“Hasta lágrimas derramé cuando he llegado a La Alameda”

Christian González Becker instantes después de salir de a caseta en La Alameda. Foto: LUZ RODRÍGUEZ

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

“Hasta lágrimas derramé cuando llegué a La Alameda”, ha confesado a LA PALMA AHORA, en la mañana de este viernes, recién salido de la caseta donde se produce la mágica transformación, Christian González Becker, que en esta Bajada de la Virgen ha bailado por primera vez la Danza de Los Enanos. “He debutado como enano y ha sido una maravilla haber podido llegar a La Alameda; es una satisfacción increíble y hasta derramé lágrimas, emocionando a mucha gente sin quererlo”, ha asegurado con el báculo en una mano y un vaso de plástico lleno de macedonia para hidratarse después de una noche ‘transvulcánica’ . “Este inmenso esfuerzo se resiste gracias a la energía de la gente, por eso hemos podido llegar todos hasta aquí”, reconoce. “Ser enano te cambia bastante la vida, me siento un privilegiado por haber podido bailar”, ha afirmado son semblante bastante relajado y fresco para el inmenso desgaste que ha tenido en esta mágica noche lustral.

Christopher Concepción Hernández también ha bailado por primera vez en esta edición. “Es lo más grande que me ha pasado; esto es increíble, impresionante, mejor de lo que pensaba, no he sufrido ni un calambre”, ha dicho. Con el rostro mojado por el sudor, ha manifestado a este digital que “el cariño del público te hace que crezcas; ha sido una experiencia impresionante que si puedo, repito”.

También para Juan de la Barreda esta ha sido su primera danza de Los Enanos. “Siento una inmensa satisfacción por haber podido cumplir con esta tradición; estoy feliz por haber danzado y ver las caras de la gente, que te anima en todas las funciones, si no fuera por ella no podríamos acabar”, ha admitido. “Esta experiencia te cambia, te da mucho sufrimiento pero también una inmensa alegría”, ha concluido.

Sin duda, como los denomina el director artístico de la Danza de Los Enanos, Alonso Lugo, estos chicos son unos ‘superhombres’. Han llegado a La Alameda cansados, sudados, muchos exhaustos, pero han sido capaces de resistir desde las 18.30 horas de este jueves hasta pasadas las nueve de la mañana del viernes bailando una pegadiza polca con la movilidad reducida en un 50%.

La función de La Alameda, que tal y como había previsto Alonso Lugo comenzó antes de las nueve de la mañana, ha sido apoteósica. Toda una multitud arropó a los entrañables personajes, que accedieron a fotografiarse con niños y adultos a pesar del cansancio. Los titanes lustrales han cumplido con creces. Son únicos.

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