“Regalar artesanía es regalar con el corazón”
Arcadio Simón lleva 25 años elaborando calzado artesano y artículos de marroquinería, y asegura que comprar productos de mala calidad “no es rentable a la larga”. Estos días participa en la XIV Feria de Artesanía de Navidad que se celebra en la Sala O’Daly de Santa Cruz de La Palma hasta el próximo día 9 de enero organizada por el Cabildo. “A veces se hacen regalos para salir del paso, pero muchos acaban en la basura; regalar artesanía es regalar con el corazón”, ha asegurado en una entrevista con La Palma Ahora. “La artesanía es un buen regalo para estas fechas; regalas algo a una persona que sabes que lo va a disfrutar muchos, muchos años”, asegura. “A veces compramos cosas de fuera pensando que vamos a ahorrar dinero y a la larga no es rentable”, insiste. “Puedes comprar unos zapatos o un bolso de China por 10 euros pero cada tres meses, como mucho, tienes que cambiarlos; por eso es bueno sacar cuentas a final de año, porque es más rentable comprar algo hecho a mano”, afirma.
Este artesano diseña y fabrica calzado a medida y artículos de marroquinería (bolsos, pulseras, cintos, maletines, etc.,) en su taller de Villa de Mazo.
Arcadio considera que los precios de sus artículos están al alcance de cualquier bolsillo. “Los cintos de vacuno, por ejemplo, los vendo a 18 euros; los puedes encontrar en una tienda a 14 euros pero lo que traen por dentro es cartón y a los cuatro días ya no sirven”, señala.
También fabrica ‘guarachos’, las sandalias originarias de México y Guatemala que se han hecho muy populares en Canarias. “Cuestan entre 80 y 100 euros, según el número, y las hago por encargo, aunque siempre suelo tener un par de cada número”, explica.
La crisis, en opinión de Arcadio, también está instalada en el sector artesano. “Como en todos lados, nuestra situación tampoco es buena; además, la artesanía es un capricho, no un artículo de primera necesidad”, reconoce. Por otro lado, agrega, “La Palma tiene un mercado muy limitado y no puedes vivir de la artesanía, es una actividad complementaria”. Y precisa: “Bueno, según las ambiciones que tenga cada uno, pero yo no puedo vivir”.
La artesanía, en el caso de Arcadio, es una actividad vocacional. “A mí, a nivel económico, no me sobra la plata, pero soy artesano porque me gusta; disfruto en mi taller diseñando y fabricando”. Y tiene pocas vacaciones. “En este trabajo no hay muchas fiestas”, indica.
La artesanía, en estas fechas, “es un buen regalo; algunos artículos pueden durarte toda una vida”, concluye.
