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El Paso otorga a título póstumo la distinción de Hijo Adoptivo a Víctor Díaz Hernández

Entre del título de Hijo Predilecto.

La Palma Ahora

El Paso —

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El Ayuntamiento de El Paso ha concedido el título de Hijo Adoptivo a Víctor Díaz Hernández, con carácter póstumo, durante el acto institucional celebrado en la tarde de este viernes en el Teatro Monterrey, en reconocimiento a su labor como maestro de primeras letras y perseverante defensor del sector agrario del Valle de Aridane y de la Isla de La Palma, se informa en nota de prensa.

El alcalde de El Paso, Sergio Rodríguez, destacó en su intervención que “Don Víctor Díaz Hernández fue un ejemplo de cercanía y entrega al prójimo en cuantas ocupaciones y trabajos desempeñó en su vida. Y, aún hoy, a cuatro décadas de su muerte, sus virtudes ciudadanas son referentes para una sociedad que no le olvida. Un legado inexcusable para lograr metas comunes en el presente que nos ocupa y en el futuro que reclama nuestras mayores ilusiones y mejores energías”.

Familiares, antiguos alumnos y compañeros, autoridades, honran su memoria durante una emotiva entrega de distinción con la que el Consistorio pasense pone en valor sus méritos cívicos. Tanto la portavoz de Coalición Canaria, Ángeles Fernández, como el portavoz del Partido Socialista, Bryan Martín Guerra, coincidieron en sus discursos en la justicia de este reconocimiento, destacando su entrega a la enseñanza y dedicación al alumnado, así como su contribución a la agricultura y apoyo a las familias ligadas a este importante sector.

Tal y como se recoge en la moción, Víctor Díaz Hernández nace en Santa Cruz de La Palma en 1907 y fallece en El Paso en 1989. Fue profesor de la Escuela Insular de Artes y Oficios, formando además a numerosas generaciones en su Escuela de Educación Primaria. Una labor que compaginó además con su trabajo como divulgador del Instituto Nacional de Colonización, donde posibilitó la potenciación del sector primario del municipio y de la isla.

Discurso del alcalde de El Paso, Sergio Rodríguez:

Desde el Grupo de Gobierno, y sabemos que en ese propósito estamos acompañados por las fuerzas políticas representadas en nuestra corporación, alentamos el propósito de poner en valor los méritos cívicos de nuestros conciudadanos con el público reconocimiento y la concesión de los merecidos honores.

Don Víctor Díaz Hernández, nacido en 1907 en Santa Cruz de La Palma y fallecido en El Paso en 1989, fue un ejemplo de cercanía y entrega al prójimo – y el término tiene doble valor, bíblico y cívico – en cuantas ocupaciones y trabajos desempeñó en su vida. Y, aún hoy, a cuatro décadas de su muerte, sus virtudes ciudadanas son referentes para una sociedad que no le olvida.

Cumplimos hoy un compromiso con nuestra historia y un mandato aplazado de las corporaciones que nos precedieron a la hora de honrar su memoria. Y lo hacemos convencidos de que su existencia y los sueños y afanes que la movieron sirvieron para el progreso material y espiritual de muchos paisanos que recibieron su ayuda, tanto en modo de orientaciones y consejos, como en la gestión directa de las ayudas públicas con las que dieron nuevo rumbo a su futuro.

La biografía de este ilustre personaje se caracterizó por su vocación didáctica; fue profesor de la Escuela Insular de Artes y Oficios en la ciudad de su nacimiento y, en la nuestra, desde su escuela de educación primaria, que alcanzó la cifra récord de ochenta alumnos, formó a numerosas generaciones que agradecieron sus desvelos.

En una segunda vertiente, se convirtió en un desinteresado y entusiasta divulgador del Instituto Nacional de Colonización que, con sus créditos a bajo interés, posibilitó la resurrección y la potenciación del sector agrario en la Isla de La Palma y, de modo especial, en el Valle de Aridane.

En una tierra dada a los apodos como la nuestra, se le conoció como Víctor, o don Víctor, Colonización, porque no hubo mejor agente de extensión agraria ni mayor propagandista de esta institución. Con paciencia y pedagogía convenció a nuestros campesinos de apostar por el oficio de sus mayores; usar los créditos para roturar tierras vírgenes, para construir balsas de riego y para mantener la tradición agrícola que, desde el siglo XV, afamó a La Palma.

Fue también el activo gestor de la documentación para los créditos, escritos con su mano firme y con su letra clara; y el consejero, a plena jornada, de cualquiera que se acercara a él para aclarar sus dudas o asegurar su confianza en los proyectos a emprender.

A finales de los años sesenta, cuando las islas recuperaron su pulso tras las penalidades de la posguerra, el nombre de Víctor Díaz está asociado a una transformación radical y positiva en nuestro municipio y en el occidente palmero. En ese periodo se roturaron más de mil doscientas hectáreas, se concedieron créditos por unos doscientos millones de las antiguas pesetas y se beneficiaron, con su trabajo y sus ilusiones, no menos de mil quinientas familias.

Don Víctor contó siempre con el reconocimiento y el afecto de los ciudadanos de El Paso, donde formó su familia y nacieron sus hijos, pero su bien ganada fama no tuvo fronteras en toda la isla; sus preocupaciones y ansias de progreso se extendieron, como su generosidad, a todo el territorio y fue tal su popularidad que, con propuestas municipales, fue candidato al título de “Español del Año”, una iniciativa del diario “Pueblo”, entonces dirigido por Emilio Romero.

Seguro que, por sorpresa, recibió la Orden del Mérito Agrícola, concedida por la Jefatura del Estado a petición del ministro de Agricultura Adolfo Díaz Ambrona que, en numerosas ocasiones, lo puso como modelo y referente de la transformación económica experimentada por España en esa década, que aliviaba en parte las penurias de la posguerra.

Con la perspectiva de los años, el trabajo del señor Díaz Hernández es un capítulo decisivo de nuestra historia y su trayectoria vital, su disposición de servicio a sus conciudadanos, una referencia inexcusable para lograr metas comunes en el presente que nos ocupa y en el futuro que reclama nuestras mayores ilusiones y mejores energías.

Inscribimos a don Víctor Díaz Hernández en nuestro gentilicio y lo hacemos con el título de Hijo Adoptivo y con el orgullo de saber que, por méritos propios, está en la nómina selecta de los constructores y benefactores de esta realidad común que llamamos El Paso.

Reciban sus hijos y familiares el testimonio de nuestro afecto y celebren con nosotros la justicia y alegría de reconocer los valores de un pasense de lujo: Don Víctor Díaz Hernández.

Muchas gracias.

El Paso, 29 de noviembre de 2019

Sergio Javier Rodríguez Fernández,

alcalde-presidente del Ilustre Ayuntamiento de El Paso

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