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Una particular mirada nocturna del paisaje

Esther R. Medina / Esther R. Medina

Una visita a San Petersburgo, que le impactó en su retina, y la noticia de que dentro de unos años podría perder la visión, llevaron a Jesús Rodríguez, un joven vitalista que derrocha talento creativo, a aficionarse a la fotografía con unos resultados espectaculares. “Todo empezó en el 2010. Tres semanas antes de viajar a San Petersburgo, una ciudad que me dejó maravillado, me detectaron una enfermedad en los ojos y me dijeron que, posiblemente, me iba a quedar ciego con el paso de los años; a partir de entonces, empecé a valorar cosas que quizá en el futuro no tenga”, ha señalado a LA PALMA AHORA.

Una parte del impresionante trabajo fotográfico que ha realizado el artista desde el año 2010, se expone hasta el 15 de mayo en la sala de arte 'Hay un mundo por conocer? La Palma' de La Molina Artesanía, situada en la calle Apurón de Santa Cruz de La Palma. La muestra se compone de seis macrofotografías nocturnas de distintos lugares de la Isla que sobrecogen al visitante. “Son imágenes con mucho detalle, donde se aprecian bien los colores y las estrellas, porque quiero mostrar que La Palma tiene unas características impresionantes, con muy poca contaminación lumínica, y unas vistas maravillosas”, explica. “Están hechas con trípode de larga exposición, y dependiendo del objetivo que se tenga, las llevo de seis a 25 segundos”, añade. Para la realización de las macrofotografías, apunta, “hago fotos de varios puntos, las monto todas, hasta 24, y así consigo imágenes muy, muy grandes”, dice.

En la soledad de la noche y con una Nikon D 7000, Jesús Rodríguez capta imágenes inéditas que luego edita logrando, al jugar con los contrastes, resultados sorprendentes. “Suelo salir solo a hacer las fotos, algo que no es recomendable, pero así trabajo más cómodo porque no me gusta que nadie me espere”, confiesa. Para este tipo de fotografías Jesús recomienda “una buena cámara y mucha paciencia, porque puede ser que salgas una noche y no consigas una buena foto; si se me mueve el trípode o si fallo con el foco, se me fastidia”, reconoce. También es imprescindible que las condiciones meteorológicas sean excelentes. No puede haber contaminación lumínica, ni nubes, ni calima, la noche tiene que estar limpia. “En Europa hay poquitos lugares mejores que La Palma para realizar este tipo de fotografía, porque la Ley de Protección del Cielo evita la contaminación lumínica, y en parajes como el interior de la Caldera no se nota la luz”, apunta.

Pero la exposición de Jesús Rodríguez, un diseñador publicitario especialista en Diseño Modelo 3 D, que está al frente de la agencia Producciones Azul Atlántico, no sorprende solo por las imágenes que exhibe. En el suelo de la sala, el artista ha creado un efecto que da la sensación de profundidad a la hora de realizar una fotografía y que llama poderosamente la atención del visitante. “Es una técnica trabajosa que nunca antes he visto en interiores y que es la primera vez que se muestra en La Palma”, resalta. “Parece que estás en el fondo de algo o elevado en algún punto; es como si el suelo estuviera excavado”, detalla. Esta novedad está causando furor en las redes sociales puesto que muchas de las personas que han visitado la exposición se han fotografiado en la sala, en cuyo suelo se percibe ese efecto de volumen, y han difundido la instantánea a través de facebook y twitter.

Las seis imágenes que muestra Jesús han sido tomadas en distintos enclaves de la Isla y cada una esconde su historia. “La fotografía del Roque de Los Muchachos, que hice acompañado de mi hermana, es una exposición de diez minutos donde se percibe una lluvia de estrellas que no es tal, pues este efecto se debe al tiempo de exposición que produce el movimiento de las estrellas”, aclara. La toma de la Cascada de Colores, en el interior de la Caldera de Taburiente, ha sido, de la serie, la que más esfuerzo le ha costado. “Tenía mucha ilusión por hacer esta foto, aunque me daba un poquito de respeto porque debía realizar tres horas de caminata al atardecer, llegar al lugar, esperar a que anocheciera, estar una hora y media haciendo fotos, y volver luego con noche cerrada; pero me encantó ir allí y esperar, porque me gusta hacer fotos solo, si alguien me espera no me concentro”, admite.

Otra de las imágenes está captada en una charca de la playa de Echentive, en Fuencaliente, en la que se perciben la Vía Láctea y algunos satélites. “Iluminé el agua con una linterna para que se vieran las rocas en una noche sin luna”, cuenta. La playa de Las Cabras, también en el municipio sureño, está recogida en otra imagen en la que aparece “un poquito de luna a la izquierda”. La estampa del Refugio del Roque muestra la Vía Láctea con un cielo teñido por una ligera calima. Una fotografía espectacular de Los Cancajos cierra la serie. “Es un sitio que me encanta, pero que tiene el problema de la contaminación lumínica; la imagen la capté en las antiguas salinas, en los cocederos, y a pesar de las luces del aeropuerto, de Tenerife y de la propia zona, se ve una cantidad de estrellas increíble”, resalta.

La fotografía es para Jesús Rodríguez “un hobby que seguiré practicando mientras pueda”, asegura. Su dolencia, de momento, está frenada, y él ésta convencido de que no avanzará, a pesar de que los médicos le dicen lo contrario. “El viaje a San Petersburgo y la enfermedad me animaron y me dieron fuerzas para valorar otras cosas, y quiero seguir fotografiando lugares emblemáticos y maravillosos de La Palma, porque me da mucha satisfacción que alguien me diga que le gustan mis fotos”, concluye.

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