El Plan de Acción de la Biosfera apuesta por la autosuficiencia alimentaria en la Isla
El Consorcio Insular de la Reserva Mundial de la Biosfera de La Palma, en el plan de acción elaborado para el decenio 2012-2023, entre los escenarios previstos en el ambicioso documento para lograr, entre otros objetivos, la implantación progresiva de una economía verde, plantea una actuación donde se aboga por la promoción y el desarrollo de la autosuficiencia alimentaria en la Isla. En ese sentido, se propone fomentar la recuperación del sector primario, incentivando sus producciones y orientándolas hacia una agricultura y ganadería ecológica o integrada, así como “a un aprovechamiento sostenible de los recursos y actividades marinas (pesca, marisqueo, acuicultura)”, lo que “conllevará la promoción y fortalecimiento de una industria agroalimentaria insular compatible con el concepto de Reserva de la Biosfera”. También se diseñarán estrategias para estimular el consumo de productos locales, tanto por “su contribución a la conservación de los ecosistemas y paisajes característicos de La Palma, como por su aportación al desarrollo y mantenimiento de la actividad económica insular”.
El Consejo Internacional de la Unesco, en la reunión cebrada en Suecia del 10 al 13 de junio, como se ha informado, renovó la condición de La Palma como Reserva Mundial de la Biosfera por 10 años más. Aprobó asimismo la nueva zonificación y ampliación de la parte marina de la Reserva incluida en el catálogo de espacios modélicos del organismo de Naciones Unidas.
El Comité Consultivo de la Unesco manifestó en su informe que la Reserva Mundial de la Biosfera La Palma es “un claro modelo de gestión participada” y “eje vertebrador” de las reservas de la biosfera y del programa MAB (Hombre y Biosfera). Resaltó especialmente la existencia de “un nuevo Plan de Acción para el próximo decenio 2012-2023”.
En el escenario número dos del Plan de Acción se indica que “la transformación progresiva hacia una economía verde, en la que se tienda a mejorar el bienestar del ser humano y la equidad social, a la vez que se reduzca significativamente el riesgo ambiental y la degradación de recursos, no es más que una ruta para alcanzar el desarrollo sostenible”.
Este proceso, añade, “implica acciones dirigidas no sólo a la conservación o restauración de los recursos naturales, sino también a asegurar que la sociedad involucrada cuente con los recursos suficientes para su correcto desarrollo en el corto, mediano y largo plazo”. Detalla que “dos son las líneas que dibujan este escenario y lo fundamentan: por un lado, el reconocimientos del derecho a un desarrollo armónico con la naturaleza y la necesidad de mantener un medioambiente que proporcione de forma sostenida los bienes y servicios para asegurar el bienestar de las personas, y, por otro, el planteamiento de unas herramientas que favorecen nuevas oportunidades de mercado y de desarrollo económico, que reactiven la actividad empresarial y la dinamicen en el espacio físico en el que se desarrolla”.
Al efecto, expone, en la Reserva Mundial de la Biosfera (RMB) de La Palma, “se pretende continuar desarrollando un sistema de certificación de calidad de los productos, bienes y servicios locales, poniéndolos en valor precisamente por el origen de los mismos e implicando a los diferentes actores en toda la cadena de producción, convirtiéndolos en los verdaderos protagonistas de iniciativas tendentes a lograr avanzar hacia la autosuficiencia alimentaria”.
