Pestana confía en que “vamos a estar a la altura” en la gestión de La Caldera

En la imagen, mesa presidencial del acto. De izquierda a derecha, Miguel Ángel Morcuende, director insular de la Administración General del Estado; Anselmo Pestana, presidente del Cabildo de La Palma, Nieves Lady Barreto, consejera de Política Territorial del Gobierno de Canarias; Sergio Rodríguez, alcalde de El Paso, y Ángel Palomares, director del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente. Foto: PEDRO AFONSO.

La Palma Ahora

El Paso —

El presidente del Cabildo de La Palma, Anselmo Pestana, en el discurso pronunciado con motivo de la celebración centenario de la Red de Parques Nacional, cuyo acto en la Isla se ha desarrollado este jueves en el Centro de Visitantes de La Caldera en El Paso, ha señalado que la primera Corporación de la Isla, “tal y como prevé la legislación autonómica, ha solicitado la delegación de la competencia para poder ejercitar la gestión de la Caldera de Taburiente”. Al efecto ha apuntado que “confiamos en que vamos a estar a la altura para esa gestión y esperamos que lleguen los recursos necesarios para poderlo hacer. El Cabildo ya tiene experiencia en la gestión de espacios naturales puesto que tenemos otros muchos espacios singulares que gestionamos y que nos identifican en el ámbito regional, a la vez que aportan mucho a la biodiversidad de nuestra Isla”.

Con respecto al “futuro de La Caldera de Taburiente”, también confía en que “vamos a seguir trabajando juntos y creando sinergias todas las administraciones públicas y el sector privado para hacer, entre todos, una buena gestión de esta joya de nuestra Isla en post de su conservación y protección.

En su intervención en el aludido acto, hizo un repaso de la historia de emblemático espacio natural de La Palma y recordó que “la publicación a finales de 1916 de una Ley de tres artículos, (en realidad uno es el importante), permitió poder ir declarando determinados ‘parajes excepcionalmente pintorescos, forestales o agrestes declarados por el Estado y haciéndose cargo de ellos con el exclusivo objeto de favorecer su acceso por vías de comunicación adecuadas y de respetar y hacer que se respete la belleza natural de sus paisajes, la riqueza de su fauna y de su flora y las peculiaridades geológicas o hidrológicas que encierren, evitando de este modo con la mayor eficacia todo acto de destrucción, deterioro o desfiguración por la mano del hombre”.

“Los primeros”, continuó, “fueron Covadonga y Ordesa en 1918, tras los cuales no se volvieron a declarar parques hasta 1954. Ese año dos parajes de Canarias fueron declarados formalmente Parques Nacionales. Primero fue el Teide a principios del año y en el mes de octubre, el Decreto de 6 de octubre nombró a La Caldera de Taburiente como el cuarto Parque Nacional de España. Ahora hay 15, pero sin lugar a dudas los primeros en declararse reflejaban el espíritu de esa ley”.

En esa primera declaración, prosiguió, “los límites por el norte y este de La Caldera de Taburiente eran idénticos a los actuales, recorriendo desde la Somada Alta, hasta el pico de la Ovejas, pasando por el Roque Palmero, Roque de los Muchachos, Pico de La Cruz y el Pico de La Nieve. Los sectores sur y oeste eran distintos. Desde el Pico de las Ovejas iba hacia del Bejenado (antes Bejarano) y de ahí al Roque Idafe”.

Dijo que “una nueva Ley de Espacios Naturales Protegidos del año 1975, define a los Parques Nacionales como ‘…espacios de relativa extensión que se declaren por Ley por la existencia en los mismos de ecosistemas primigenios que no hayan sido sustancialmente alterados por la penetración, ocupación y explotación humana…’ obligaba a declarar los nuevos Parques Nacionales mediante una Ley del Estado y a reclasificar los Parques Nacionales ya declarados, también mediante una Ley. En marzo de 1981 se promulgaron las 4 leyes de los parques nacionales actuales de Canarias, tres como reclasificación (Teide, Caldera de Taburiente y Timanfaya) y el de Garajonay de nueva creación”.

En el proceso de redacción de la Ley se produjo “una propuesta de límites del organismo gestor (Icona) de ceñirse a la cabecera del barranco de las Angustias, que es propiamente La Caldera. No obstante en el periodo de información pública el Ayuntamiento de El Paso aportó los terrenos de su monte público, por la cara sur del Bejenado hasta la pista de Ferrer. La ley salió con un artículo que posibilitaba futuras ampliaciones si lo hacían los propietarios de forma voluntaria y colindaban con el parque declarado. No se ha producido desde 1981 ninguna ampliación”.

Este Parque tiene “una zona periférica de protección, que actúa como zona de amortiguación de impactos de actividades humanas”.

El Parque Nacional realmente fue “un parque de papel hasta 1986, pues no se diferenciaba en su gestión apenas del resto de los montes. Un PRUG (Plan Rector de Uso y Gestión) con medidas de gestión activa, la incorporación de personal específico a su servicio y un presupuesto exclusivo, fueron las herramientas para que se produjera la diferencia que actualmente hay entre la gestión de La Caldera de Taburiente del resto de espacios naturales de La Palma: estudios, planificación, conservación de flora y fauna, control de exóticas, seguimiento; creación y mantenimiento de infraestructuras, atender al público, regulación acceso de visitantes en puntos masificados, etc”.

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