José Manuel Hernández: pintor autodidacta sin prejuicios

Santiago Jorge (i) y José Manuel Hernández.

Santiago Jorge

Santa Cruz de La Palma —

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Definición de Autodidacta: Es la persona que se instruye a sí mismo por sus propios medios, llevando a cabo el proceso de enseñanza y aprendizaje sin ayuda de un maestro, basándose en el conocimiento adquirido por la experiencia y su propio juicio crítico. Ventajas de ser autodidacta: se fomenta la curiosidad, la investigación y la autodisciplina, se aprende a resolver los problemas por uno mismo, es una experiencia constructiva. Autodidactas famosos: Jorge Luis Borges. José Saramago. Leonardo da Vinci. Woody Allen. Stanly Kubrick. A. Tápies. Fran Zappa. Claude Monet, etc.

Casi sin poder remediarlo, la entrevista de José Manuel Hernández me obliga a argumentar lo que supone ser un artista autodidacta sin prejuicios. Su trayectoria personal está directamente vinculada con este concepto. Todos tenemos una historia y un historial, por eso, lo más prudente es empezar por el principio. José Manuel sigue el patrón de la inmensa mayoría de los artistas plásticos. Ya de niño el colegio no nos despertaba demasiado interés, nuestra mente volaba mientras los profesores se afanaban en explicarnos teorías y teoremas; mientras tanto nosotros dibujábamos, a veces, en el propio pupitre, nuestros libros estaban totalmente ilustrados por los márgenes blancos de las páginas. José Manuel disfrutaba dibujando letras y tipografías creativas, rotular se le daba bien. Después de hacer prácticas en el estudio de un arquitecto, hace un fugaz paso por la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Santa Cruz de La Palma, es aquí donde consigue respirar un poco de aire artístico y contactar con algunos amigos que posteriormente serían pintores relevantes. 

Sin una línea clara de futuro, no desiste en su empeño y se agarra a los pinceles como un flotador para superar su “tormenta personal ”, la que todos llevamos, pero nadie quiere reconocer. Un carácter inquieto y a veces conflictivo, típico de los artistas con una personalidad fuerte que le supera; es la pintura quien consigue domarlo, es su mantra particular que le da sosiego, le ayuda a canalizar sus inquietudes y puede que también sus inseguridades. En 1997 realiza su primera exposición individual en la Casa del Quinto, en San Andrés y Sauces. Con esta experiencia coge impulso para seguir avanzando en su proyecto de vida; lo tiene decidido, no hay vuelta atrás; ahora está solo ante el abismo y depende todo de su voluntad y su capacidad de trabajo.

Intenta coquetear con técnicas vanguardistas y estilos conceptuales, pero esto no le llena, puede que le inquiete más aún. Pintando su entorno, paisajes, calles y casas típicas canarias en una línea costumbrista, es aquí donde se encuentra cómodo, seguro y equilibrado, no pretende dar ningún discurso estético, simplemente disfruta pintando y se siente bien. La isla de La Palma es su fuente de inspiración, está enraizado y no tiene ninguna necesidad de salir al mundo exterior, lo que necesita lo tiene aquí mismo, muy cerca y siempre disponible. La vida ha sido su escuela y él mismo su maestro; su obra gusta, se vende y además le hace feliz; no siempre hay que alejarse tanto, muchas veces tenemos ante nuestros ojos lo que es importante para nosotros. Esta es la actitud de José Manuel Hernández, y yo le aplaudo y le felicito.

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