Ahora mismo, después de soportar durante meses los rugidos del volcán, como los de un dragón enfurecido, no es fácil asustar a los palmeros con ruiditos, ni siquiera con la clásica pesadilla de ese coche que para ante tu casa a medianoche y se baja un tipo embozado y toca a tu puerta ferozmente, momento en el que yo al menos cambio de sueño en plan pasapalabra. Digo esto porque los sonidos que no sabemos que son , alguito acojonan y eso pasa con los detectados por el IGN al sur de nuestras islas. Si al parecer no son movimientos sísmicos ni danza de placas tectónicas ¿Qué son? Ya hay quien dice que vuelve la mítica Atlántida en plan Aquaman, o quién habla de explotación de los metales preciosos que abundan en la zona, y que son nuestros, nuestros y nos harían ricos y famosos a todos los canarios, incluso a aquellos que despreciamos profundamente el dinero que no tenemos. Y por teorías de república friki que no quede, me dice un amigo animalista radical que los pulpos, seres de una gran inteligencia e incluso con poderes paranormales, han creado un reino submarino y se preparan para invadirnos y acabar para siempre con el pulpo a la gallega. Mi amigo dice que lo sabe de buena tinta y nunca mejor dicho, en fin.