“Es una crueldad pisar la cabeza a quienes vienen a ganarse la vida”

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Los números no son “tan fríos” como parecen, asegura el palmero Carlos Felipe Martell, profesor titular del Departamento de Economía de las Instituciones, Estadística Económica y Econometría de la Universidad de La Laguna (ULL), que este jueves, a las 19.00 horas, presenta su primera novela, 'Los Privilegiados del Azar', en el Salón de Grados de la Facultad de Económicas y Empresariales de la ULL. En el acto intervendrán María Nélida Rancel Torres, vicerrectora de Relaciones Universidad y Sociedad, Victoria Jiménez, catedrática de E.U. y la solista María Candelaria Gil Fariña, que interpretará fragmentos de las canciones de la novela. El libro se dará a conocer el próximo 27 de septiembre, a las 19.30 horas, en la Sala del Ámbito Cultural de El Corte Inglés de Santa Cruz de Tenerife. En esta ocasión participarán el presidente del Parlamento de Canarias, Antonio Castro Cordobez; el periodista José Antonio Pardellas Casas, junto a la solista María Candelaria Gil Fariñas. Carlos Felipe Martell reconoce que la experiencia de escritor “no me ha resultado tan difícil como creía” y se ha dado cuenta de que “cuanto más escribes, más quieres escribir”.

-¿Cómo llega un profesor de ciencias al mundo de las letras?

-Como un auténtico intruso y, además, sin intención de equipararme a nadie. De hecho, soy de los que admiran a los verdaderos escritores, a los genios capaces de manejar el lenguaje hasta elevarlo a las cotas de lo artístico. Yo, más que en la auténtica y pura literatura, me sitúo en el hemisferio del ocio y del entretenimiento.

-Cuente cómo nació 'Los Privilegiados del Azar'

-Es una historia bastante curiosa. Pero para responderte voy a cambiar la pregunta y convertirla en ¿cómo surgió escribir una novela?, una cualquiera. En cierta ocasión cayó en mis manos un best seller con un título muy atractivo y una sinopsis sugerente. Se trataba de un libro que prometía mucha intriga, y lo empecé a leer con ilusión y ansias. Al principio me enfrenté a una historia contada con un lenguaje muy plano que no evolucionaba (ni el lenguaje ni la historia). Pero, claro, la intriga tenía que aparecer. El título, el argumento, así lo sugerían. Cuando llegué a la mitad, cerré el libro y jamás lo he vuelto a abrir. Paradójicamente, es el libro que más ha influido en mi vida, pues fue la mecha que me impulsó a escribir. Me dije: “Si esto es un best seller, yo puedo hacer algo, como mínimo, similar”. Y me puse manos a la obra.

-¿Por qué ha iniciado su carrera literaria con un libro sobre el racismo y la inmigración ilegal?

-Mi intención no era esa exactamente. Al principio no tenía argumento. Cuando empecé a escribir no tenía ni idea de qué iba a contar. De hecho, intentando ser original, lo primero que escribí fue el índice, que, de entrada, asusta, pues coincide con el de cualquier manual universitario de Estadística. Luego, cuando empiezas a leer se te pasa el susto, claro, pues la Estadística está ahí sólo como un envase para darle un toque original a la novela. También quería insertar en el libro la música, una serie de temas pertenecientes a un patrimonio musical personal. Después se me ocurrió encajar las canciones utilizando un crucigrama. Así que mi punto de partida no fue un argumento, porque no tenía. Mi punto de partida, la casa por el tejado, fue 'Música, Estadística y habilidades'. La historia se me ocurriría después, me la marcarían esos tres recursos de partida. Una de las canciones, 'Inmigrante Ilegal', fue la elegida como pivote basculante para sujetar la historia.

-¿Qué ha aprendido escribiendo sobre este drama social?

-Me gusta la forma en que planteas la pregunta, porque, dado que yo no tenía intención inicial de escribir sobre un tema concreto, he aprendido (sobre él) escribiendo. Lo que he aprendido es la idea que pretende transmitir, como fondo, la novela. El lugar donde naces no lo eliges tú; es puro azar. Si a ti la vida te da a luz un par de metros por debajo de mí, es una crueldad que yo, cuando tú trates de asomar la cabeza, te la pise con la excusa de que vienes a robar puestos de trabajo en mi zona. Eso no es robar, es intentar vivir, y con todo el derecho del mundo. No existe 'mi' zona; no al chovinismo, no al patriotismo. A veces, el inmigrante sólo busca ocupar un insignificante hueco que nadie más pretende, y, aún así, se lo impedimos.

-¿En qué escenarios se desarrolla su novela?

-El libro se centra básicamente en la Universidad de La Laguna y en el Hospital Universitario de Canarias, aunque viaja en un par de ocasiones a La Palma, cruzando el túnel de la cumbre. También visita algunos municipios de Tenerife y La Palma, aunque sea de pasada. Yo soy palmero y soy profesor universitario de Estadística. Supongo que la primera novela de muchos escritores tiene algo de autobiográfica. Sobre todo nosotros, los intrusos, utilizamos en nuestros comienzos recursos de nuestra vida para suplir nuestras carencias, o sea, los recursos literarios y lingüísticos patentados por los escritores puristas.

-¿A qué género pertenece 'Los Privilegiados del Azar'?

-'Los Privilegiados del Azar' es, básicamente, una novela comercial. Por eso decía antes que me sitúo en el lado del entretenimiento. Los intrusos somos unos ventajistas. El escritor auténtico escribe lo que le sale del alma, sin preocuparse por intereses comerciales. El intruso como yo elabora una novela pensando en entretener. Cada frase, cada línea, cada palabra, la escribimos pensando en el lector; pensando en engancharlo, pensando en levantarlo de la silla. Indirectamente, aunque suene indecente, pensando en vender. Pero eso no significa que yo no haya puesto el alma en la novela. Yo diría que he puesto toda mi alma.

-¿Por qué le concede un protagonismo especial a la música?

-La Música, como la Estadística, no es más que otro de los recursos de apoyo para lograr mis pretensiones. Cuando estaba escribiendo me propuse componer una ODA. Tenía que manejar mis recursos para ese fin. ODA son las iniciales de mis tres pretensiones para la novela: tenía que ser Original (no hay más que leer el índice para verificarlo), Digerible (o sea, de fácil lectura) y Adictiva; sobre todo muy adictiva. Si mi novela no entretiene desde la página número uno hasta la seiscientos, lo consideraré un fracaso personal.

-Después de este obra anuncia una trilogía. ¿Tiene alguna relación con 'Los Privilegiados del Azar'?

No, es otra cosa diferente. Aunque, paradójicamente, tiene más semejanzas que diferencias. Las diferencias se basan en que, al no ser la primera novela, la trilogía 'Palíndromo' (que estoy a punto de terminar) ya no es tan personal. El argumento, además, nada tiene que ver con el de 'Los Privilegiados del Azar'. En cuanto a semejanzas, la trilogía 'Palíndromo' es muy adictiva (mucho más que 'Los Privilegiados del Azar' bajo mi punto de vista), mucho más original y, además, también está escrita al revés, o sea, empezando la casa por el tejado: a partir de piezas de un rompecabezas me estrujo el cerebro para construir una novela puzle. ¿Quién dijo que no puede construirse una casa empezando por el tejado? Eso es una estupidez; claro que puede hacerse. Lo que ocurre es que es mucho más difícil, pero, si lo logras, tendrás tu ODA.

-¿Cómo logra conjugar las frías estadísticas de los números con la calidez de la música y la palabra?

-Precisamente intento hacer ver en algunos pasajes del libro que las estadísticas no son tan frías. Como se recoge en la introducción, la Estadística es Poesía; ambas disciplinas miden la incertidumbre.

-¿Cuánto tiempo ha invertido en la novela?

-Cuando alguien me pregunta eso me da pudor responder. Te diré que suelo tardar uno o dos meses en escribir una novela. Cuando lo afirmo, por las expresiones de quien me lo pregunta, parece que eso suena a muy poco tiempo, y que yo estoy siendo pedante por jactarme, pero, la verdad, no sé si es poco. No sé cuánto tardan otras personas. Eso sí, intento escribir cuando tengo tiempo; por ejemplo, en verano. En un verano, con la inspiración suficiente, puedes escribir una novela. Después, claro está, le dedico más tiempo (adicional) a revisar, perfeccionar, retocar? Pero, si la inspiración no me abandona, dos meses pueden ser suficientes.

-¿Cómo ha sido su experiencia de escritor?

-Escribir no me ha resultado tan difícil como creía cuando comencé. Ahora, a punto de terminar la trilogía 'Palíndromo', me doy cuenta de que, cuanto más escribes, más quieres escribir. Lo complicado es publicar. Hoy en día, si no te conocen o no eres famoso nadie te publicará. Entonces, ¿cómo conseguir que te publiquen? Es como si te soltaran en un laberinto muy complejo, con infinidad de caminos falsos y, quizá, sólo quizá, uno correcto. Para sortearlo, primero tienes que convencerte de que salir del laberinto no es una cuestión de habilidad. Convencerte de eso ya lleva su tiempo. Tu creación puede ser la mejor de la historia, pero eso no es lo que te sacará del laberinto si nadie te conoce. Salir del laberinto es una cuestión bidimensional; depende de dos factores: paciencia y suerte. La paciencia consiste en probar salidas. La paciencia sola no es suficiente. Hay que buscar un hueco por donde se cuele la suerte. La suerte consiste en que exista una salida.

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