fue de las de no recuerdo qué y no echar gota.

Y no sé por qué me ha recordado esta gente a G.K. Chesterton quien escribió: “El género humano, al que muchos de mis lectores pertenecen…”.

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