“El Premio de la Crítica traerá a La Palma a algunos de los más prestigiosos críticos literarios españoles”

Ángel Basanta es presidente de la Asociación Española de Críticos Literarios. Foto: RAFA VELÁZQUEZ/ EL FARO DE VIGO

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

El Premio de la Crítica, uno de los galardones literarios más prestigiosos de España, que concede la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL), en su 61 edición, se fallará en Santa Cruz de La Palma el próximo 23 de abril, Día del Libro. El presidente de la AECL, Ángel Basanta, profesor y crítico literario, en una entrevista con La Palma Ahora ha asegurado que “siento una gran satisfacción porque este acontecimiento literario de suma relevancia y una tradición cultural importante, sea acogido en la capital palmera”. 

-¿Por qué se ha elegido La Palma para fallar el Premio de la Crítica? 

-Desde hace más de cuarenta años el Premio de la Crítica, que antes se había convocado varias veces en Zaragoza, Barcelona y Madrid, ha venido fallándose en diferentes ciudades, acogido cada vez en una diferente. La elección de La Palma para esta convocatoria se ha producido así: Fernando Valls, vicepresidente de la Asociación Española de Críticos Literarios (AECL), habló de esta posibilidad con Nicolás Melini, escritor palmero residente en Madrid, quien se lo propuso al presidente del Cabildo Insular. Anselmo Pestana recibió la idea con mucho interés. Así pude comprobarlo en mi primera conversación telefónica con él y en nuestro encuentro en Santa Cruz de La Palma en noviembre. Como presidente de la AECL, siento una gran satisfacción porque el Premio de la Crítica sea acogido en la capital palmera. Las anteriores fueron Pontevedra, Logroño, Ponferrada, Cáceres, Soria, Barcelona… Siempre nos inclinamos por una ciudad que reúna interés de sus autoridades por acoger este acontecimiento literario de suma relevancia y una tradición cultural importante. El interés de la máxima autoridad del Cabildo pude comprobarlo en persona y la importancia cultural de Santa Cruz de La Palma está en la historia al alcance de todos. Además, nunca se había fallado el premio en La Palma. Y solo una vez había tenido lugar en Canarias: en Tenerife (en abril de 1997). 

-Este importante acontecimiento literario traerá a La Palma a destacadas figuras de la crítica española. 

Así es. En el jurado del Premio de la Crítica están presentes algunos de los más prestigiosos críticos literarios españoles. En su gran mayoría son destacados profesores universitarios que, además de llevar a cabo su labor académica en la docencia y en la creación de libros especializados, escriben en los más importantes suplementos culturales de los principales diarios de ámbito nacional, autonómico y provincial, y también en las más interesantes revistas literarias. También hay críticos de acreditada valía que proceden de instituciones muy conocidas, como ateneos, fundaciones culturales, academias… Cada año el jurado se renueva en más del cincuenta por ciento de sus miembros con el fin de dar entrada a nuevos críticos manteniendo la continuación del rigor, independencia y ecuanimidad garantizados en convocatorias anteriores. Y están presentes los más acreditados críticos literarios de las cuatro lenguas de España en representación de las literaturas en lengua catalana, castellana, gallega y vasca. Porque el Premio de la Crítica es el único que se concede simultáneamente a obras escritas en las cuatro lenguas del país. 

-¿Cómo es el proceso de selección de las obras ganadoras? 

-Es un proceso largo y complejo. Durante el mes de enero los miembros de la AECL eligen cada uno tres libros de poesía y tres de narrativa entre los publicados el año anterior. Entran también los libros de autores hispanoamericanos, siempre que estén editados en España. Luego se hace la lista con todos los libros seleccionados como candidatos al premio. Son candidatos. En el Premio de la Crítica no hay finalistas. Dicha lista, que no se hace pública, es recibida por los miembros del jurado con antelación suficiente para que completen alguna lectura que pueda faltar. Y sobre los libros incluidos en dicha lista debatiremos en Santa Cruz de La Palma los días 22 y 23 de abril hasta decidir los ganadores. El Premio de la Crítica se concede en las modalidades de poesía y de narrativa, en las cuatro lenguas del Estado (castellano, catalán, gallego y vasco). Los libros de las literaturas en lengua catalana, gallega y vasca son examinados por nuestros socios en dichos territorios. Y los resultados se anuncian en la rueda de prensa que tendrá lugar el 23 de abril en Santa Cruz de La Palma. No se incluyen obras dramáticas porque en teatro la lengua literaria, siendo el elemento más importante, no es el único, pues hay otros que también lo son (escenografía, decorados, indumentaria, música, etc.). Además, los años de publicación no coinciden a veces con los del estreno. 

-¿Qué valora el jurado? 

-La calidad literaria de las obras, con independencia de si los autores son de más edad, más conocidos, incluso consagrados o más jóvenes, menos conocidos, y con independencia también de si la obra está publicada en una editorial grande o de menor tamaño. La misión del Premio de la Crítica es destacar la mejor obra que se ha publicado en el año tanto en narrativa como en poesía, en cada una de las cuatro lenguas de España. 

-¿Suele haber unanimidad? 

-Lo habitual es que no haya unanimidad. Es lógico. Porque en todo el año anterior se han publicado textos importantes. No digo que haya muchos porque la excelencia no abunda. Pero sí es normal que en todo un año se hayan publicado algunos libros importantes merecedores del premio, tanto en narrativa (novela, cuento y microrrelato) como en poesía. Sí es verdad que en alguna ocasión había un texto muy destacado por encima de los demás. En esos casos el jurado lo tiene más fácil, pues puede llegar a fallar con éxito sin tantas horas de debate previo. 

-¿Ha evolucionado la crítica en los últimos años? 

-Claro que sí, como todas las disciplinas humanísticas. Para no entrar en mayores profundidades, teniendo en cuenta que la literatura es un proceso de comunicación que lleva un mensaje de un emisor a un receptor por medio de un texto creado de acuerdo con un código y trasmitido por un canal en un contexto determinado, podemos decir que la crítica literaria ha ido evolucionando centrando su interés primero en la figura del autor, después en el texto y finalmente en el lector. De este modo se ha ido pasando de métodos más tradicionales al estructuralismo y posestructuralismo hasta llegar a la primacía del lector, con la Escuela de Constanza y otros círculos del saber. Esta evolución que afecta tanto a la Teoría de la Literatura como a la Crítica Literaria se complementa con otra de naturaleza menos teórica y más determinada por la procedencia de los profesionales que ejercen la crítica literaria. En los últimos años abundan los críticos literarios procedentes del campo de la Filología que son profesionales formados en las cuatro disciplinas fundamentales para el ejercicio de dicha labor: Historia de la Literatura, Literatura Comparada, Teoría de la Literatura y Crítica Literaria. Es bueno que así sea, que el crítico literario sea un profesor que ejerce la docencia en la universidad o en un instituto y que, a la vez, se ocupa de la crítica de libros en los medios de comunicación, adaptando sus conocimientos al medio periodístico y a la minoría de lectores a los que se dirige, como un profesional con algo de botánico y algo de jardinero, según reclamaba Coseriu para el lingüista. Ahora bien, siendo esto así, creo que la crítica literaria más solvente, basada en la tradición filológica y con aspiración a la ecuanimidad, pasa por tiempos de incertidumbre porque resulta molesta a las manipulaciones comerciales de los nuevos mercaderes que se han apoderado de todos los templos, incluidos los medios de comunicación. 

-¿Por qué es importante que exista un canon literario? 

-Porque sirve de referencia y guía en años de aprendizaje, tanto para los estudiantes de todos los niveles educativos como para los futuros escritores. Dicho canon está formado por los clásicos, que son aquellos autores que nunca pierden vigencia en sus temas y conflictos expresados con auténtico afán de permanencia. Es verdad que el canon no tiene por qué ser el mismo para todos. En la historia de la literatura universal hay muchos autores de verdadera importancia. Unos habrán influido más en algunos autores y otros en otros. También hay autores que sin ser figuras cenitales han marcado la formación de jóvenes escritores en sus años de aprendizaje. Pero no cabe duda de que hay figuras universales que quedan en la mente de todos por haber estado presentes en mayor o menor medida en la formación de todos, escritores y lectores. Pues este año celebramos el cuarto centenario de la muerte de Shakespeare y de Cervantes, los dos vienen muy bien como ejemplos de ese canon en el que ambos figuran en los primeros lugares. Y salvando todas las distancias y con todas las reservas que se quiera, podríamos decir que a ello contribuye también el Premio de la Crítica en su tiempo. Porque, en cierto modo, genera canon, destacando las mejores obras publicadas cada año en sus 61 convocatorias de existencia, desde 1956. 

-¿Cómo influye la crítica en el éxito de un libro? 

-Influye mucho menos que el mercado. Las grandes campañas de publicidad orquestadas por las editoriales más poderosas tienen mucha más influencia en el éxito de ventas de un libro. La crítica literaria es leída por una minoría de lectores del periódico con el que se difunde el suplemento cultural. Y la influencia de esta crítica literaria está en contribuir a la información de aquellos lectores que buscan una orientación que les ayude a moverse con criterio en la enmarañada selva de libros que han saturado el mercado y donde todo permanece durante muy poco tiempo. En consecuencia, la influencia de la crítica literaria se produce más en los buenos lectores, que buscan una mejor orientación para sus exigencias de calidad literaria. Y por ello esta influencia, todo lo pequeña y modesta que se quiera, resulta más duradera en el tiempo, pues acompaña la vida de los buenos libros que componen las trayectorias de los mejores autores, que pasarán después a ser estudiados en monografías propias de la crítica académica, como tesis doctorales y otros estudios universitarios. 

-¿El marketing puede imponerse a la calidad literaria de una obra? 

-Comercialmente, sí; literariamente, no. Una buena campaña de publicidad editorial destinada a promover la venta de una obra con ciertos reclamos de literatura pensada y concebida para entretener a muchos lectores sin demasiadas exigencias estéticas, como pueden ser la suspensión de la intriga y otros muchos lances folletinescos, puede llegar a convertir un libro en un éxito de ventas. Pero no logrará suplantar ni equiparar éxito de ventas con calidad literaria. Es verdad que hay novelas excelentes que fueron grandes ‘best-sellers’. Cien años de soledad, por citar un ejemplo bien ilustrativo: novela millonaria en ventas y una de las más grandes novelas del siglo XX. Pero ejemplos así no hay muchos. La calidad literaria no está relacionada con el número de libros vendidos. Ni el éxito ni el fracaso en la venta de un libro determinan su valor literario, que está en componentes del libro relacionados con su estructura, su construcción, su estilo y todos los procedimientos técnicos y formales empleados en su composición. Por eso la crítica literaria es hoy más necesaria que nunca, pues el sistema literario actual está más influenciado por factores y presiones de origen extraliterario. En este mercado global hay muchos intereses en asociar e incluso confundir literatura con número de ventas. Se publican muchos libros y el lector está desbordado, bombardeado por grandes campañas de publicidad de las editoriales. En tales circunstancias la crítica literaria tiene la obligación moral de informar y orientar a los lectores, discriminando lo que es literatura de aquello que simplemente no lo es. Y ha de hacerlo con procedimientos y modos que  deben cumplir una triple función informativa, analítica y valorativa. Porque debe informar de componentes externos del libro (extensión, editorial, etc.), situarlo en la trayectoria del autor y ofrecer un resumen de su contenido; analizar su estructura, técnica y estilo, explicando su funcionamiento y poniendo de relieve sus principales aportaciones; y, sustentado en lo anterior, que es la parte más específicamente literaria, toda crítica ha de ofrecer una valoración razonada de la obra comentada. Sin este juicio, positivo o negativo, no hay crítica literaria de verdad. Sabemos bien que ahí reside uno de peligros mayores que ha de afrontar el crítico, pues estamos arriesgando una valoración acerca de una obra sobre la cual no se ha escrito nada todavía. Pero hay que asumirlo con la deseable capacidad de tener razón. 

-¿Qué libros destacaría de los que han recibido el Premio de la Crítica? 

-Destacaría muchos. Porque, como he dicho antes recordando lo afirmado por uno de los grandes críticos literarios actuales, el Premio de la Crítica genera canon. Podemos comprobar que muchos libros de poesía y de narrativa galardonados con el Premio de la Crítica a partir de 1956, constituyen hoy lo mejor de nuestra historia literaria en la segunda mitad del siglo XX y en lo que llevamos del XXI. Los más grandes escritores españoles de poesía y de narrativa han recibido el Premio de la Crítica, algunos, muy pocos, en más de una ocasión. Recuerdo que los tres últimos en ganarlo en dos ocasiones fueron Juan Marsé, Luis Mateo Díez y Rafael Chrirbes, que son tres autores imprescindibles en la literatura española de finales del XX y comienzos del XXI. Y por destacar un caso muy singular recordaré el de Los girasoles ciegos, libro de narraciones cortas de Alberto Méndez, autor casi desconocido hasta entonces, que ganó el Premio de la Crítica en 2005 por aquel primer libro que, habiendo tenido buenas críticas, se había vendido muy poco, lo cual se corrigió a partir de haber ganado el Premio de la Crítica, que catapultó el libro con varias ediciones que lo convirtieron en una obra popular, difundida también por el Premio Nacional y por el éxito de la versión cinematográfica. 

-¿Recuerda alguna anécdota en los fallos en los que ha participado? 

-Son muchas las que recuerdo desde la primera vez en que formé parte del jurado del Premio de la Crítica. Fue en el año 1989. El Premio se falló en Córdoba. Y en narrativa ganó Juegos de la edad tardía, primera novela del joven Luis Landero, entonces un desconocido y que luego se convirtió en uno de nuestros mejores novelistas. Pero, en fin, como las anécdotas se producen dentro del jurado y lo que se comenta en sus reuniones no debe hacerse público, me quedaré con la positiva celebración del premio ganado por Los girasoles ciegos, primera obra publicada por un autor desconocido, que, además, falleció aquel mismo año, sin haber podido disfrutar del premio ni del éxito posterior de sus admirables cuatro narraciones cortas.

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