Espacio de opinión de La Palma Ahora
Matrimonio de conveniencia
Dicen que un chino soñaba con una botella de licor de arroz. Lleno de gozo encendió un infiernillo y puso el licor encima para tomarlo caliente. Justo entonces se despertó, se dio cuenta de que no había ningún licor que beber, y se lamentó: “maldita sea, si lo hubiera tomado frío me habría dado tiempo a beberlo antes de despertarme”.
La ruptura del pacto en el Cabildo no ha sido un sueño, Y si lo ha sido, algunos han tenido un despertar del que no vale lamentarse. La Presidenta ha sido clara: “Somos conscientes de la responsabilidad que asumimos y seguimos abiertos a la colaboración y el diálogo con todas las fuerzas políticas, y especialmente con el PSOE”. Es lógico pensar que los socialistas tras este divorcio, ni en sueños y menos caliente, parecen dispuestos a ofrecer a Coalición Canaria “un licor” en forma de pacto, quebrando el actual poder municipal como pretenden los nacionalistas. Por eso, hasta aquellos que tenemos una edad suficiente para ver colmada nuestra curiosidad, nos ha sorprendido la falta de argumentos para “el despido” y seguimos sin saber lo que se esconde detrás de una decisión supuestamente disparatada. Nunca habíamos dudado de que el Cabildo, desde el primero hasta el último consejero, tanto en el grupo de gobierno como en la oposición, estuviera formado por personas de reconocida ecuanimidad y buen sentido, por ello, desconciertan las palabras de González Taño: “Siempre he dicho que el grupo de Gobierno CC-PSOE venía funcionando bien, y eso lo mantengo hasta el día de hoy, pero por coherencia, por compromiso y por lealtad con un pacto que han firmado en Canarias dos fuerzas políticas, el PSOE debía decidir con quién quiere gobernar en La Palma, y hasta ahora ha optado por el PP”. Esta afirmación nos confunde, porque si alguien no dice lo contrario, el Cabildo sigue siendo la Primera Institución de la Isla, y, aunque haya sido mediante un “matrimonio de conveniencia”, ha sido gobernada ?que sepamos - por Coalición Canaria y PSOE.
Siempre se ha dicho, que a la hora de pactar hace falta un esfuerzo de síntesis para buscar y encontrar entre dos fuerzas políticas un lenguaje común. Por eso, nos congratulamos cuando los consejeros de los dos partidos mostraron afinidad en sus interacciones, constructivas y múltiples, llegando al clima de concordia necesario para gobernar la Institución. Tal vez por ello, nos desoriente que por razones externas echen por la borda el grado de entendimiento al que habían llegado, cuando es ese y no otro, el papel que desde el pueblo exigimos. Pero como dice el refrán: “El matrimonio es al amor lo que el vinagre al vino. Con el tiempo hace que pierda su primer sabor”. Ante la ruptura, sólo cabe suponer que los razonamientos que hicieron pactar a Coalición Canaria con el PSOE en el Cabildo, eran más partidistas que institucionales; que fue ?como hemos dicho - un matrimonio de conveniencia para alcanzar objetivos ajenos a la gobernabilidad del Cabildo; y que, a la vista de los hechos, la unión ha dejado de ser válida al no materializarse el “provecho” político oculto entre las líneas de un documento, en el que tenía que haberse plasmado únicamente la alianza que había de favorecer a La Palma y a los palmeros.
Para el socialista Anselmo Pestana, “la decisión de CC traslada a la sociedad la lección de que bajo presión, bajo amenazas, no se logra absolutamente nada; y que hay otra segunda lección sobre la dificultad de los pactos en cascada, en Canarias”. Resulta patente lo del “matrimonio de conveniencia”. Este era un acuerdo de renuncias y no de aportaciones positivas que, en pro de la Isla, estuvieran por encima de la personalidad de los partidos. Por eso, muchos de los que votaron creyendo de buena fe en sus políticos, no comparten el punto de fricción que ha dado al traste con la cohabitación de dos fuerzas que parecían afines, pero que sólo eran un prodigio de buena voluntad que, de pronto, se ha transformado, como en todo matrimonio imperfecto, en inculpaciones y cruce de quejas y denuncias.
La presidenta del Cabildo acusa al Partido Socialista y al PP de mantener una alianza para “eliminar la voz de Coalición Canaria de la Isla”. Pero ¿acaso no era ésta una situación creada antes del pacto de nacionalistas y socialistas en el Cabildo? A nadie se le esconde que la convergencia de Coalición Canaria y PSOE después de las últimas elecciones locales, era por eso harto difícil, de ahí, que se elogiara a los protagonistas por conseguir un pacto estable, que adobado por aspectos humanos y solidarios, parecía haber superado las desavenencias existentes en algunos municipios. Sin embargo, pocos saben de los cambios y recambios que sufre el cerebro humano, la mente de aquellos que ocupan al mismo tiempo puestos de representación institucional y en el organigrama de los partidos. Esa bipolaridad es capaz de modificar conductas, y esa es una de las maneras de entender lo ocurrido, aunque esos comportamientos sean rechazables desde el ámbito social, con el paro, la desigualdad y la pobreza de por medio.
Son las luchas de poder, las veleidades políticas, las que provocan desavenencias entre partidos. En esta ruptura no han existido argumentos institucionales claros? y los que se han dado, son contrarias a los valores y normas que deben regir todo pacto. Tender la mano a otro partido cuando no se tiene mayoría equivale a encender una luz para obtener una visión más amplia en medio de la oscuridad. Cuando esa luz se apaga, la opacidad aparece y con ella, la confusión y el desconcierto. Pero también debemos tener cuidado, porque cuando las sombras llevan aparejada la intolerancia, puede ocurrir como señalara Jerzi Lec, que “aquellos que quisieron traer la luz, fueron colgados de un farol”.
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