El Patronato de La Caldera respalda el telescopio TMT en Puntagorda con la condición de que no se pierda suelo y se mejore la biodiversidad de la flora

El pleno del Patronato del Parque Nacional de La Caldera de Taburiente, en la reunión celebrada este lunes, 27 de agosto, ha abordado el proyecto básico del Telescopio de Treinta Metros (TMT en sus siglas en inglés) que, como segunda opción, se plantea construir en las cumbres de Puntagorda. También ha analizado el estudio de impacto. Esta megainfraestructura científica se ubicará en La Palma si la primera opción, en el observatorio de Mauna Kea, en la Isla de Hawái, sujeta a un proceso judicial, no se confirma.

Los miembros del Patronato acordaron informar favorablemente del proyecto con una serie de condicionantes para “minimizar el impacto”. Entre los mismos figura la propuesta de que “no se pierda suelo” y se mejore la biodiversidad de la flora, según ha podido saber este digital.

Para ello plantea “no retirar a vertedero ningún material del desmonte natural del terreno. Solo los que sean residuos de la construcción”. Señala que “los materiales rocosos servirán para hacer las escolleras de los terraplenes”. Apunta que “las partes bajas deberán ir cubiertas de tierra vegetal”. En ese sentido cita “el tramo que se considere seguro en caso de incendio forestal para las instalaciones principales”. Si se considera que “la vegetación puede llegar hasta el borde de la explanación” se debe cubrir “hasta la parte alta”.

Propone asimismo “seleccionar el material restante y buscar una zona de pendiente moderada donde colocar de forma paralela al terreno una capa con elementos más gruesos debajo y tierra vegetal encima de modo que se pueda sembrar o plantar. Esta capa debería ser de un metro. Esta zona se desbrozará pero no se tocará el suelo sobre el que se aporte el material, por si en su día se retira esa capa superior”.

Indica que “todas las zonas susceptibles de ser repobladas (terraplén de más de dos metros de talud de largo) o sembradas (talud de desmonte y/o terraplén si se desea de más de dos metros) se vallarán con malla conejera de un metro, 80 centímetros (cm) por fuera y 20 cm enterrado, haciendo compartimentos estancos cada 50 metros de largo. Estos vallados se deben revisar y reparar tras cada lluvia. Habrá que mantenerlos unos 10 años antes de desmantelarlos”.

Asimismo plantea que “la parcela de acopio de suelo por 70 años se vallará con malla doble de carretera y conejera, la segunda enterrada 20 cm. Por encima de las mallas hasta 1,30 m de altura, se pondrán cables tensados. Los vallados pueden ser similares a los que pone en el Parque en zonas con poca pendiente. Esta parcela quedará tras la cubierta con el material triturado para una experiencia de siembra a realizar entre el Cabildo de La Palma, Universidad de La Laguna, Servicio de Biodiversidad y Parque Nacional”.

En los taludes a repoblar “se hará con especies distintas según la micro orientación de las laderas. En las caras de micro orientación norte se repoblará con Genista benehoavensis Spartocytisus supranubius y Viola palmensis. En las micro orientaciones oeste o sur se pondrán al menos Chamaecytisus proliferus, Echium gentianoides, Echium wildpretii ssp trichosiphon, Erysimum scoparium, Descurainia gilva, Argyranthemum haohuarytheum, y teline stenopetala pudiendo incluir más especies del listado que se adjunta a este informe. Juniperus cedrus como planta singular en alguna zona ajardinada interior”.

Finalmente, “en los taludes de desmonte a sembrar, se echarán al menos 30.000 semillas de cada especie por hectárea”. Precisa que “se podrá hacer a lo largo de varios años. No se debe sembrar ni repoblar hasta no proteger”, concluye.