Los puntos negros de La Palma

Habito una sirena tendida entre alisios.

Erguida sobre el océano

baila entre nubes.

Como reina hace arabescos

con pájaros, bosques y volcanes.

Y por virgen,

se cubre de encajes.

Desde este paraíso

palpamos las estrellas.

 

El hombre corre el peligro de extraviarse por puntos negros.

Recientemente acabo de realizar un importante aporte a la literatura en Canarias, titulado ‘Poetas cubanos en Canarias’, el cual se encuentra ya en proceso de edición, y consiste en una antología de poetas que han vivido o viven en nuestras islas, algunos ya fallecidos. Esta selección de sus obras, cuenta con prólogo del narrador Luis León Barreto y será publicado en noviembre.

Durante el proceso de investigación, tuve contactos con una excelente pedagoga, investigadora, poeta y buena amiga, residente en Gran Canaria; la cual a través de las redes sociales se había reencontrado, después de cincuenta y cuatro años, con una pareja de amigos de infancia, los cuales viven en Orlando, la ciudad norteamericana de los parques temáticos más famosos del mundo, al norte de la Florida. Para culminar ese reencuentro decidieron viajar a Canarias, conocer las islas y en especial La Palma, donde había nacido su padre ciento un años atrás.

La pareja visitante, formada por un pastor bautista, ya jubilado, su esposa y la propia amiga en común, me adjudican el grato encargo de servir como guía durante su estancia en nuestra isla. Tras un accidentado comienzo de gira, con un coche entregado por la agencia sin combustible y roto en medio de la carretera, gracias a Dios, todo continuó con buen pie, con lo cual pudieron disfrutar de los paradisiacos lugares a los que pude llevarlos, escasamente, durante los tres días.

No bastan los paisajes. Se ha comentado durante años que La Palma necesita un cambio rápido en cuanto a infraestructura turística y no vemos que se avance, gobierne quien gobierne.

La falta de señalización en lugares turísticos es imprescindible. Existe un corte tangencial entre la información que recibe en su ciudad de origen un turista interesado en conocer nuestra isla y la mala señalización que encuentra luego en los lugares de interés. No es soltarlos a que se extravíen y mareen con las curvas, por sí solos, hay que facilitarle toda la información.

El que viaja hasta aquí, y más si habla otro idioma, necesita tener más detallada la información de acceso a los lugares, y no perder sus horas de viaje, porque son simplemente horas de vida las que dedica una persona, o una familia, en recorrer nuestra geografía. Son ellos los que transmitirán de boca en boca a amigos y familiares, si vale o no la pena de invertir sus vacaciones y dinero en venir a esta y no otra isla, donde está todo organizado.

El estado deplorable de las carreteras es el mayor hándicap para cualquier conductor acostumbrado a las autopistas con buen asfalto. ¡Hasta cuándo! Hay tramos verdaderamente comparables al tercer mundo.

Uno de los puntos negros donde fijaron su atención es que para donde quiera que se mire se ven plataneras, mientras que en ningún sitio donde comieron, hay nada, absolutamente nada, en la carta con sabor a plátanos, mientras se ven camiones cargados de fruta para la pica.

Políticos, empresarios y pueblo en general, debemos hacer por nuestra isla, para que puedan sentirse acogidos nuestros visitantes.

Y los puntos negros, son agujeros.