“En la Coral Alegría nadie se queda fuera por carecer de recursos económicos”

El joven director palmero Francisco Díaz dirige la Coral Alegría.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

La Escuela Coral Alegría, dirigida por el joven director musical palmero Francisco Díaz Rodríguez (Los Llanos de Aridane, 1986), es un proyecto educativo, cultural y social que se ha convertido en referente en la Comunidad de Madrid. “A pesar de ser una empresa, tiene un alto contenido social, y quienes la dirigimos tenemos claro que ninguna persona puede quedarse fuera de la escuela por carecer de recursos económicos”, ha asegurado a LA PALMA AHORA Francisco Díaz, quien recuerda que la coral nació “como coro de niños en una pequeña parroquia de Madrid, San Cristóbal, en el obrero barrio de Ciudad Pegaso, y en la actualidad cuenta con más de cien cantores con edades comprendidas entre los tres y los 80 años , cubriendo todas las etapas de la vida”.

En la dirección de la Coral Alegría, Díaz cuenta con la colaboración de la codirectora musical, Sarai Cabanillas, y de los padres y madres de los niños. “Nuestro objetivo de acercar la música a todo aquel que desee integrarse en las diferentes agrupaciones de la escuela, independientemente de su ideología o condición social o económica, con tarifas asequibles y flexibles. La música es algo de todos”, asegura. “Pretendemos inculcar el amor por la música, especialmente en su modalidad coral, y fomentar el respeto por el trabajo propio y ajeno, entendiendo que las dificultades técnicas de cada coralista o de cada coro, deben ser entendidas y aceptadas por todos los componentes de las distintas agrupaciones”, subraya. También es fundamental en este proyecto “crear un ambiente de solidaridad con causas benéficas relacionadas con la educación, la cultura y la lucha contra el hambre, y fomentar el respeto por el trabajo de otras agrupaciones corales, independientemente de su nivel técnico”, resalta Francisco Díaz, quien también apuesta por “desarrollar en sus alumnos la capacidad de trabajo en equipo y promover la cooperación entre todos los grupos e integrantes de la escuela coral, para que se entienda como un proyecto común del que todos forman parte”, dice. Otra de las metas de Díaz es “impulsar en lo alumnos la capacidad de esfuerzo y sacrificio individual en favor de la colectividad e inducir el afán de superación y progreso musical y personal”.

El director palmero busca asimismo “acercar a los alumnos a la música y a su historia, a través de la preparación e interpretación de obras de diferentes autores, épocas y estilos, introducirlos en el lenguaje musical, aplicando el canto coral, e impulsar la participación en actos y conciertos de diferentes tipologías, estilos y niveles”.

Díaz Rodríguez ha destacado que desde sus inicios la Escuela Coral Alegría “ha contado con padrinos de lujo, como el fundador y actual director de la Escolanía Marino Sicilia de Los Llanos de Aridane, el tenor palmero Gregorio Díaz, o el exdirector del Coro Nacional de España, el también palmero Tomás Cabrera”. Pero sin duda, recalca, “el padrino musical de nuestras Corales de Alegría ha sido el gran Luis Cobiella Cuevas, quien aconsejó infinitas veces a coralistas y directores, cedió su música y siempre estuvo atento a todos los movimientos de la Coral Juvenil Alegría”.

Como “agradecimiento eterno” a la figura de Luis Cobiella, su música sonó el pasado mes de diciembre en el Teatro Monumental de Madrid, sede de la Orquesta y Coro de Radio Televisión Española, interpretada por la Orquesta Sinfónica de Chamartín y la Coral Juvenil Alegría. La música del compositor palmero compartió cartel con piezas de Mozart, Beethoveen o Ennio Morricconne.

El director palmeroz, por cultura familiar, comenzó a los siete años sus estudios de lenguaje musical y piano en la Escuela Insular de Música de La Palma, introduciéndose en la vida musical y cultural de la Isla. De la mano de músicos como Andrés Cabrera o Margarita Galván, inició un largo camino cuya siguiente estación fue cuando, en 1996, junto a su padre, el conocido tenor palmero Gregorio Díaz, se aventura a formar un coro de voces blancas, fundado como asociación cultural tres años más tarde bajo el nombre de Asociación Músico Cultural Marino Sicilia. Aquí logra ampliar sus conocimientos musicales, sobre todo en la especialidad coral, realizando conciertos e intercambios culturales por distintos lugares del Archipiélago, la Península y Europa, además de recibir la custodia de grandes músicos como Claudio Nicolai, Tomás Cabrera o Luis Cobiella.

Tras fundar y dirigir en el año 2007 el Coro del Colegio Sagrada Familia de Nazaret de Los Llanos de Aridane, decidió trasladarse a Madrid, donde inició sus estudios de Maestro, Especialidad Musical, en la Universidad Complutense, en la que además participa como tenor del Coro de la Facultad de Educación, bajo la dirección de Albina Cuadrado. En la capital de España fundó también en 2007 la Escolanía Virgen de la Alegría y, en 2009 el Coro de Voces Adultas ‘Regina Coelli’, junto a un proyecto de escuela musical alternativa conocido con el nombre de ‘Disonancias’. En la actualidad, aunque reside en Madrid, asegura que “miro de reojo y participo activamente en la vida cultural de su mi isla natal”.

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