Hace poco releí un artículo de Wladimiro Rodríguez Brito sobre el plátano en La Gomera y su relación con la isla portuguesa de Madeira. Ello me llevó a recordar un poco la similitud no sólo geográfica de ambas ínsulas –más allá de sus bosques termófilos- sino también histórica. Una percepción escrita ya desde el siglo XV (si bien La Gomera se pobló con anterioridad) pero con una percepción del monocultivo similar: ambas pasaron de la caña de azúcar al vino. El tránsito de los siglos XVI al XVII cambió esta realidad económica, salvo que la producción del oro líquido, esto es, el azúcar, permaneció con mayor auge en Madeira. A finales del siglo XIX se extendió la agricultura de extensión (si por lo accidentado de su orografía podríamos denominarla como tal) con el plátano como principal índice económico. Hoy Madeira exporta más plátano que La Gomera, a pesar de que no es su principal aliciente económico. El turismo ocupa el primer puesto en ambas islas dentro de su PIB. Dos realidades paralelas, aunque también diferentes. Somos macaronesia aunque no nos lo creamos. (898 caracteres).