El Grantecan retoma las observaciones tras 45 días inoperativo

El Gran Telescopio Canarias (GTC), con la cúpula abierta al atardecer. Autor: Pablo Bonet.

La Palma Ahora

Villa de Garafía —

El Gran Telescopio Canarias (GTC o Grantecan), ubicado en el Observatorio Astrofísico del Roque de Los Muchachos, ha vuelto a explorar el universo en la noche de este jueves tras 45 días inoperativo por una rotura en un soporte de su espejo terciario, ha señalado a La Palma Ahora Antonio Cabrera Lavers, jefe de Operaciones Científicas del GTC. En concreto, una vez reparado el reseñado soporte se procedió al montaje del citado espejo, así como a su aluminizado y, tras unos ajustes al comienzo de la noche para realinear la óptica global del telescopio, se retomaron las observaciones científicas, ha explicado.

El pasado 10 de octubre se detectó que un soporte de uno de sus tres espejos, el terciario, se había roto. “Cuando lo bajamos para someterlo a la operación de aluminizado, una tarea que se lleva a cabo cada tres o cuatro años, en la revisión técnica se detectó que un soporte se había fracturado y estaba suelto; optamos por no volver a montarlo para evitar una posible caída en un futuro y repararlo”, dijo a este digital Antonio Cabrera Lavers. Se tuvo que pedir un pegamento especial a Estados Unidos para hacer la reparación.

El GTC, actualmente, es el telescopio óptico-infrarrojo más grande, y uno de los más avanzados, del mundo, se indica en su página web.

Su espejo primario está formado por 36 segmentos hexagonales que actúan conjuntamente como un solo espejo. Posee asimismo un espejo secundario y un espejo terciario que, junto con el espejo primario, reproducen el plano focal del telescopio en la estación focal elegida. Los instrumentos científicos que se pueden colocar en la estación focal detectan y analizan la luz, y almacenan los datos.

La superficie colectora del espejo primario de GTC es equivalente a la de un telescopio con un espejo monolítico de un diámetro de 10.4 metros. Gracias a su gran área colectora y a su avanzada ingeniería, el GTC se encuentra entre los mejores telescopios dedicados a la investigación astronómica.

La montura del telescopio es una gran estructura mecánica de acero que sostiene los espejos, permite movimientos de rotación del telescopio a lo largo de un eje horizontal y vertical. Este movimiento es muy preciso, ya que ha de mantener las estrellas proyectadas de forma estable sobre el detector. El telescopio está diseñado de modo que sea capaz de observar los rangos de luz óptica e infrarroja.

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