“Esta medalla no es de Chano, es de todos los voluntarios”

Domiciano Yanes junto a sus compañeros de AEA.

Esther R. Medina

Santa Cruz de La Palma —

El salón de plenos del Cabido de La Palma estaba abarrotado. Compañeros de Ayuda en Emergencia Anaga (AEA), miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado, cargos públicos, amigos y familiares acompañaron este viernes a Domiciano Yanes, Chano, en el acto de entrega de la Medalla al Mérito Ciudadano de La Palma que le ha concedido la Corporación insular en el transcurso de una sesión plenaria extraordinaria y solemne cargada de emotividad. “Este galardón que hoy me entregan no es de Chano, es de todos los voluntarios”, dijo el homenajeado, quien agradeció “el detalle que han tenido conmigo, que nunca esperé; siempre he trabajado en las emergencias, desde pequeñito, y quiero agradecer públicamente a mi mujer, a mi hijo (las lágrimas le entrecortaron la voz), a mi nuera y a toda mi familia la paciencia que han tenido conmigo”. 

Chano, arropado por el numeroso público que acudió al acto, recordó que “siempre he dejado mi trabajo para atender a los demás; he sido una persona humilde, que me gusta mucho escuchar y aprender de los demás”, remarcó. Insistió en que “esta medalla es de todos los voluntarios, no es mía, es de los que están aquí y de los que no están; gracias a ustedes me hacen hoy este reconocimiento”, indicó. “Y ser voluntario y ayudar a los demás es bonito, aunque tengas que estar siempre al pie del cañón y noches sin dormir”, aseguró. 

Trajo a la memoria el trágico suceso de la Cueva Bonita de Tijarafe, cuando una embarcación de recreo naufragó en su interior, y señaló que “mi restaurante (el Chipi-Chipi) fue muchas veces un centro operativo para las emergencias. 

Y Domiciano ofreció de nuevo su colaboración. “Me tendrá siempre a su disposición cualquier persona que necesite mi ayuda, hasta que pueda caminar, y cuando no pueda caminar podré dirigir y enseñar lo poquito que sé, que no sé mucho, pero algo”. “A todos los voluntarios de La Palma, de Canarias y de España les digo de corazón que esta medalla no es solo de Chano, es todos ellos”, concluyó. 

En el transcurso del acto se proyectó un vídeo con imágenes de la vida familiar, profesional y de voluntario de Domiciano Yanes, a quien estuvo acompañado por su mujer, su hijo, su nuera y otros familiares. Entre los cargos públicos presentes se encontraban la consejera de Política Territorial, Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, la palmera Nieves Lady Barreto. 

El presidente del Cabildo, Anselmo Pestana, en su intervención, manifestó que “algo que  define a la perfección a Domiciano Yanes Herrera, Chano, es que ha sido y es un hombre que durante toda su vida ha velado por el bienestar de todos los que en esta isla habitamos; y siendo su labor en muchas ocasiones invisible, es un honor para la Corporación Insular que presido otorgarle la Medalla al Mérito Ciudadano de La Palma, una distinción que nos servirá para recordar en su figura que detrás de la mayoría de actividades que realizamos en nuestra isla existe un gran equipo de voluntarios velando por todos nosotros y en muchas ocasiones dirigido por Chano”. “Me gustaría poner en valor los méritos sociales logrados por un hombre en este punto remoto del Atlántico, alejado del continente europeo, con dificultades ya no sólo para acceder a cualquier avance tecnológico, sino de los mecanismos más avanzados con los que poder ejercer una actividad que le tuvo que nacer del corazón, pues de ninguna otra manera se explica que alguien consagre su vida y sus medios a ayudar al prójimo”. 

La consejera insular Emergencias y Participación Ciudadana, Carmen Brito, impulsora del expediente de la Medalla al Mérito Ciudadano concedida a Domiciano Yanes, se dirigió “personalmente” al homenajeado. “Querido Chano, hoy el Cabildo no te premia. Es esta casa la que se siente premiada por tenerte entre nosotros. Tu vida ha sido y es un ejemplo para todos los habitantes de esta Isla y especialmente para quienes nos dedicamos a la labor pública”. “Ahí has estado siempre, toda tu vida, desde chico, entregando tu esfuerzo y tu tiempo a los demás, sin esperar nada a cambio, solo por el compromiso de servir”. “No hay medalla que pueda compensar el sacrificio de tantas horas robadas a la familia, al trabajo, al sueño y a la comodidad del propio hogar para ayudar al otro. No hay reconocimiento posible más que nuestro cariño y nuestra admiración. Cuánto tenemos que aprender de ti”, dijo Carmen Brito.

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