Los animales damnificados por el volcán siguen necesitando ayuda

Uno de los perros rescatados por el volcán de La Palma

Efe / Luis G. Morera

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Más de dos meses después de que comenzase la erupción del volcán de Cumbre Vieja, la ONG Benawara necesita voluntarios para seguir haciéndose cargo de los animales albergados en las canchas deportivas anexas al instituto Eusebio Barreto, en Los Llanos de Aridane. Esta protectora de animales ha sido la encargada, desde el día siguiente a la erupción, de atender a las mascotas de familias afectadas que no pueden hacerse cargo de ellas, además del reparto de piensos y atención veterinaria básica.

Para ello cuentan con el apoyo de los colegios de veterinarios de Tenerife y Las Palmas, que envían voluntarios en turnos de dos días y han contribuido con donaciones de alimentos y medicinas para los animales.

Por estas instalaciones han pasado más de 300 perros desde que comenzó la emergencia, y muchos de ellos han sido reubicados en casas de acogida o devueltos con las familias que pueden hacerse cargo de ellos. Actualmente, este albergue provisional está cuidando a 28 perros y más de 60 gatos a los que hay que alimentar, pasear y limpiar sus jaulas, trabajos para los que necesitan recursos humanos que han ido decreciendo con el paso de los días.

“Las tareas siguen siendo las mismas o más que al principio, pero hay muchos menos voluntarios”, comenta Amanda Pérez, coordinadora de Benawara y auxiliar de veterinaria, que ha notado el descenso de los turnos de 10 personas que había al principio, a los de tres o cuatro que hay actualmente.

Los motivos de este descenso de voluntariado son múltiples: la gente ha vuelto a su rutina habitual, los afectados intentan rehacer sus vidas y los jóvenes que antes conformaban una buena parte del equipo humano ya no tienen el mismo tiempo para colaborar con el lugar de acogida.

Casi la mitad del espacio en el que se ubica este albergue provisional está ocupado por sacos de pienso de animales y otros artículos de necesidad. “Las donaciones están llegando de todas partes, y ya hemos repartido más de 20 toneladas de alimentos a las familias afectadas”, cuenta Amanda.

Además de mano de obra, Amanda Pérez relata que “la mayor necesidad ahora mismo son unas nuevas instalaciones techadas y cerradas para protegernos a nosotros y a los animales del tiempo invernal”.

Las recientes e intensas lluvias han provocado inundaciones en las canchas deportivas en las que se sitúan, lo cual ha generado numerosos problemas y ha elevado la carga de trabajo para las personas que acuden a colaborar.

Natalia y Emilio son los dos veterinarios enviados actualmente por el Colegio de Tenerife y se encargan del cuidado de los animales domésticos en una clínica de campaña ubicada en las instalaciones de acogida temporal, además del rescate y avituallamiento de animales dentro de la zona de exclusión del volcán. Natalia destaca, sobre todo, la necesidad de que lleguen más veterinarios voluntarios a ayudar en el cuidado y el tratamiento de los animales, tanto en el albergue provisional de Los Llanos para animales domésticos como para los rumiantes que se encuentran en el recinto ferial de Las Canales, en el municipio de El Paso.

Las enfermedades más habituales están asociadas a la inmunodepresión provocada por el estrés, que causa una bajada súbita de las defensas de los animales y es, según Emilio, “la patología por excelencia de los animales que llegan a los albergues”.

Pese a las dificultades, los dos veterinarios hablan de “lo gratificante que es el trabajo en estas condiciones” y animan a todo el mundo que así lo desee que colabore, ya sea con ayuda presencial o como casa de acogida porque los animales son, también, afectados por el volcán de Cumbre Vieja. 

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