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El imperativo ético de salvar la Tierra

Cumbre sobre el cambio climático en París (EFE)

José A. Alemán

Los líderes mundiales presentes en la apertura de la Cumbre del Clima de París, que continuará sus trabajos hasta el viernes 11 de diciembre, no ocultaron su alarma ante la situación. Han permitido que las cosas llegaran a un punto de difícil retorno y si no hay ahora una apuesta en firme por la economía verde, no habrá futuro para el planeta que dejemos a nuestros hijos y nietos. China y Estados Unidos, los dos mayores emisores de gases de efecto invernadero y quienes han obstaculizado la adopción de medidas, han cambiado de actitud ante la extrema gravedad del calentamiento que compromete el futuro. Barack Obama, por ejemplo, reconoció el papel de su país en la escalada de los gases de efecto invernadero y asumió la responsabilidad de “hacer algo al respecto”. Aseguró, además, que quien le suceda en la Casa Blanca respetará los compromisos aunque sea republicano. No menos rotundo fue Xi Jinping, su homólogo chino: “Todas las acciones ecológicas van a pesar en nuestros planes de desarrollo”, prometió, añadiendo que “la conferencia de París no es la meta sino el punto de partida de una gobernanza global”. Casi la totalidad de los países que acudieron a la cita llegaron a París poniendo por delante su compromiso en la lucha contra el calentamiento climático. Ya veremos si vendrá o no el tío Paco con las rebajas de tantos buenos propósitos.

De momento, Estados Unidos y China siguen negándose a suscribir acuerdos vinculantes. Esa actitud determinó en gran parte el fracaso, hace 18 años, del protocolo de Kioto que obligaba a los firmantes a reducir las emisiones de gases un 5,2% respecto al nivel de 1997. Aunque en esta ocasión Obama y Xi Jinping coinciden en que el Fondo Verde, creado en la cumbre de Cancún de 2010 para ayudar a los países menos desarrollados, debe contar con 100.000 millones de dólares anuales a partir de 2020. Si bien no faltan quienes consideran que es preciso actuar ya, poner a circular de inmediato esos dineros sin aguardar todo un lustro, pues a cada año que pasa se agrava el problema y aumenta la necesidad de mayores recursos para combatirlo. Es lo que piensa Naciones Unidas.

La postura de la India, como cuarto emisor mundial de gases de efecto invernadero, por detrás de Europa, tercera tras China y Estados Unidos, es relevante. Para Narendra Modi, su primer ministro, los países más desarrollados deben hacer los mayores esfuerzos ya que basaron su crecimiento en los combustibles fósiles. La India utiliza el carbón como principal fuente y ante las voces que claman por desterrarlo definitivamente propone “limpiar esa energía, no decretar su fin”.

La UE, por su parte, ha reducido sus emisiones en algo más del 12% y quiere que el acuerdo sea vinculante para lograr que a finales del siglo XXI el calentamiento no sea superior a los 2 grados, el máximo señalado por los científicos. Sin embargo, algo más de cuarenta países no están de acuerdo con ese tope de 2 grados porque quieren que lo bajen a 1,5 grados. Las razones son de supervivencia puesto que algunos de sus territorios insulares podrían desaparecer por el aumento del nivel del mar. Entre los partidarios de esa rebaja figuran Filipinas, Maldivas, Costa Rica, Kenia y varias islas-estado del Pacífico.

En cuanto a Latinoamérica, Rafael Correa, presidente de Ecuador, habló de “justicia ambiental” dado que existe “una deuda ecológica” que no debe seguir aumentando y solicita que las tecnologías para combatir el cambio climático sean de libre acceso y considerados “bienes públicos”.

Otra novedad de la cumbre de París es que la lucha contra el calentamiento climático comienza a considerarse imperativo ético, vistas las calamidades que ya ha desatado y que van a más. El anfitrión, François Hollande, lo dejó muy claro al calificar en su discurso la ayuda a los menos desarrollados un acto de “justicia climática”. Para él “los países más pobres son los que menos contaminan, pero son al tiempo los más afectados”. El presidente francés no restó, por último, dramatismo a la situación: “Estamos ante el abismo. Hay que reaccionar”.

Los malditos debates malditos

Hace unos días oí en la tele a un dirigente pepero elogiar la inteligencia de Mariano Rajoy. La prueba: el presidente sacó a la primera las oposiciones a registrador de la propiedad.

Yo no dudo de la inteligencia de quien gane una oposición, pero sí digo que ese éxito solo puede considerarse prueba irrefutable de una gran capacidad memorística, que irá o no acompañada de inteligencia. Y lo mismo que digo esto, tampoco doy por sentado que le falten al presidente del Gobierno español un par de aguas como parece a veces, a ver si nos entendemos. Entre otras cosas porque no sé si la torpeza de algunos actos suyos cabe atribuirla a la dicha falta de inteligencia o a que es tan obediente y disciplinado que sigue a rajatabla las recomendaciones de sus compañeros de campaña; lo que no es muy inteligente.

No les citaré la cuestión catalana, que lo ha rebasado y ya aburre a las sillas. No pienso ocuparme más de ella salvo, claro, que el Barça, que es algo más que un club, o sea, una empresa, traslade su sede a Madrid por mor de la inestabilidad política.

Sí me referiré al apoyo a Francia tras los criminales atentados yihadistas de hace unas semanas. Durante días estuvieron los peperos del Gobierno dale que te pego con que si iban a ayudar, cómo sería esa ayuda si los franceses la solicitaban y llegó a hablarse de sustituir por españoles a los soldados franceses en Malí. Dio la sensación de que el PP quería transmitir que su candidato a la reelección, Rajoy o sea, es alguien en la escena internacional. Pero aparcaron el asunto tras el atentado de Bamako, pues no en vano las encuestas indican que, aun siendo el electorado español consciente de que los yihadistas pueden atentar en España, no son partidarios de que el Gobierno emprenda aventuras como la de Irak y exponerse a sus resultas; que aquí somos más de acciones como la de Perejil con la flota zarpando al romper el día. Lo que induce a pensar, por cierto, si el hecho de que hayan prescindido de Aznar en la campaña electoral sea debido a que no interesa refrescar el episodio de las Azores.

La historia del apoyo a Francia hubiera quedado perdida por ahí si no es, mecachis, la Cumbre Climática, que a eso voy. La frialdad de François Hollande con Rajoy fue tan evidente como lo poco que pintaba allí un mandatario que tanto ha castigado a las energías renovables alternativas, Soria mediante como bien sabemos los canarios. Se entiende, pues, que a la primera de cambio cogiera Rajoy el avión de regreso a Madrid para ahorrarse jocicones y estar con Pedro Piqueras en Telecinco, justo a la hora en que se celebraba en El País el debate Sánchez-Rivera-Iglesias, los tres aspirantes a sustituirlo en la presidencia del Gobierno español. Como saben, Rajoy se negó a debatir con ellos y el atril previsto para él permaneció vacío durante el debate.

Nada que objetar, por supuesto, a que Rajoy se negara a debatir con sus rivales. Cada cual es muy libre de hacer lo que le cuadre. Pero está feo que justificara la ausencia con sus obligaciones como presidente del Gobierno; sobre todo por lo que tiene de insulto a las inteligencias de los electores que lo vimos explicar el motivo de negarse a debatir con sus principales antagonistas desde otro plató, el de Telecinco, a la misma hora del debate rechazado, en la entrevista que concediera a Pedro Piqueras. Por si fuera poco, aludió como muestra de cuan ocupado está a la cumbre de París, de la que regresó para ir directamente a Telecinco. Debió parecerle más importante contraprogramar el debate de El País que pegar la hebra con los mandatarios del mundo asistentes a la cumbre de los que siempre se aprende algo. Está visto que no se halla fuera del plasma.

Otra buena fue su presencia en la COPE para comentar un partido de la Champions…mientras se sucedían los contactos de los mandatarios europeos en apoyo de la Francia herida, respecto a la necesidad de definir una política antiterrorista común, que incluía las iniciativas contra el Estado Islámico. Tampoco le resta tiempo estarse con Bertín Osborne con un futbolín de por medio o echar un dominó con grupos de jubilados. Por cierto: no pasaré por alto la forma aspavientosa y la boca abierta que se le quedó cuando en la COPE su hijo consideró mejorable no sé qué programa. El mismo gesto y expresión de unos días después, cuando llamó en pantalla por teléfono a no sé qué pueblo a un abonado elegido supuestamente al azar. Un azar extraño porque la señora que descolgó no se sorprendió al decirle él que era Mariano Rajoy. A cualquiera le hubiera parecido una broma, pero no a la señora que avisó enseguida a su marido de que lo llamaba el “presidente de la República”, nada menos, cosa que Rajoy celebró, como digo, con los mismos aspavientos y la boca abierta del pasmo que ofreciera en la COPE ante la ocurrencia de su hijo. Lo único que falta para completar el duro es que el abonado telefónico de referencia fuera, qué sé yo, fundador del PP (o de AP, que tanto monta) en el pueblo elegido y la confusión de la señora fuera un gags preparado. Deberían cambiar de guionistas.

Y acabo, para no aburrirles, con la explicación de uno de los “cabezas de huevo” de Rajoy (Moragas, creo) a que en el debate de El País rechazaran a Soraya Sáenz de Santamaría como su sustituta. Dijo Moragas que se debió a que Sánchez, Rivera e Iglesias le tienen miedo a la señora vicepresidenta porque es listísima, preparadísima y qué sé yo. Miedo que, por lo visto, no le tienen a Rajoy. Como si no supiera que quienes rechazaron a la sustituta fueron los organizadores, no los intervinientes. Ha sido una faena a la vicepresidenta colocarla en la tesitura de enfrentarse a tres candidatos rivales dispuestos a demostrar que no hay miedo. Lo que ocurrirá en La Sexta.

Sigue, pues, el PP con su jueguito entre la media verdad y la mentira con una absoluta falta de respeto al país. Sería el caso de la que se traen con el descenso del paro en noviembre pasado en 27.000 personas. Una cifra importante, desde luego, que permite establecer en 271.000 el descenso de los parados entre noviembre de 2011 y noviembre de 2015. Una buena reducción, en principio, aunque lejos de los tres millones prometidos por Esteban González Pons y el propio Rajoy. Y ocultando que la reducción se debe en mucha medida al descenso de la población activa. Según la Encuesta de Población Activa, precisamente, el paro se redujo durante la legislatura que ahora termina en 436.000 y pico.

Las claves, para no aburrirles, están en las ocultaciones. La primera fue la de que el 90% de los contratos celebrados son temporales, lo que no deja de tener consecuencias que no se mencionan; o no se relacionan con otros datos para poder presumir de éxito. Como, pongo por caso, el que por primera vez desde 1944 el número de nacimientos sea inferior al de defunciones porque a ver, con este panorama de trabajo precario y ausencia de perspectivas, quien se arriesga a tener hijos.

Tampoco se menciona que este tipo de contratación, hija de la reforma laboral, hace que las cotizaciones a la Seguridad Social sean poco estables y sometidas a la misma precariedad contractual. A lo que se añade la disminución de cotizantes en unos 25.000 y algo. O que haya más de 2 millones de parados registrados que no reciben ningún tipo de ayuda. Nada se dice tampoco de que la Seguridad Social ha sacado 7.500 millones de la “hucha” del Fondo de Pensiones para afrontar la paga extra de diciembre. En la mentada “hucha” quedan ahora 34.200 millones, la mitad de los que había en 2011 y se calcula que, de no cambiar las circunstancias y continuarse con la misma política del PP, el Fondo de Pensiones podría agotarse en 2018. No se entiende, salvo que sea otro de tantos engaños electoreros, el anuncio de Rajoy de que si gana ampliará de dos a cuatro años la exención de cotizar por los primeros 500 euros en los contratos indefinidos con lo que disminuirán los ingresos.

Por otra parte, para seguir ilustrando las engañifas del Gobierno, diréles que Cristóbal Montoro dejará el déficit de la Administración Central del Estado en una cuantía prácticamente igual a la que “heredó” en 2011 de Elena Salgado. Lo que quiere decir que las únicas administraciones que se han apretado el cinturón en esta “exitosa” legislatura son las comunidades autónomas y los ayuntamientos.

Por cierto: casi cerrando este trabajo, sale Albert Rivera con que Rajoy participó del botín (¿o dijo “festín”? ¿O quiso decir las dos cosas?) de la corrupción. No sé en lo que se funda pero, desde luego, la sospecha es de sentido común. Porque es indudable que el PP de Rajoy ha protegido a más de un corrupto con episodios tan llamativos como la destrucción de los ordenadores de Bárcenas, las historias de la caja b y las obras en la sede de Génova y qué sé yo. Pudiera haber otras razones para que Rajoy tratara de pasar de puntillas como la de preservar al PP de todo mal, por ejemplo. Pero se entienden las sospechas de Rivera, si es que son solo sospechas; salvo que se admita que Rajoy no es lo suficientemente inteligente y sí lo bastante alma de cántaro para no enterarse de lo que ocurre en sus predios. Más o menos como Ana Mato que no se enteraba de los trasteos de su ex marido con los coches; ni de los suyos con los cumpleaños de sus hijos. Tienen todos ellos una cara que se la pisan. Sobre todo cuando Rajoy apela a su experiencia de gobernante para que le voten y poder seguir con su política económica que está acabando con todo.

Soria a por Rosell

Quien conozca el percal en estas asirocadas ínsulas maliciará lo que hay detrás de la investigación abierta por la Fiscalía a la candidata de Podemos al Congreso de los Diputados, la juez en excedencia Victoria Rosell. Mentiría si dijera que no me esperaba algo así ni que no haya comentado a los amigos que algo intentaría José Manuel Soria contra ella. Como candidata rival en unas elecciones donde se juega el bigote que ya no luce y como venganza, pues es compañero de Rosell, Carlos Sosa, director de este periódico, quien le ha sacado a la luz algunos de “sus asuntillos”, como se decía en lo antiguo.

Nada digo de la catadura ética y política del sin embargo ministro que no esté ya dicho. Muchos, de su partido y fuera de él, lo han padecido y sé del miedo que le tienen. Entiende Soria la política al estilo de cuando Él habitaba entre nosotros. Es el tipo de políticos en democracia a los que desconcierta toparse con alguien que no le tema, cual es el caso de Carlos Sosa. Se sienten desasistidos. Soria señaló a Sosa como enemigo por críticas que no le gustaron, decidió aplastarlo, a él y a este periódico con lindezas como la de advertir a potenciales anunciantes que consideraría acto de beligerancia en contra suya insertar publicidad en Canarias Ahora. Y pinchó en hueso porque, la verdad, miedo sí que no hay.

Pero no ceja el muy ministro que ahora trataría de dañar a Victoria Rosell como digo en su doble condición de compañera de Carlos Sosa y candidata de Podemos. Representa, pues, todo lo que resulta odioso a una mentalidad fascistoide como la del sin embargo ministro. Le facilita mucho las cosas que Rosell pertenezca, además, en el seno de la Administración de Justicia, al sector progresista enfrentado al conservador donde Soria tiene más predicamento.

La investigación se dirige a aclarar las circunstancias en que se produjo el alquiler, con expectativas de adquisición cuando sea legalmente posible, de la licencia de emisión que posee la empresa de Canarias Ahora, a la Unión Deportiva Las Palmas. Y ya veremos en qué para todo. De momento, el sin embargo ministro ha ordenado a sus abogados querellarse contra la jueza porque lo acusó de estar detrás de la movida. Cosa que, como digo, no sorprende a nadie que conozca los antecedentes. A las informaciones en este mismo periódico me remito.

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